Valentina va al ginecologo
Valentina se sentía un poco nerviosa mientras esperaba al doctor en la sala de espera. Era su primera vez en un examen de este tipo y no sabía muy bien qué esperar. Finalmente, el doctor llamó su nombre y ella se levantó para seguirlo hasta su consultorio.
Después de una breve conversación para conocer los antecedentes de Valentina, el doctor le pidió que se desvistiera de la cintura hacia arriba y se cubriera con una bata. Mientras ella se preparaba, él revisaba su historial clínico y hacía algunas anotaciones.
"Está todo en orden, Valentina. Ahora, vamos a empezar con el examen mamario", dijo el doctor.
Valentina se puso nerviosa mientras el doctor comenzaba a palpar sus senos en busca de alguna anomalía. Se sintió incómoda al principio, pero trató de relajarse y seguir las instrucciones del doctor.
"¿Has notado alguna anomalía o dolor en los senos últimamente?", preguntó el doctor.
"No, no he sentido nada raro", respondió Valentina.
"De acuerdo, todo parece estar normal. Ahora, por favor, acuéstate en la camilla para continuar con el examen", indicó el doctor.
Valentina se acomodó en la camilla mientras el doctor continuaba con el examen, palpando detalladamente cada seno. Aunque se sentía un poco incómoda, Valentina sabía que era importante hacerse este tipo de exámenes para detectar cualquier problema a tiempo.
"Todo parece estar en orden, Valentina. Ahora, vamos a continuar con el examen de los pezones", dijo el doctor.
Valentina se sintió un poco intranquila, pero sabía que era necesario hacerlo. Se cubrió con la bata mientras el doctor preparaba el equipo para el siguiente examen.
El doctor se movió hacia los pezones de Valentina, mirándolos detenidamente. "Ahora, Valentina, necesito evaluar la sensibilidad de tus pezones. ¿Puedo tocarte aquí?", preguntó, señalando a su pezón derecho.
Valentina asintió con la cabeza, sintiendo una pequeña punzada de nerviosismo en el estómago. Sabía que esto era parte del examen, pero todavía se sentía incómoda.
El doctor comenzó a tocar suavemente su pezón derecho, rodándolo entre sus dedos y aplicando una leve presión. "¿Puedes sentir esto?", preguntó.
Valentina asintió y respondió: "Sí, puedo sentirlo".
El doctor repitió el proceso en el otro pezón y después preguntó: "¿Hay alguna sensibilidad al roce en tus pezones? ¿Puedes sentir esto?", dijo mientras rozaba los pezones con sus dedos.
Valentina se mordió el labio inferior mientras se concentraba en las sensaciones. "Sí, puedo sentirlo", respondió.
El doctor continuó con el examen, aplicando diferentes niveles de presión en los pezones de Valentina. "¿Puedes sentir esto?", preguntó cada vez.
Valentina respondió cada vez, sintiendo una creciente incomodidad a medida que el examen continuaba.
Finalmente, el doctor terminó la parte del examen de los pezones y se alejó de la camilla. "Todo parece normal hasta ahora, Valentina", dijo. "¿Listo para pasar a la siguiente parte del examen?".
Valentina asintió, sintiendo una mezcla de alivio y nerviosismo mientras se preparaba para la próxima fase del examen.
Doctor: Valentina, para continuar con el examen, necesito que te recuestes en la camilla y coloques tus piernas en los estribos.
Valentina: Claro, doctor. ¿Debería cubrirme con una bata?
Doctor: No es necesario en esta parte del examen. Voy a utilizar un espéculo vaginal para poder ver el interior de tu vagina y revisar si hay alguna anomalía.
Valentina asiente y se recuesta en la camilla, colocando sus piernas en los estribos.
Doctor: Vas a sentir un poco de frío y presión cuando coloque el espéculo. Avísame si te sientes incómoda en algún momento.
El doctor se coloca unos guantes y toma el espéculo, aplicando un poco de lubricante. Luego, suavemente inserta el espéculo en la vagina de Valentina y lo abre para poder examinarla.
Valentina: (se siente un poco incómoda) Doctor, siento un poco de presión.
Doctor: Es normal sentir un poco de incomodidad, Valentina. Trata de relajarte y respira profundo. No debe doler.
El doctor examina cuidadosamente las paredes de la vagina y el cuello uterino de Valentina, verificando si hay alguna anormalidad o inflamación.
Doctor: Todo parece estar en orden, Valentina. No he encontrado ninguna anomalía. Ahora, voy a retirar el espéculo con cuidado.
El doctor retira el espéculo suavemente y coloca el equipo a un lado.
