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Mostrando las entradas etiquetadas como amante

Samantha tiene un ultimo encuentro con Diego

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  El celular de Samantha comenzó a vibrar, interrumpiendo el silencio que reinaba en la habitación. Las tres mujeres se sobresaltaron al escuchar el sonido y miraron a Samantha, que tomó el teléfono y lo revisó. Era un mensaje de texto de Diego. -¿Qué dice? -preguntó Ana con curiosidad. -Solo dice que quiere hablar conmigo -respondió Samantha con una expresión de preocupación en su rostro. -¿Y qué vas a hacer? -preguntó María Victoria. -No sé, no quiero volver a tener nada con él después de lo que pasó -dijo Samantha, incierta. -Deberías escuchar lo que tiene que decir -intervino María Victoria-. Podrías arrepentirte si no lo haces. En ese momento el telefono recibio una llamada, y Samantha reflexionó por un momento y finalmente decidió contestarle a Diego.  Samantha respondió la llamada, preocupada por el llanto de Diego al otro lado de la línea. "Diego, ¿qué pasa? ¿Por qué estás llorando?" preguntó con voz suave. "Lo siento, Samantha. No pude evitar llamarte. Solo nece

Samantha y María Victoria: Haciendole el culo al ex novio de Ana

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  Ana se estremeció cuando su teléfono sonó, interrumpiendo su momento de placer con sus dos amigas. Miró hacia abajo, viendo el nombre de su ex novio en la pantalla. Sintió un nudo en el estómago al pensar en hablar con él, pero decidió responder de todos modos. "Hola", dijo con una voz temblorosa. "Ana, ¿cómo estás?", preguntó su ex novio con una voz tranquila. "Estoy bien", respondió ella, tratando de sonar normal. "¿Y tú?" "Estoy bien también", dijo él. "Escucha, he estado pensando en ti últimamente y me preguntaba si podríamos hablar en persona". Ana no sabía qué decir. Había terminado con su ex novio hace varios meses, y aunque todavía tenía sentimientos por él, no estaba segura de si quería volver a estar con él. "Lo siento, no sé si es una buena idea", dijo ella vacilante. "Por favor, solo quiero hablar contigo", suplicó su ex novio. "No te pido nada más". Ana suspiró, sintiendo una mezcla

Samantha y Maria Victoria inician a Ana en el lesbianismo

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 Samantha y Maria Victoria llegaron al bar, buscando un lugar tranquilo donde puedan relajarse y disfrutar de un trago. Se sentaron en una mesa cerca de la ventana, desde donde podían ver a la gente pasar por la calle. "Mira, hay una pareja que parece estar muy feliz", dijo Maria Victoria, señalando a una pareja que caminaba de la mano por la acera. "Sí, es lindo ver eso", respondió Samantha, sonriendo. "Me gusta pensar que el amor verdadero todavía existe". De repente, el sonido de una voz elevada llamó su atención. Una joven estaba discutiendo acaloradamente con su novio, que parecía cada vez más frustrado. "Oh, eso no se ve bien", dijo Maria Victoria con preocupación. Samantha asintió y se puso de pie. "Tal vez deberíamos ir a hablar con ella, ofrecerle algo de apoyo", sugirió. Maria Victoria estuvo de acuerdo, y juntas se acercaron a la joven, que estaba sola llorando en una mesa. "¿Estás bien?", preguntó Samantha suavemen

Maria Victoria y Julieta: En el Teatro Colon

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  Mavi y Julieta habían planeado su noche en el Teatro Colón con mucha anticipación. Era una ocasión especial, no sólo porque iban a ver una de las óperas más famosas del mundo, sino porque iban a estar juntas en una noche romántica e inolvidable. Desde el momento en que llegaron al teatro, se sintieron transportadas a otra época. Todo estaba diseñado con elegancia y estilo, desde las luces doradas que iluminaban el interior del teatro, hasta los hermosos frescos del techo que parecían envolverlos en un mundo de arte y cultura. Después de tomar sus asientos, Julieta tomó la mano de Mavi y le susurró al oído: - Esta noche es perfecta, gracias por estar aquí conmigo. - No hay nada que agradecer, mi amor -respondió Mavi con una sonrisa-. Estoy muy feliz de estar aquí contigo. La ópera comenzó y las dos mujeres se sumergieron en la música, la trama y el ambiente del teatro. Cuando terminó el primer acto, Julieta le preguntó a Mavi si quería ir al baño. - Sí, vamos -respondió Mavi, tomando

Nuestro padrino de boda era es y seguirá siendo mi amante

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  Él que ahora es nuestro padrino de boda, antes de que me casara, yo era su amante. Él está casado, pero no castrado, por lo que nada nos impedía que, cada vez que teníamos una oportunidad, nos acostásemos y mutuamente disfrutásemos. Pero un día me presentó a uno de sus mejores amigos y comenzó a convencerme de que me convenía casarme con ese tipo, ya que aparte de tener mucho dinero, estaba que se babeaba por mí. Y lo de babearse lo digo en sentido literal, ya que cada vez que me besaba, yo terminaba completamente babeada, y cuando comenzamos a tener relaciones, aprendí a soportar que también me cayera su baba encima. Además, mi esposo es el eyaculador más rápido del país, por no decir del mundo entero, ya que el pobre, en la mayoría de las ocasiones, por no decir que todas, no ha comenzado a penetrarme cuando ya se ha venido. Pero aparte de esos pequeños detalles, es tremendo esposo, y que lo mejor de todo es que no es mal pensado, ni celoso. Un día me sentía tan frustrada y cansada