La mas puta de la empresa 4

Al día siguiente, Maria se levantó temprano, algo adolorida después del castigo de su jefe. Se dio una ducha larga y relajante, pensando en lo ocurrido el día anterior. Su culo aún le escocia un poco, pero el recuerdo de las sensasiones que había vivido la excitaban sobremanera. Llegó a la oficina dispuesta a enfrentarse a un nuevo día de trabajo. Ricardo la recibió con una sonrisa de oreja a oreja, como si nada hubiera ocurrido. Maria se sintió algo raro mientras se sentaba en su escritorio. Las horas pasaron tranquilas, con un Ricardo jovial y amable, casi como si nada hubiera pasado. Maria estaba al tanto de su cambio de humor, pero decidió no dar importancia al asunto. Mientras trabajaba, no podía evitar pensar en cómo su jefe había sido capaz de cambiar su estado de ánimo tan drásticamente. Hacia el final de la jornada laboral, Ricardo llamó a Maria a su oficina. La joven se sintió nerviosa, pero hizo acto de presencia ante su jefe. - Buenos días, Maria. He pensado que, desp...