Gerardo va por masajes

María se preparó para darle un masaje a Gerardo, quien había solicitado específicamente sus servicios. Al llegar a la casa de Gerardo, María lo recibió amablemente y comenzó a preparar la habitación para el masaje. Una vez que Gerardo se recostó en la camilla, María comenzó a trabajar en sus músculos con habilidad. Gerardo suspiraba de alivio mientras ella trabajaba en cada área de su cuerpo. María notó que Gerardo parecía un poco nervioso y decidido a hacer que se sintiera más cómodo, comenzó a hablar con él en un tono suave y relajante. "¿Te gusta el masaje hasta ahora, Gerardo?" preguntó María con una sonrisa. "Sí, me encanta", respondió Gerardo con una sonrisa tímida. María se sintió halagada y decidió darle un masaje más profundo. Mientras trabajaba en su espalda, notó que Gerardo comenzaba a respirar más fuerte y su miembro se ponía duro contra la camilla. María decidió tomar las cosas un poco más lejos y comenzó a acariciar suavemente sus muslos mientras cont