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Mostrando las entradas etiquetadas como sexo con jovencitas

Pendeja escort infiel de 1.45m

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Bueno, un dia x por la tarde tenia ganas de detonarme una pendeja, buscco en la web una escort con esas caracteristicas, si usted es gatero sabra que no es facil ya que ponen fotos viejas o mienten con la edad etc, pero mi habil ojo de gatero ya esta entrenado y localizo a una con las caracteristicas que buscaba, pacto la hora para el encuentro, llego al domicilio y efectivamente mi ojo gatero dio en el blanco era una pendeja de 18 a 21 años aprox tatuada, con pircing etc, pero con una caracteristica q no me esperaba, es que la chica media los mismo que mide la cantante niki nikole 1.45 metros (no era enana jajaja), osea se notaba mucho y bueno yo quede reculando ya que no me gustan las chicas flaquitas con poco culo, pero se dio vuelta y pude ver que tenia un muy buen culo, entonces procedo para cerrar el acuerdo, bueno pactamos 1hora empieza a hacer el oral bien, se notaba que tenia xp ya que no te raspaba ni nada raro, procede a subirse para cabalgarme, y veo que le cuesta metersela

Mi alumna de 6to

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 Nuevamente me habian asignado como profesor de 6to año, cuestión que me trae muchos problemas ya que mi debilidad son las egresadas. Este año había decidido estar tranquilo, mis viajes anteriores y mis historias con otras alumnas me habían traído muchos problemas.  El primer día de clases ingresé al salón y supe que este año no iba a ser dintinto. En el aire se percibían las hormonas a mil, y al mirar, las polleritas cortas, las piernas suaves de cada pendeja, las tetas duras, todo eso me enloquecía así que en mi cabeza pensaba a cual me cogería este año. Buscando en las filas pude ver a una morocha, flaquita, hermosa. No parecía tener muchas tetas, pero al verla en el recreo me di cuenta el culo precioso que escondía detrás de su pollera escocesa. Para mi asombro se acercó a mi en el recreo y me dijo que le había gustado mi clase y que deseaba tomar clases particulares conmigo, le comente que se nos prohibía darle clases particulares a alumnas de la institución en donde trabajáramos.

Con mi mujer y una adolescente de 18 años

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Éste relato lo trajo uno de mis lectores recurrentes pensando que su historia podía ser un aporte digno de ser leído. Él solo quería que conozcan su historia, que es parte de la historia del amor de su vida, Sara, que aun continúa siendo su mujer el día de hoy, y dentro de esa empresa del amor que es su matrimonio, quiso dar a conocer algunas de las experiencias más calientes que vivió hace no mucho tiempo atrás. “Con Sara nos conocimos por Badoo, una app de citas similar a lo que hoy sería Tinder nos casamos hace siete años, y consecuentemente como dice el refrán “casado casa quiere”, compramos una vivienda con lo que habíamos ahorrado mientras estábamos de novios. No nos dio la nafta para comprar algo nuevo ni construir desde cero, pero encontramos una casa en buenas condiciones que había sido un hostel, así que le sobraban algunas habitaciones e incluso tenía una piecita en el fondo para guardar herramientas y maquinas. Me presento, soy Marco, me gusta mucho el sexo sadomasoquista d

Chúpeme la concha, profesor

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Tenia cincuenta años recién cumplidos y mi esposa se había divorciado de mí. Decidí que necesitaba un cambio, lo cual en retrospectiva, probablemente no fue la mejor decisión. Dejé mi puesto como profesor titular en una prestigiosa institución de investigación y me mudé al otro lado del país a una pequeña universidad de artes liberales. Pensé que el entorno rural de la escuela sería perfecto para recuperarme mentalmente. Comenzó el año escolar y tenía tres cursos interesantes para impartir. Uno era un seminario de alto nivel. Durante las presentaciones de los estudiantes, me enteré de una rubia vivaz que se sentó directamente frente a mí en el círculo de mesas. Su nombre era Camila. Para cada clase, proporcionaría un tema y los estudiantes tenían que investigar el tema y aportar su opinión al respecto. En cada período de clase, Camila estaba absolutamente interesada, a menudo tomando una actitud opuesta a la de sus compañeros de clase. Un jueves por la tarde, aproximadamente un mes des

Valentina va al ginecologo

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  Valentina se sentía un poco nerviosa mientras esperaba al doctor en la sala de espera. Era su primera vez en un examen de este tipo y no sabía muy bien qué esperar. Finalmente, el doctor llamó su nombre y ella se levantó para seguirlo hasta su consultorio. Después de una breve conversación para conocer los antecedentes de Valentina, el doctor le pidió que se desvistiera de la cintura hacia arriba y se cubriera con una bata. Mientras ella se preparaba, él revisaba su historial clínico y hacía algunas anotaciones. "Está todo en orden, Valentina. Ahora, vamos a empezar con el examen mamario", dijo el doctor. Valentina se puso nerviosa mientras el doctor comenzaba a palpar sus senos en busca de alguna anomalía. Se sintió incómoda al principio, pero trató de relajarse y seguir las instrucciones del doctor. "¿Has notado alguna anomalía o dolor en los senos últimamente?", preguntó el doctor. "No, no he sentido nada raro", respondió Valentina. "De acuerdo,

Cagando a la pendeja.

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 La pendeja me miraba siempre que tenía la oportunidad. Con cara de trolita inspeccionaba mi bulto sin disimular. Quería que me diera cuenta y vaya si lo hice. La conocí en una juntada dónde fui con mi novia de ese momento (pueden leer historias de ella en mi perfil). Patio, pileta, joda, alcohol. Despedida del año escolar. Era la primera vez que conocía al grupito de Stefy. Si mi novia estaba buena, las amigas competían mano a mano. Eran 7 y había de todo. Las pendejas con tremendo culo, que ejercitaban en el gym, las que ganaban en tetas (mi novia en el podio, por suerte) y las que tenían un rico equilibrio entre ambas cosas. Pero sobresalían las que además de atributos físicos, tenían la actitud necesaria para calentar a cualquier vago. Gisela era una de ellas. (Aquí foto de ella en la pile). Parecía muy segura de si misma, y era la más grande del grupo. Buenas tetas, linda cola pero lo primordial, te peteaba con la mirada. Escabiaba a dos manos pero no se puso en pedo en toda la ta