Samantha tiene un ultimo encuentro con Diego

 


El celular de Samantha comenzó a vibrar, interrumpiendo el silencio que reinaba en la habitación. Las tres mujeres se sobresaltaron al escuchar el sonido y miraron a Samantha, que tomó el teléfono y lo revisó. Era un mensaje de texto de Diego.


-¿Qué dice? -preguntó Ana con curiosidad.


-Solo dice que quiere hablar conmigo -respondió Samantha con una expresión de preocupación en su rostro.


-¿Y qué vas a hacer? -preguntó María Victoria.


-No sé, no quiero volver a tener nada con él después de lo que pasó -dijo Samantha, incierta.


-Deberías escuchar lo que tiene que decir -intervino María Victoria-. Podrías arrepentirte si no lo haces.


En ese momento el telefono recibio una llamada, y Samantha reflexionó por un momento y finalmente decidió contestarle a Diego. 


Samantha respondió la llamada, preocupada por el llanto de Diego al otro lado de la línea. "Diego, ¿qué pasa? ¿Por qué estás llorando?" preguntó con voz suave.


"Lo siento, Samantha. No pude evitar llamarte. Solo necesitaba escuchar tu voz de nuevo", respondió Diego sollozando.


Samantha suspiró y respondió con calma: "Lo entiendo, Diego. Pero ya te dije que no podemos volver a estar juntos. Fue una noche de diversión, nada más".


"Pero no puedo sacarte de mi cabeza", dijo Diego, todavía sollozando. "Quiero volver a verte, quiero estar contigo de nuevo".


"Siento mucho que te sientas así, Diego, pero no puedo ayudarte con eso", respondió Samantha con voz compasiva. "Necesitas seguir adelante y encontrar a alguien más que te haga feliz". "Si quieres podemos encoontrarnos en un café cercano para hablar." Diego aceptó de inmediato.


Samantha se preparó para salir y las otras dos amigas le desearon suerte. Estaba nerviosa por encontrarse con Diego de nuevo, pero necesitaba cerrar ese capítulo de su vida de una vez por todas.

Lo encontro llorando en una mesa del cafe. "No puedo sacarte de mi cabeza", dijo Diego, todavía sollozando. "Quiero volver a verte, quiero estar contigo de nuevo".

"Déjame ayudarte", dijo Samantha mientras llevaba a Diego al baño de mujeres. "Hablaremos allí". Diego la miró con tristeza, sus ojos rojos por las lágrimas.

Mientras se encontraban en el compartimento privado, Samantha le dijo a Diego: "Escucha, no quiero que pienses que estoy haciendo esto por lástima o por lo que pasó antes. Lo estoy haciendo porque creo que mereces una segunda oportunidad y porque, aunque haya terminado nuestra relación, aún te aprecio como persona". Diego asintió con la cabeza, agradecido.


Samantha se acercó a él y comenzó a besarlo apasionadamente mientras le quitaba la camisa. Diego se dejó llevar por el momento, sintiendo cómo la pasión que había entre ellos volvía a surgir. Luego, Samantha se arrodilló y le desabrochó el pantalón, sacando su miembro erecto.


Diego gemía de placer mientras Samantha lo estimulaba con su boca y lengua. Luego Samantha se incorporo y ayudo a Diego a apoyar las palmas de sus manos contra la pared, mientras ella se ubicaba a sus espaldas, acariciandole las nalgas.

Diego cerró los ojos y se dejó llevar por las caricias de Samantha. Ella lo besó en el cuello y luego bajó hacia su espalda, mientras continuaba acariciando sus nalgas. Diego podía sentir su erección creciendo y sabía que Samantha también estaba excitada.


"Samantha, te extrañé tanto", dijo Diego en un susurro.


"Eres un tonto, Diego", respondió Samantha mientras le mordisqueaba el cuello. "Pero también te extrañé". Él gimió y se arqueó ligeramente hacia atrás, buscando más contacto.

"Me alegra que hayas venido", dijo Samantha mientras continuaba acariciándolo. "Pero esta vez, tienes que hacer lo que yo diga. ¿De acuerdo?".


Diego asintió de nuevo, cada vez más excitado. 

Diego jadeó y comenzó a mover sus caderas hacia adelante y hacia atrás, buscando más contacto. Samantha sonrió y se puso detrás de él, acariciando suavemente su ano.


Diego se estremeció y se apoyó más fuerte contra la pared. Samantha continuó acariciándolo y estimulándolo mientras él gemía y se retorcía de placer.

Diego gemía de placer mientras Samantha estimulaba su ano. "Oh Dios mío, Samantha, nunca había sentido algo así", dijo él entre jadeos.


Samantha sonrió, disfrutando de verlo tan entregado. "Me alegra que te guste, Diego", respondió ella, mientras continuaba con sus caricias.


Diego siguió moviendo sus caderas, buscando más contacto con Samantha. "Quiero sentirte más cerca", dijo él, apoyando su cabeza contra la pared.


Samantha se acercó más, dejando que su cuerpo se apoyara en la espalda de Diego. "¿Así está mejor?", preguntó ella, mientras continuaba estimulando su ano.


Diego asintió, sintiendo la respiración agitada de Samantha en su cuello. "Sí, así está perfecto", dijo él, mientras gemía de placer.


Samantha siguió estimulando su ano, jugando con diferentes intensidades y ritmos. Diego se retorcía de placer, moviendo sus caderas y apoyando sus manos contra la pared.


"Oh Dios mío, Samantha, no puedo aguantar más", dijo Diego entre jadeos.


Samantha sonrió, sabiendo que estaba cerca de alcanzar el clímax. "Déjate ir, Diego", dijo ella suavemente. "Permíteme hacerte sentir bien".


Diego se dejó llevar, sintiendo una ola de placer recorrer su cuerpo. Samantha lo sostuvo mientras se recuperaba del orgasmo, acariciando suavemente su espalda. "¿Te sientes bien?", preguntó ella.


Diego asintió, todavía jadeando. "Sí, fue increíble", dijo él, sonriendo. "Gracias, Samantha".


Samantha le devolvió la sonrisa, sintiendo su corazón latir con fuerza. "De nada, Diego", respondió ella. "Me alegra que hayas disfrutado".


***


Samantha llegó a su departamento, donde sus dos amigas la esperaban ansiosas por saber qué había pasado con Diego. Después de tomar asiento en el sofá y servirse una copa de vino, Samantha comenzó a contarles todo lo sucedido en el baño del bar.


Ana escuchaba con atención, pero a medida que Samantha hablaba, podía ver en su rostro una expresión de tristeza. "Me siento mal por Diego", dijo Ana. "Debe ser difícil para él que tú lo hayas rechazado".


Samantha suspiró y se encogió de hombros. "Lo sé, pero simplemente no puedo seguir adelante con él", explicó. "Necesito seguir adelante y encontrar a alguien con quien tenga una conexión real".


Maria Victoria asintió en acuerdo. "Entiendo completamente", dijo. "Todos merecemos estar con alguien que nos haga sentir especial y queridos".


Las tres mujeres continuaron hablando durante horas, compartiendo historias de amor y desamor, y brindando apoyo emocional unas a otras. Aunque Ana se sentía un poco triste por Diego, estaba agradecida por tener a dos amigas tan increíbles a su lado.




Comentarios

Entradas populares de este blog

La Culona Vianey (Testigo de Jehova, Joven Casada Infiel)

Mi mejor amigo embarazo a mi mamá

Mi Primer Experiencia Pegging