Melissa se la banca



Tony se enfurece al ver a Jason y Melissa juntos en la oficina después de las horas de trabajo. Su rostro se contorsiona en un letrero de furia, y sus ojos se vuelven negros como las nubes de la noche.


"Qué estás haciendo aquí, Melissa?" grita Tony, agarrándola por el brazo y arrastrándola hacia la puerta de la oficina. "Qué estás haciendo con él?"


Melissa intenta resistirse, pero Tony es demasiado fuerte para ella. Él la obliga a entrar en su oficina y cierra la puerta detrás de ella.


"Tú me has traicionado, Melissa. Tú me has traicionado con él," dice Tony, apuntando a Jason, quien se encuentra sentado en la silla del lado opuesto de la habitación. "Y ahora, tú quieres seguir con él? Tú quieres abandonarme?"


Melissa se mueve para escapar, pero Tony se agarra a ella de nuevo y la obliga a arrodillarse frente a él. Él le quita su vestido y sus medias, dejándola desnuda desde el hombro hasta el muslo.


"Tú quieres ser mía, Melissa. Tú quieres ser mía para siempre," dice Tony, agarrándola por el cabello y forzándola a mirarlo en los ojos. "Tú quieres ser mi esposa, mi amante, mi mujer."


Melissa intenta resistirse, pero Tony es demasiado fuerte para ella. Él le obliga a abrir sus piernas y le pone las manos entre sus muslos. Él comienza a tocar su clítoris con los dedos, haciendo que ella se arquee de dolor y placer al mismo tiempo.


"Dale más fuerza, Melissa," dice Tony, agarrándola por el cuello y forzándola a mirarlo en los ojos mientras sigue tocándole su clítoris. "Dale más fuerza, Melissa. Quiero saber cuánto puedes soportar."


Melissa se mueve con más fuerza ahora, gritando y mojando los dedos de Tony con su lágrima y su sudor. Él sigue tocándole hasta que ella llega a un punto de orgasmo intenso y desbordante.


"Ahora es tu turno," dice Tony, levantándose de la silla y despojándose de sus ropa interior. "Ahora es tu turno para ser mi esposa, mi amante, mi mujer."


Melissa se mueve para escapar otra vez, pero Tony es demasiado fuerte para ella. Él la obliga a abrazarle desde el muslo hasta el hombro y le pone sus manos entre sus piernas. Él comienza a penetrarla lentamente y deliberadamente, haciendo que ella grite y llore al mismo tiempo.


"Dale más fuerza, Melissa," dice Tony, apretando sus muslos contra los suyos y forzándola a mirarle en los ojos mientras sigue penetrándola. "Dale más fuerza, Melissa. Quiero saber cuánto puedes soportar."


Melissa se mueve con más fuerza ahora, gritando y mojando los dedos de Tony con su lágrima y su sudor. Él sigue penetrándola hasta que ella llega a un punto de orgasmo intenso y desbordante.

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