Maria Victoria y Julieta: En el Teatro Colon
Mavi y Julieta habían planeado su noche en el Teatro Colón con mucha anticipación. Era una ocasión especial, no sólo porque iban a ver una de las óperas más famosas del mundo, sino porque iban a estar juntas en una noche romántica e inolvidable.
Desde el momento en que llegaron al teatro, se sintieron transportadas a otra época. Todo estaba diseñado con elegancia y estilo, desde las luces doradas que iluminaban el interior del teatro, hasta los hermosos frescos del techo que parecían envolverlos en un mundo de arte y cultura.
Después de tomar sus asientos, Julieta tomó la mano de Mavi y le susurró al oído:
- Esta noche es perfecta, gracias por estar aquí conmigo.
- No hay nada que agradecer, mi amor -respondió Mavi con una sonrisa-. Estoy muy feliz de estar aquí contigo.
La ópera comenzó y las dos mujeres se sumergieron en la música, la trama y el ambiente del teatro. Cuando terminó el primer acto, Julieta le preguntó a Mavi si quería ir al baño.
- Sí, vamos -respondió Mavi, tomando la mano de Julieta y levantándose de su asiento.
Mientras esperaban en la fila para entrar al baño, Julieta se acercó a Mavi y la besó con ternura. Mavi respondió con pasión, y pronto se encontraron besándose apasionadamente en el pasillo del teatro.
Cuando finalmente llegaron al baño, se miraron a los ojos y sonrieron, sabiendo que su amor era tan fuerte que nada podía detenerlo.
Cuando entraron al baño, ambas se sintieron aliviadas al ver que estaba vacío. Julieta tomó la iniciativa y me llevó a uno de los compartimientos privados. Una vez adentro, cerró la puerta con seguro y me tomó en sus brazos.
Te amo, Mavi - dijo mientras me besaba apasionadamente.
Y yo a ti - respondí entre besos.
Julieta comenzó a deslizar sus manos por mi cuerpo, acariciando cada rincón con delicadeza y pasión. Mis manos hicieron lo mismo, explorando cada centímetro de su piel suave y cálida. Nos besábamos con tanta intensidad que el tiempo parecía detenerse.
¿Quieres hacer el amor aquí? - preguntó Julieta con voz ronca.
Asentí con la cabeza, incapaz de pronunciar una palabra. Ella comenzó a desabrochar mi blusa lentamente, revelando mi sujetador negro de encaje. Con un movimiento rápido, lo desabrochó y lo quitó. Sus labios encontraron mis pezones, y un gemido escapó de mis labios.
Mavi no podía resistir más, así que tomó la iniciativa y empujó a Julieta contra la pared. Comenzó a besarla con pasión, mientras sus manos exploraban su cuerpo con deseo. Sin decir una palabra, Julieta entendió lo que Mavi quería y deslizó uno de sus dedos hacia su ano, haciendo que Mavi gimiera de placer.
La intensidad del momento fue aumentando a medida que se besaban apasionadamente y se entregaban al placer mutuo. Mavi dejó escapar gemidos y suspiros mientras Julieta continuaba estimulándola con su dedo. Estaban completamente perdidas en su pasión, sin preocuparse por el tiempo ni el lugar.
Estaban completamente perdidas en su pasión, sin preocuparse por el tiempo ni el lugar. Sus gemidos y suspiros llenaban el pequeño espacio del compartimiento privado, mientras sus manos exploraban cada centímetro de sus cuerpos. Julieta seguía estimulando a Mavi con un dedo en el ano, mientras esta última se dedicaba a acariciar los senos de Julieta y a morder su cuello.
De repente, Julieta se separó de Mavi y la miró a los ojos, con una expresión de deseo y de cariño que la hizo temblar. Sin decir una palabra, se arrodilló ante ella y comenzó a lamer su sexo con suavidad y delicadeza, como si fuera un manjar exquisito. Mavi se dejó llevar por el placer, acariciando su cabello y susurrando su nombre con voz entrecortada.
Después de unos minutos, Julieta se detuvo y se levantó, con una sonrisa en los labios. Mavi supo que era su turno de devolverle las atenciones, y se arrodilló ante ella con la misma pasión y entrega. Julieta gemía y suspiraba mientras Mavi la estimulaba con su lengua y sus dedos, llevándola al borde del éxtasis una y otra vez.
Julieta arqueó su cuerpo, aferrándose a los bordes del lavamanos mientras gemía y jadeaba de placer. "Oh Dios, Mavi, sigue, no pares", susurró con voz entrecortada.
Mavi respondió con un suave murmullo mientras seguía explorando el cuerpo de Julieta con su lengua y sus dedos. "Me encanta hacerte sentir así, mi amor", dijo mientras levantaba la vista hacia los ojos de Julieta y le sonreía.
Julieta se aferró a Mavi, envolviéndola en sus brazos mientras se besaban apasionadamente. "Eres increíble", susurró Julieta contra los labios de Mavi. "Te amo más allá de las palabras".
Mavi respondió con otro beso, sintiendo su cuerpo vibrar con la pasión que compartían. "Te amo también, Julieta. Siempre y para siempre", dijo con voz suave.
La pareja se mantuvo así por un tiempo, entregadas completamente a su amor y la pasión que compartían. No les importaba el tiempo ni el lugar, solo el amor que compartían en ese momento. Finalmente, se separaron y salieron del baño, abrazadas y sonrientes, listas para continuar su noche juntas.
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