Un turno, un indicio y un culo para bombear
La conocí por Tinder. Matcheamos y conversamos para luego enterarnos que nuestros trabajos estaban cerca. Después de varios días sin escribirle, me mandó un mensaje preguntando a qué hora terminaba de trabajar y coincidimos a la cinco de la tarde en un Shopping cercano. Me di cuenta que era ella por su cabello rojo oscuro, piel blanca y un culo firme que relucía apretado en una falda de cuero. Parecía una oficinista aunque trabajaba en un call center, zapatos de tacón alto, medias, lentes y las uñas esculpidas, de color naranja, algo que me llamaba mucho la atención. Aquella tarde nos quejamos de lo que hacíamos y no hubo ningún guiño erótico, pero yo estaba tan fumado que me di cuenta después, cuando llegué a mi casa con la verga a punto de explotar. Decidí escribirle por wsap. -Se me olvidó comentarte que tienes un culo hermoso-, le puse. -Jajaja, pensé que ni te gusté-, respondió. -Si pero no daba hablarte de tu culo, con la falda se marcaba, pero ni te lo vi- -Ahí lo tienes, en