El beso negro
Valentina se levantó de la cama con un bostezo, sintiendo la fatiga acumulada de la noche anterior. Miró su celular y vio el mensaje del cliente nuevo, solicitando sus servicios para esa misma noche. A pesar del cansancio, sabía que no podía permitirse rechazar trabajo en su situación. Después de tomar una ducha y desayunar algo rápido, Valentina se preparó para salir. Se puso su mejor ropa, su vestido negro y sus zapatos de tacón alto, y se maquilló con destreza. A pesar de las ojeras y la fatiga, sabía cómo resaltar sus rasgos más seductores. Luego, tomó un taxi hacia la dirección que le había dado el cliente. A medida que se acercaba a su destino, se preguntaba qué esperar de este nuevo encuentro. Aunque había estado en esta industria por un tiempo, siempre había incertidumbre en cada nueva experiencia. Finalmente, el taxi se detuvo frente a un edificio lujoso. Valentina pagó al taxista y bajó del vehículo, ajustando su vestido antes de subir las escaleras hacia el departamento del