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Mostrando las entradas etiquetadas como jovencitos

Pegging - Mónica (42) y Fede (26)

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  Mónica ayudó a Fede a ponerse la lencería rosa, asegurándose de que cada pieza estuviera en su lugar.  Fede se sentía un poco nervioso, pero emocionado al mismo tiempo. Nunca antes había usado lencería de este tipo y estaba ansioso por ver cómo se vería. Mónica notó su nerviosismo y le sonrió tranquilizadora mientras le ajustaba el sujetador. "Te ves hermoso, Fede", dijo Mónica mientras ajustaba las tiras del sujetador. "Esta lencería es perfecta para ti, resalta tus curvas y te hace lucir muy sexy". Fede sonrió tímidamente, agradecido por el cumplido. "Gracias, Mónica", respondió él, sintiéndose un poco más cómodo con su aspecto. Después de ponerse la lencería, Mónica ayudó a Fede a maquillarse. Seleccionó los colores perfectos para realzar los ojos de Fede y destacar sus labios. Fede se miró en el espejo y se sorprendió al ver lo bien que se veía. "¡Guau! No sabía que podía verme tan bien", dijo Fede, admirando su aspecto en el espejo. &q

Pegging - Mónica (42) y Lito (21)

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  Mónica ayudó a Lito a vestirse con la lencería, sintiendo la fragilidad de su cuerpo delgado y la suavidad de su piel blanca. Le puso unas medias negras de encaje que contrastaban con su tez y una tanga roja que apenas cubría su trasero.  Lito se sentía nervioso y excitado al mismo tiempo, nunca había experimentado algo así antes. Se preguntaba si estaba haciendo lo correcto al dejarse llevar por Mónica, una mujer mayor que él, pero no podía negar la atracción que sentía hacia ella.  Mientras Mónica lo ayudaba a ponerse la lencería, Lito no podía evitar pensar en la exploración sexual que estaba a punto de experimentar. Estaba fascinado por la idea de probar cosas nuevas y de dejarse llevar por sus deseos más profundos.  Cuando finalmente estuvo vestido, Mónica lo tomó de la mano y lo llevó hacia la cama, donde lo hizo acostarse boca arriba. Lito se sentía como se siente un adolescente, con la piel sensible y los sentidos alerta.  Mónica se acercó y comenzó a besar su cuello, moviend

El hijo de mi vecina

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 Era una mañana de verano. Volvía del gimnasio y en el camino a casa se largó una lluvia torrencial. Mojada por completo, al llegar a casa me doy cuenta que no me había llevado las llaves y mi marido ya se había ido al trabajo. Tenía como vecina a María, una mujer muy buena que siempre estaba atenta a cualquier cosa que necesitásemos. Vivía con su hijo Ramiro, un adolescente de ya 18 años. Desde más chico Ramiro me espiaba desde la terraza cuando yo tomaba sol en el patio. Me daba morbo y jugaba un poquito siempre simulando que no sabía que me estaba espiando. Decidí tocarle el timbre a Ramiro. Sabía que María estaba de viaje y él estaba solo esos días en su casa. Al verme quedó impactado. A su puerta estaba llamando la mujer con la que siempre fantaseó, toda mojada al punto que se transparentaba la ropa interior diminuta.  Y: Hola Rami ¿cómo estás? R: Hola Lore. ¿Bien, vos? Estas empapada Y: Si, me olvidé las llaves de casa y no hay nadie. R: Vení ¿queres pasar? Y: ¿Te molestaría? No

Maria conoce a tres pendejos

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  María entró en la cervecería y se sentó en la barra, examinando la lista de cervezas artesanales. Mientras decidía qué pedir, tres jóvenes se acercaron y se sentaron a su lado. Comenzaron a hablarle sobre sus cervezas favoritas y la cultura cervecera en Buenos Aires, y ella encontró su conversación divertida e interesante. Uno de ellos le ofreció una muestra de su cerveza favorita y ella aceptó, disfrutando de su sabor complejo y refrescante. A medida que la conversación continuaba, se dio cuenta de que estaba disfrutando de la compañía de estos jóvenes y de la sensación de libertad que experimentaba al estar sola en un lugar nuevo. Después de varias cervezas y risas, los jóvenes se ofrecieron a llevarla en su auto a casa de uno de los tres, donde continuarian la velada. María se sentía un poco nerviosa ante la propuesta de los jóvenes, pero decidió aceptar. Después de todo, había sido una noche divertida y no había tenido la oportunidad de conocer gente nueva en mucho tiempo. El via