Sofía, 19 años, recien casada, conoce la prostitucion
Juan había estado pensando en algo durante semanas. Un amigo suyo, un hombre de negocias exitoso como él, había expresado su interés en tener relaciones sexuales con Sofía. Juan sabía que Sofía se sentiría incómoda con la idea, pero él sabía que ella sería sumisa y obediente ante cualquier petición de su esposo.
Juan le dijo a Sofía que había encontrado un negocio para ellos. Le dijo que iban a recibir una gran cantidad de dinero a cambio de que ella se sometiera a un acto sexual con el amigo de Juan. Sofía se asustó y se opuso inicialmente, pero Juan le dijo que era parte de su matrimonio y que debía cumplir con sus deseos.
El amigo de Juan llegó a la casa y se reunió con Juan y Sofía. Juan le dijo a su amigo que Sofía estaba dispuesta a cumplir con sus deseos sexuales, y el amigo se alegró profundamente. Juan le dijo a Sofía que debía obedecer al amigo de Juan como si fuera él, y ella se sentía asustada pero también obligada por la situación.
El amigo de Juan se acercó a Sofía y la miró directamente en los ojos. Sofía se sentía incómoda pero también excitada por la idea de estar con otro hombre después de haber estado con Juan durante tanto tiempo. El amigo de Juan le dijo que se pusiera en posición para que él pudiera entrar en ella desde atrás. Sofía obedeció sin decir nada y se puso en posición, arrodillándose sobre el lecho.
El amigo de Juan comenzó a lamer sus ano y sus nalgas antes de entrar en ella desde atrás. Sofía sentía la sensación del hombro entrando en ella, lentamente y cuidadosamente. El amigo de Juan continuó avanzando hasta que estaba completamente dentro de ella, y Sofía gritó con dolor y placer al mismo tiempo. El amigo de Juan comenzó a moverse dentro de ella hasta que finalmente llegó a su punto culminante, gritando con placer mientras se retiraba lentamente de ella. Sofía se sintió agotada pero también satisfecha por la experiencia que había acabado de vivir.
Después del acto sexual, el amigo de Juan se retiró, agradecido profundamente por la oportunidad de tener relaciones sexuales con Sofía. Juan le dio a Sofía un beso en la mejilla antes de decirle:
"Mi amor, has demostrado una vez más tu sumisión y obediencia hacia mí y hacia nuestro matrimonio. Estoy orgulloso de ti."
Sofía se sentía agradecida por las palabras de Juan, sintiéndose completamente a su disposición para cualquier deseo sexual que él pudiera tener hacia ella o hacia otros hombres. El dinero había cambiado su relación sexual completamente, convirtiéndola en algo más profundo y más significativo para ambos lados.
Comentarios
Publicar un comentario