Una mamada en las alturas
El vuelo transatlántico era suave hasta que una tormenta inesperada sacudió el avión. La tripulación, incluido el apuesto piloto Alex y la encantadora azafata Olivia, trabajaron incansablemente para calmar a los pasajeros. Mientras caminaban por el pasillo, sus miradas se encontraron en varias ocasiones, compartiendo sonrisas tranquilizadoras entre la tensión. La tormenta finalmente pasó, pero el ambiente a bordo estaba cargado. Olivia, con su uniforme de azafata perfectamente ajustado, se acercó a Alex en la cabina del piloto para expresar su agradecimiento. Sus ojos chispeaban con una mezcla de alivio y complicidad mientras se sumergían en la conversación. Olivia: Gracias por mantener la calma allá arriba. Realmente aprecio tu profesionalismo. Alex: (sonríe) No hay problema, Olivia. Trabajamos mejor como equipo. ¿Te gustaría ver cómo funciona todo desde aquí? Olivia asiente con entusiasmo y lo sigue a la cabina. La atmósfera cambia cuando entran en la sala iluminada por las luces ten