Doctor: ¿Te sientes bien, Valentina?
Valentina: Sí, gracias, doctor. Solo un poco incómoda, pero todo bien.
Doctor: Muy bien. Ahora, voy a revisar tus glándulas de Bartholin.
El doctor coloca un par de guantes nuevos y revisa las glándulas de Bartholin de Valentina para asegurarse de que estén funcionando correctamente.
Doctor: Todo parece estar bien en esta área también. ¿Alguna pregunta o preocupación que quieras discutir conmigo, Valentina?
Valentina: No, todo está bien, gracias.
Doctor: Perfecto.
Con cuidado, procedió a examinar la zona genital, palpando los labios menores y mayores para detectar alguna anomalía.
Valentina, aunque se sentía un poco nerviosa, se mantuvo tranquila y relajada, tratando de seguir las instrucciones del médico.
¿Sientes algún tipo de molestia o dolor al presionar aquí? -preguntó el doctor mientras palpaba la zona.
No, no siento nada anormal -respondió Valentina.
El doctor siguió examinando, buscando cualquier señal de inflamación o irritación, pero no encontró nada fuera de lo común.
Todo parece estar bien -dijo finalmente el doctor-. Ahora necesito realizar un examen con espéculo para revisar tu cervix.
Valentina asintió con la cabeza, mientras el doctor se preparaba para realizar el examen. Se colocó los guantes y tomó el espéculo, explicándole a Valentina el procedimiento que iba a seguir.
Solo vas a sentir un poco de presión, pero no debería dolerte -dijo el doctor mientras insertaba el espéculo.
Valentina respiró hondo, sintiendo la presión y la incomodidad, pero tratando de mantenerse tranquila.
Listo, ya está en su lugar -anunció el médico mientras ajustaba el espéculo.
Valentina se mantuvo quieta, tratando de no moverse mientras el doctor revisaba el cervix.
Todo parece estar en orden -informó el doctor al retirar el espéculo-. Ahora solo queda la última parte del examen.
Valentina se sentía un poco aliviada de que todo hubiera salido bien hasta el momento, pero aún quedaba un examen más por realizar.
El doctor le preguntó si había notado algún problema en el clítoris, a lo que Valentina respondió que no. Luego, el doctor le pidió que se recostara en la camilla y abriera las piernas para poder examinarla.
El doctor se colocó unos guantes y comenzó a explorar suavemente la zona alrededor del clítoris con sus dedos, preguntándole a Valentina si sentía alguna molestia. La joven respondió que no.
Entonces, el doctor colocó suavemente su dedo índice en el clítoris y comenzó a hacer movimientos circulares suaves. Valentina comenzó a sentir una sensación de hormigueo en todo su cuerpo, lo que la tomó por sorpresa.
"¿Estás bien?", preguntó el doctor, notando la expresión de Valentina.
"Sí, sí, solo es un poco extraño", respondió ella.
El doctor continuó con el movimiento circular y gradualmente comenzó a aplicar un poco más de presión. Valentina comenzó a sentir una sensación de placer creciente, y antes de que pudiera hacer algo al respecto, sintió un orgasmo abrumador.
Valentina se sonrojó profundamente mientras el doctor se retiraba suavemente, asegurándose de no lastimarla.
"¿Estás bien?", preguntó de nuevo el doctor.
"Sí, sí, solo un poco incómodo", respondió Valentina.
El doctor le explicó que a veces las mujeres pueden tener orgasmos involuntarios durante los exámenes de clítoris y que no era nada de qué avergonzarse.
Valentina se sintió aliviada al escuchar esto y se preparó para continuar con el examen.
El doctor comienza a preparar todo para el examen rectal profundo y Valentina siente una mezcla de nerviosismo y curiosidad por lo que viene a continuación. Él le explica detalladamente en qué consistirá el procedimiento y le pregunta si tiene alguna pregunta o preocupación.
Valentina se siente un poco incómoda al pensar en la exploración rectal, pero confía en el profesionalismo del doctor. Él le indica que se acueste boca abajo en la camilla y que flexione sus piernas hacia su pecho, para que pueda acceder mejor a la zona.
El doctor le pregunta si se siente cómoda y le coloca una almohada bajo su abdomen para ayudarla a estar en una posición más relajada. Luego, se coloca guantes estériles y lubricante y comienza a introducir el dedo en el recto de Valentina, a medida que le va explicando lo que va haciendo.
Valentina siente una ligera molestia al principio, pero no le duele y se siente un poco sorprendida al darse cuenta de que le está gustando la sensación. El doctor le pregunta cómo se siente y si desea continuar, y ella asiente.
