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Mostrando las entradas etiquetadas como bondage

Ana y Laura, 5

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  "Sabes, Laura, tengo una fantasía que he soñado con compartir contigo", dijo Ana en voz baja, su voz cargada de anhelo y deseo. Laura, con los ojos brillantes y el corazón palpitante, le devolvió la mirada con expectación. "Dime, Ana, quiero saberlo todo", respondió, su voz apenas un susurro cargado de anticipación. Ana sonrió, acariciando con ternura el rostro de Laura. "He fantaseado con la idea de explorar el mundo del bondage y la sumisión, entregándonos a un juego erótico lleno de dominación y entrega", confesó, sintiendo cómo su pulso se aceleraba. El rostro de Laura se iluminó con una mezcla de sorpresa y curiosidad. "Eso suena realmente emocionante y desafiante", respondió, sus ojos reflejando su apertura a nuevas experiencias. "Estoy dispuesta a explorarlo contigo, Ana. Quiero descubrir juntas todos los rincones de nuestra sexualidad". Ana asintió, sintiendo un alivio y una emoción abrumadora al saber que Laura estaba dispues

Atada y gozada

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 En un sótano oscuro y misterioso, Elena se encontraba atada a una silla, su cuerpo envuelto en vendas suaves que le impedían ver y moverse con libertad. La adrenalina recorría sus venas mientras esperaba la llegada de su captor, Marco. Sabía que él vendría a someterla y a llevarla al límite de su placer. De repente, el sonido de unos pasos resonó en la habitación y Elena sintió la presencia de Marco acercándose. Una mezcla de miedo y excitación invadió su cuerpo, sabiendo que estaba a merced de su secuestrador. La voz profunda y seductora de Marco rompió el silencio. "Has caído en mis manos, Elena. Ahora eres mía para hacer contigo lo que desee", susurró Marco, acercándose lentamente a ella. Sus manos fuertes y seguras comenzaron a explorar su piel, acariciando cada rincón y despertando sensaciones eléctricas en todo su cuerpo. Marco tomó una tijera y, sin quitarle la venda de los ojos, comenzó a cortar con precisión las ropas de Elena, revelando su desnudez cautivadora. &qu

Atada a la cama

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 En un elegante dormitorio, las luces suaves creaban una atmósfera íntima y misteriosa. Sara se encontraba atada a la cama con delicadas cuerdas de seda, su cuerpo expuesto y vulnerable, esperando ansiosamente las órdenes de su amante. Daniel, con una mirada penetrante, se acercó a ella lentamente, dejando que el sonido de sus pasos resonara en la habitación. Sus dedos rozaron la piel desnuda de Sara, enviando escalofríos de anticipación por todo su cuerpo. "Estás completamente a mi merced, Sara", susurró Daniel con una voz cargada de autoridad. "Hoy te entregarás por completo a mi voluntad y satisfarás todos mis deseos." El corazón de Sara latía aceleradamente, una mezcla de temor y excitación inundaba su mente. Sabía que en ese momento estaba en manos de su amante, dispuesta a cumplir sus órdenes y experimentar un placer que solo él podía proporcionarle. Con movimientos cuidadosos y precisos, Daniel acarició suavemente la zona íntima de Sara, sintiendo la humedad

Mi Primera Vez Con Un Súper Amo 1

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  Con El Sello De Placer y Morbo… Acerca de mí: Hola me llamo Arya estudio y trabajo después se la escuela de mucama en un hotel y a veces también ocasionalmente de camarera en el mismo hotel. Me describo un poco: tengo 19 años, de altura tengo 1.70m mi peso es de unos escasos 46kg soy flaquita, mi pequeño busto de 89cm, cintura de avispa de 57cm con mi abdomen plano, y mi cadera 95cm caderas anchas con una cola bien paradita redondita, ósea mis medidas son 89-57-95, soy de cabello castaño largo casi a la altura de los hombros tez blanca ojos cafés, no obscuros, y bueno delgada muy, muy delgada espero encajar en su tipo de gustos chicos. Primero que nada, daré una breve introducción de mí y de los que me rodean mi familia consiste o consistía en mi padre y mi madre y 4 hijas entre ellas yo Actualmente. Patricia, o Paty de 26 años, Paola de 24, Ariana de 21 años, Arya de 19 años, para ser sincera casi somos muy parecidas a excepción de Paty y Paola que si tiene un cuerpo mucho más traba

De nerd a sissy

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 Esta historia empieza con un adolescente de 17 años llamado Alan, era el típico nerd del salón que a los Bullys les encantaba molestar eh insultar de cualquier manera posible. Un día Alan estaba como siempre sentado en el patio de su escuela y escucha que el Bully del salón le empiezan a gritar  "¡Eh tu, si tu putito!"  Al llegar al lado de Alan se sienta a su lado y le empieza a tocar las piernas de tal forma que Alan se atreve a decirle.. "¿Puedes parar?, me molesta que hagas eso" En eso el Bully lo mira con cara de enojado y le da una palmada en las piernas... "¡Ah que haces!, me duele" Dice mientras se soba sus piernas. "Haber putito, yo sé que te gusta que te hagan estas cosas", "Mejor déjate que seguro te encantará"  Alan no entendía por que de la nada lo que eran golpes en la cara se torno mas a toqueteos y palmadas, después de que su Bully terminara de tocar y molestar a Alan.. Se fue para el salón mientras que Alan se largo a

Iniciación

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  Estaba en la secundaria en Mar del Plata, ya con 16 años y ya había tenido mis primeras experiencias gay con un compañero de mi curso, estas experiencias fueron solo simples masturbaciones entre ambos mientras miramos revistas pornos las cual se la saca al hermano de mi amigo, y después de colegio íbamos a un vagón de carga en la estación de tren y en su interior nos hacíamos la paja, una de esas tardes después del colegio el me dijo que había encontrado tirado en el baño del colegio una revista de hombres y que iríamos al lugar de siempre para pajiarnos, cuando llegamos al vagón nos pusimos a ver las dos revistas una era la de siempre y la otra era una revista de hombre y para nuestra sorpresa en su interior los hombres tenían relaciones sexuales como las mujeres de la otra revista o casi, la cosa que esas fotos no excitaron y comenzamos a pajiarnos, pero mi amigo me tiro el! palo de por que no hacinamos lo de la foto y en la que se había detenido fue en una que se la estaba chupand

Paola Gutierrez

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La lluvia no parecía que se detendría pronto, llevaba ya varias horas cayendo y la temperatura había descendido. No había frio, pero si un fresco anómalo, al menos para la época del año en el que estábamos. Afortunadamente nos encontrábamos en las afueras de la ciudad, en una zona donde nadie nos molestaría. Y detrás de mío estaba ella, atada boca arriba con fuertes nudos a cada extremo de la cama, completamente estirada en forma de X. A pesar de que estábamos a rodeados de su espesura virgen aún no tocada por la mano del hombre, no quería que ella gimiera, al menos no fuerte por lo que le había metido sus propias bragas en la boca. Sus bragas, convertidas en una mordaza, ocupaban toda la extensión de su boca, obligándola a estirar sus labios al máximo. Aún no le había hecho nada, no la había tocado, aunque era obvia mi intención de violarla, después de todo, toda esta situación era producto de aquél deseo. Me había limitado a obligarla a subir a punta de navaja a la van y a proceder a