El suave timbre de la puerta me anunció que Jaime había llegado. Con una sonrisa de anticipación, abrí la puerta y allí estaba él, radiante y lleno de entusiasmo. Sus ojos brillaban con una mezcla de emoción y nerviosismo, y su presencia llenaba la habitación de una energía especial. "¡Hola, Monica!", dijo Jaime con una voz llena de emoción. "Estoy tan emocionado de estar aquí contigo y vivir esta experiencia juntos". "¡Hola, Jaime!", respondí con una sonrisa. "Que bueno que llegaste, te esperaba ansiosa. Ven, pasa y siéntate". Nos acomodamos en el sofá, y mientras nuestras miradas se encontraban, podía sentir cómo la conexión se intensificaba. Habíamos hablado y planificado todo con anticipación, pero ahora el momento estaba aquí, y la emoción era palpable en el aire. "Mónica, quiero agradecerte por estar dispuesta a explorar esto conmigo", dijo Jaime, tomando mis manos entre las suyas. "Es un paso importante para mí, y estoy feli...