Luego de unos minutos de estimulación rectal con los dedos, el doctor decide que es necesario utilizar un especulo para continuar con el examen. Le explica que es un instrumento que le permitirá ver mejor el interior del recto y le asegura que no le causará dolor.
Valentina siente un poco de vergüenza al pensar en el especulo, pero se recuerda a sí misma que está en manos de un profesional y se relaja lo más posible. El doctor inserta el especulo con suavidad y comienza a explorar el interior del recto de Valentina con una luz de examen.
A medida que el examen continúa, Valentina comienza a sentir sensaciones que nunca había experimentado antes. Siente una mezcla de placer y vergüenza, pero está demasiado concentrada en lo que está sucediendo como para detener el examen.
El doctor le explica que es posible que sienta un orgasmo involuntario debido a la estimulación de las terminaciones nerviosas en la zona, y le pregunta si se siente cómoda con eso. Valentina se sorprende por la pregunta, pero se da cuenta de que realmente quiere experimentar lo que está sucediendo y asiente con la cabeza.
A medida que el examen continúa, Valentina siente que el placer aumenta y comienza a gemir sin control. El doctor le pregunta si desea detener el examen, pero ella está demasiado perdida en las sensaciones como para responder y continúa gimiendo.
Finalmente, Valentina siente un orgasmo muy intenso y se queda sin aliento durante unos segundos. El doctor le retira el especulo y le pregunta si se siente bien. Ella asiente y le agradece por la experiencia, todavía un poco en shock por lo que acaba de suceder.
El doctor le indica que debe descansar un momento y le ofrece un vaso de agua. Valentina se siente un poco aturdida, pero agradecida por el profesionalismo y el cuidado del doctor.
Después de que Valentina terminó el examen rectal, el Dr. González se tomó unos minutos para hacer algunas notas en su expediente y luego se acercó a ella con una sonrisa en el rostro.
"Bueno Valentina, puedo decir que todo parece estar en orden", dijo el Dr. González. "No hay signos de ningún problema médico importante y todo parece estar en su lugar correcto."
Valentina suspiró de alivio, se sentía muy nerviosa durante todo el examen, pero el Dr. González siempre la hizo sentir cómoda y segura.
"Gracias, doctor", respondió ella. "Realmente me preocupaba algo pudiera estar mal".
"No te preocupes, estás en buenas manos", dijo el Dr. González. "Ahora, solo necesito que te acuestes aquí un poco más mientras tomo algunas notas finales y te daré un poco de tiempo para que te recuperes antes de que te vayas".
Valentina asintió y se acostó en la camilla. El Dr. González comenzó a escribir algunas notas finales en su expediente y Valentina se tomó un momento para relajarse. Aunque se sentía un poco incómoda después del examen rectal, también se sentía aliviada de que todo estuviera bien.
"Entonces, ¿cómo te sientes?", preguntó el Dr. González, rompiendo el silencio. "¿Algún dolor o molestia?"
"No, me siento bien", respondió Valentina. "Solo un poco cansada, supongo".
"Comprendo", dijo el Dr. González. "Es normal sentirse un poco cansada después de un examen tan completo como este".
Valentina asintió y se acurrucó un poco en la camilla. Se sintió un poco cohibida por el hecho de que todavía estaba completamente desnuda frente al Dr. González, pero sabía que era necesario para el examen.
"Entonces, ¿has estado experimentando algún problema de salud en general?", preguntó el Dr. González, haciendo pequeñas notas en su expediente.
"No, no realmente", respondió Valentina. "Solo he estado un poco estresada en el trabajo últimamente".
"Comprendo", dijo el Dr. González. "El estrés puede tener un gran impacto en nuestro cuerpo y nuestra salud en general. Siempre es importante asegurarnos de cuidarnos a nosotros mismos y de hacer lo posible para reducir el estrés en nuestras vidas".
Valentina asintió con la cabeza, agradecida por el consejo del Dr. González.
"Lo tendré en cuenta", dijo ella.
El Dr. González sonrió y cerró el expediente.
"Bueno, creo que eso es todo por hoy", dijo él. "Solo necesitaré que regreses para un chequeo anual en unos meses, pero aparte de eso, estás lista para irte".
Valentina se sentó y comenzó a ponerse la ropa.
"Gracias de nuevo, doctor", dijo ella, sonriendo. "Realmente aprecio su tiempo y atención".
"De nada, siempre estoy aquí para ayudar", respondió el Dr. González. "Solo asegúrate de seguir cuidándote a ti misma y de hacer todo lo posible para reducir el estrés en tu vida".
Valentina asintió y salió de la habitación, sintiéndose aliviada
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