Perdiendo a mi novia 2
Tras aquella noche inolvidable, algo cambió en mí. Notaba cómo mi culito deseaba ser tocado y explorando de manera diferente. Claudia también estaba diferente, más sonriente y segura de sí misma. Habíamos roto las barreras de lo convencional, y los dos éramos conscientes. Luca se había convertido en nuestro confidente, y a menudo hablábamos de aquella velada. Claudia aseguraba que había sido la mejor noche de su vida, y yo no podía evitar sentirme halagado y a la vez celoso de su amigo. Pero algo había cambiado en mí. cada vez que Claudia y yo teníamos relaciones, extrañaba la penetracion de Luca y su miembro grueso en el ano. Quería volver a sentir su cuerpo, y una noche no pude evitar decírselo a mi novia. Se sonrojó y me besó con passion. Sabía lo que quería decir, y había algo en su mirada que también lo anhelaba. Quedamos los tres en casa de Luca esta vez. Bebimos vino y charlamos de todo menos de lo evidente. Yo notaba la tensión sexual en el ambiente, como si fueran dos animales...