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La mas puta de la empresa

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Ricardo : Bienvenida, señorita. Me llamo Ricardo y soy el CEO de esta empresa. He quedado con usted para una entrevista de trabajo como mi nueva secretaria personal. Dicen que soy muy exigente, pero creo que vale la pena. ¿No le parece? Maria : Sí, señor. Es un honor estar aquí. Soy María y estoy dispuesta a demostrarle que soy la mejor candidata para el trabajo. Ricardo sonrió con suficiencia mientras pospol su vista en el estupendo cuerpo de la joven que tenía ante sí. Ésta lucía un ajustado vestido negro que marcaba sus curvas y dejaba entrever una lingerie sexy. - Maria, me gusta su entusiasmo. Pero le advierto que este trabajo tiene un requisito algo peculiar. Veo que es una mujer bella y deseable, por lo que no creo que tenga problemas en cumplirlo. Como mi secretaria, su sueldo será de 10.000 dólares al mes . Pero a cambio, deberá complacerme sexualmente cada vez que se lo pida. Desnudándose, por supuesto. María se quedó pensativa unos segundos, pero el salivazo que se estaba da

Perdiendo a mi novia 2

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Tras aquella noche inolvidable, algo cambió en mí. Notaba cómo mi culito deseaba ser tocado y explorando de manera diferente. Claudia también estaba diferente, más sonriente y segura de sí misma. Habíamos roto las barreras de lo convencional, y los dos éramos conscientes. Luca se había convertido en nuestro confidente, y a menudo hablábamos de aquella velada. Claudia aseguraba que había sido la mejor noche de su vida, y yo no podía evitar sentirme halagado y a la vez celoso de su amigo. Pero algo había cambiado en mí. cada vez que Claudia y yo teníamos relaciones, extrañaba la penetracion de Luca y su miembro grueso en el ano. Quería volver a sentir su cuerpo, y una noche no pude evitar decírselo a mi novia. Se sonrojó y me besó con passion. Sabía lo que quería decir, y había algo en su mirada que también lo anhelaba. Quedamos los tres en casa de Luca esta vez. Bebimos vino y charlamos de todo menos de lo evidente. Yo notaba la tensión sexual en el ambiente, como si fueran dos animales

Perdiendo a mi novia 1

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Llevo soñando con ello desde que tengo uso de razón. Muchos hombres fantasean con ser "cornudos", y yo era uno de ellos. La idea de compartir a Claudia, mi novia, con otro hombre me excita sobremanera. Se lo propuse un día que estábamos tumbados en el parque, bajo el sol tibio de primavera. Claudia se sonrojó y me rechazó con firmeza, saying que era una idea de lo más loca. Insistí, saboreando cada palabra que salía de mi boca. Le expliqué que había algo excitante en imaginarla con otro, que yo disfrutaría viéndola gozar con alguien más. Se quedó pensativa, mirándome con ojos curiosos. Le dije que podría ser alguien elegido por ella, para que todo fuera más natural. Claudia todavía dudaba, así que le aseguré que sería una experiencia que ambas disfrutaríamos. Al día siguiente, me dijo que había conocido a un chico en su trabajo que le parecía interesante. Se llama Luca, y es unos años mayor que nosotros. Claudia le había encontrado atractivo, y la idea de que estuviera con él

Adicta al semen

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Me considero una experta degustando esa leche blanca que libera un hombre al eyacular. Fue mi primer novio quien tuvo el gusto de verme tragar su leche, y desde entonces desarrollé una adicción que no puedo controlar. Recuerdo que era un día lluvioso en el que quedamos en su casa, fingiendo estar enfermos para tenerla para nosotros solos. Chaves una película antigua que no decía nada interesante, y en un momento de aburrimiento, él se acercó a mí con una sonrisa pícara. Me besó el cuello y comenzó a bajarse los pantalones. Yo sabía lo que iba a pasar, así que me acerqué ansiosa a su miembro ya erecto. Le chupé con ganas, saboreando ese sabor salado que tanto me gustaba. Le lami la punta para degustar las primeras gotas, sintiendo cómo se ponía duro con mi boca. Se sentó en el sofá y yo me puse a cuatro patas sobre él. Me besaba el cuello y las orejas mientras yo movía mis caderas con ganas, wanting esa carga caliente en mi boca. Empezó a correrse con fuerza, y yo abrí bien la boca para

Un castigo para un ladron

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El sol acababa de hundirse detrás de los edificios de la ciudad, teñindo los cielos de un color naranja pinsa. Daniel, un joven de 20 años, había planeado Carefully su golpe en la joyería de lujo. Era su primer gran robo, y todo tenía que salir a la perfección. Con sigilo, había entrado por la ventana del baño, que había dejado Slightly entreabierta para la ocasión. La alarma estaba desconectada, así que no emite ningún sonido que pudiera delatarlo. Se movía con cuidado entre los mostradores, llenando su mochila con reloj de lujo y sortijas brillantes. Todo estaba yendo demasiado bien, y Daniel ya se imaginaba gastando el botín en su huida a una playa paradisiaca. Pero de repente, un ruido detrás de él le hizo girarse sobre sus talones. Un hombre alto y afable se encontraba observándole con una sonrisa pícara. Era el propietario de la joyería. Daniel trató de mantener la calma, pero su corazón latía con fuerza en su pecho. El joyero le offered una salida: había visto todo, pero estaba

Por deudora le hicieron una fiesta en el culo

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Mariela había caído en una espiral de juegos de azar que no podía controlar. Cada vez que tenía algo de dinero, lo acababa perdiendo en el casino, y sus deudas crecían sin control. Un día recibió la visita de su prestamista, un hombre alto y intimidante llamado Víctor. junto a él venían otros dos hombres, más grandes y musculosos, que parecían sacados de una película de acción. La situación era tensa, pero Víctor se mostraba afable y hasta galante, lo que calmó un poco los ánimos de Mariela. Le ofreció un trato que, según él, beneficiaría a ambos. Le dio unas semanas más para pagar su deuda, a cambio de una noche de pasión con sus dos secuaces. Mariela le puso una mueca al mismo tiempo que exclamaba QUEEEEEEEE, sumamente incómoda, pero su necesidad de tiempo la hacía aceptar aquel arreglo. Los tres hombres se quedaron a solas con ella en su pequeño apartamento. Víctor le explico que sería una noche larga, y que debían disfrutarla todos. Empezaron por desnudarla y dejarla en ropa interi

Un hombre traga su propio semen

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  Marcos había tenido un día duro en el trabajo, así que al llegar a casa decidió relajarse un rato antes de ducharse y preparar la cena. Se sentó en el sofá, encendió la televisión y comenzó a desabrocharse la camisa, con la intención de disfruten de un momento de relax. Pero su pensamiento cayó en una revista erótica que había dejado en un cajon. Era una vieja revista, pero nunca le había prestado demasiada atención. Aquel día, algo en su cerebro le incitaba cogerla y hojear sus páginas. Las imágenes de mujeres desnudas y las posiciones sugerentes le excitaaban más de lo esperado. Se sintó un poco culpable, pero a la vez atraído por aquello. Era como descubrir un mundo nuevo y prohibido. Se quitó los pantalones y quedó en calzoncillos, sintiendo cómo su miembro comenzaba a crecer bajo la tela. Abrió la revista por una imagen especialmente provocativa, una mujer en cuclillas con las manos atadas y la boca tapada. Marcos comenzó a masturbarse con fuerza, gozando del toque de la seda de