Samantha, María Victoria, Ana y los pepinos

Ana se encontraba en su casa, sola y pensativa. Habían pasado varios días desde la última vez que vio a Samantha y María Victoria, y no había recibido ninguna llamada o mensaje de ellas. Se sentía mortificada, pensando que quizás había hecho algo mal o que habían perdido interés en ella. Repasó en su mente cada detalle de esa noche en el departamento de Samantha, sintiendo un calor intenso en su cuerpo al recordar las caricias y los besos que compartieron. Se preguntaba si todo había sido solo una aventura de una noche, y si las dos mujeres hermosas que la habían hecho sentir tan bien ahora la habían olvidado. De repente, sonó su teléfono y Ana se apresuró a tomarlo, esperando ver un mensaje de Samantha o María Victoria. Pero en su lugar, era solo una notificación de un juego que había descargado hacía unos días. Se sintió aún más triste y solitaria, y comenzó a preguntarse si alguna vez volvería a sentirse tan feliz y segura como lo hizo esa noche. Decidió distraerse un poco y e...