Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como sumiso

Juan, mi secretario y esclavo sexual 6

Imagen
  Vanesa se detuvo frente a la casa de Juan, esperando impaciente a que él saliera. Sabía que el día sería agitado y que necesitaban aprovechar cada minuto extra para adelantar el trabajo. A medida que veía la puerta abrirse, su corazón latía con anticipación. Juan apareció frente a ella, luciendo impecable en su traje y con una sonrisa en los labios. Sabía que él estaba dispuesto a entregar lo mejor de sí para cumplir con sus expectativas laborales. Era una de las cualidades que más admiraba de él, su dedicación y compromiso. "¡Buenos días, Juan!", saludó Vanesa con entusiasmo. "Hoy vamos a adelantar mucho trabajo, así que pensé en pasar a recogerte dos horas antes. ¿Estás listo?" Juan asintió con una mezcla de excitación y determinación. "¡Claro, Vanesa! Estoy completamente preparado. Siempre es un placer trabajar contigo y aprovechar cada oportunidad para superarnos". Ambos se subieron al auto y emprendieron el camino hacia la oficina. Durante el trayec

Juan, mi secretario y esclavo sexual 5

Imagen
  Vanesa se inclina hacia Juan con una sonrisa traviesa en sus labios. "Juan, necesito tu compañía para ir al centro a hacer unos trámites", le dice con voz sugerente. "Será una oportunidad perfecta para disfrutar de un momento a solas". Ambos se dirigen hacia el estacionamiento, y Vanesa desbloquea las puertas de su lujoso automóvil. Juan toma asiento en el asiento del pasajero, sintiendo la excitación crecer en su interior. El ambiente en el vehículo se carga de una tensión eléctrica, una mezcla de anticipación y deseo que es palpable en el aire. Vanesa arranca el motor y, mientras conducen por las transitadas calles de la ciudad, sus miradas se entrelazan en el retrovisor. El contacto visual habla por sí solo, revelando las intenciones ocultas y los juegos sensuales que están por desplegarse. El ronroneo del motor se mezcla con el palpitar acelerado de sus corazones, creando una sinfonía íntima que solo ellos pueden percibir. Vanesa aprovecha cada semáforo en roj

Juan, mi secretario y esclavo sexual 4

Imagen
  Vanesa, con voz firme y seductora, le pide a Juan que se quede a hacer horas extras después de hora. "Juan, necesito que te quedes un poco más", le digo con una sonrisa juguetona. "Hay algunos asuntos pendientes que debemos resolver y me encantaría que estuvieras aquí a mi lado". Juan asiente con sumisión, consciente de la dinámica que hemos creado entre nosotros. Él sabe que, aunque las horas de trabajo han terminado oficialmente, nuestra conexión trasciende los límites laborales. El juego de poder y deseo se intensifica cuando estamos solos, alejados de las miradas indiscretas. El ambiente en la oficina cambia sutilmente a medida que los demás empleados se retiran. La atmósfera se carga de electricidad y complicidad. Las luces tenues y el silencio solo aumentan la tensión entre nosotros. Observo cómo Juan se acerca lentamente hacia mi escritorio, sus ojos fijos en los míos, expectantes y llenos de anticipación. Me inclino hacia atrás en mi silla, dejando que mi

Juan, mi secretario y esclavo sexual 3

Imagen
  Mientras me posiciono al frente de la imponente sala de conferencias, siento la mirada de todos sobre mí. Soy Vanesa, una ejecutiva de renombre en esta importante empresa, conocida por mi habilidad para liderar con autoridad y cautivar a cualquier audiencia. La reunión se desarrolla con la seriedad y profesionalismo que se espera en este entorno corporativo, pero bajo la superficie, arde una pasión prohibida entre Juan, mi atractivo asistente, y yo. Nuestras miradas se entrelazan en momentos fugaces, llenos de significado. Pequeños gestos cargados de deseo pasan desapercibidos para los demás, pero nuestra conexión es innegable. A medida que avanzamos en las discusiones de negocios, la tensión entre nosotros se vuelve insoportable. Cada encuentro, cada intercambio de palabras, está impregnado de una electricidad sensual que amenaza con desbordarse. A pesar de mi posición como líder, no puedo evitar sentir una atracción magnética hacia Juan. Sus ojos oscuros y penetrantes despiertan en

Me encanta ser cornudo

Imagen
  Hola, vengo a contar aventuras que he tenido durante todo lo que llevo de vida como cornudo. Mi mujer hace tiempo me puso los cuernos con un tipo simplemente por que mi pene era mucho mas pequeño que el de el. A mi eso no me importó y desde entonces quedamos con el o con varias personas para que se follen a mi mujer mientras miro. El ser humillado de esa forma me encanta. Me toca limpiarla del semen con el que la impregnan y muchas veces recibo yo. Les voy a contar la vez que mi mejor amigo, su hermano y mi mujer follaron mientras yo miraba. Esa mañana me llegó un mensaje de mi mejor amigo en el que me decia "quieres ver lo que me ha mandado una persona?", yo inocentemente le dije que si, y nada mas decirselo me renvió 26 imagenes de mi mujer toda desnuda y me puso "quieres que quedar ahora tu mujer, mi hermano tu y yo?". Yo le comenté todo a mi mujer y ella me dijo que esas fotos se las habia mandado ella y que todo era su plan desde el principio. Al cabo de unas

Un sumiso obediente y mi novia puta de mi amigo

Imagen
 Como muchas parejas que terminan en el mundo cuckold primero empiezan con los trios y de a poco el novio o marido va tomando su lugar cuckold de mirar. Así también empezamos nosotros, estuvimos un tiempo largo jugando los juegos de trios y con el tiempo le propuse mirar porque eso me daba mas placer y excitacion, todo esto lo hacíamos con un amigo en común que tenemos y que se sumaba en cualquier locura o morbo que teníamos. Con el tiempo mirar ya no me llenaba al 100 entonces le propuse que ella tenga encuentros a solas con él, los encuentros a solas se hacían en la misma casa y yo ahí también solo que ellos en una habitación a solas y yo me masturbaba escuchando e imaginando las cosas que el le hacia o como se la comía a veces hasta por horas, a tal punto que yo me terminaba durmiendo en el sillón después de 2 o 3 pajas. Una vez que se cansaba de cogerla ella venía y me levantaba con un beso para ir a la cama con ellos y podía sentir su olor a sexo y semen. Pasado el tiempo quisimos