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Barbara, cap 1

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  Yo me desperté temprano, sintiendo cómo el sol entraba por la ventana y iluminaba la habitación. Me estiré y me senté en la cama, sintiendo cómo mis nuevos senos se movían con cada movimiento. Me levanté y me vestí con una tanga y un corpiño para comenzar a preparar el desayuno para Claudia. Me encantaba hacer cosas para ella, y aquella mañana no iba a ser la excepción. Mientras cocinaba, escuchaba música pop y cantaba alegremente. Me encantaba la sensación de ser una mujer, y me sentía muy afortunada de tener a Claudia como esposa. Después de un buen rato, el desayuno estaba listo. Yo lo llevé a la mesa y llamé a Claudia para que viniera a comer. Ella entró unos minutos después, sonriendo al ver el desayuno que le había preparado. "Gracias Barbara", dijo ella mientras se sentaba en la mesa. "Estás muy guapa esta mañana." "Gracias Claudia", respondí yo ruborizada. "Me alegra verte feliz." Mientras comíamos, Claudia me miraba con lujuria. Yo sab

Perdiendo a mi novia: Barbara

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Después de todos los eventos que habían ocurrido, yo decidí visitar a mi esposa para intentar convencerla de que no se divorciara de mí. Yo sabía que iba a ser difícil por culpa de mi decisión de travestirme, pero estaba dispuesto a intentarlo. Llegué a su departamento con ansia y nerviosidad. Llamé a la puerta y ella abrió con una mirada seria. Me preguntó qué quería y yo le dije que deseaba hablar con ella. Ella aceptó y me hizo pasar. Yo expliqué todo lo que había sucedido y le conté sobre mi experiencia. Ella escuchaba atentamente sin decir palabra. "¿Por qué decidiste hacer eso?", me preguntó ella después de que yo terminara mi explicación. "No lo sé", respondí yo. "Simplemente me sentía aburrido con mi vida y decidí probar algo diferente." "¿Te gustó?", preguntó ella curiosa. "Sí", respondí yo. "Me gustó mucho." "Eso es interesante", dijo ella pensativa. "Yo siempre te vi como un hombre muy tradicional.&qu

Curso de masajes, cap 3: Laura

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"Hola, Martin. Soy Laura, la amiga de Alicia. Ella me habló de tus masajes y de tu... 'toque especial'. Dijo que eras el mejor en hacer que una mujer se sienta totalmente satisfecha", dijo Laura con una voz seductora y una sonrisa pícara. Su cabello pelirrojo caía sobre sus hombros como una llama ardiente, resaltando su piel pálida. Martin la recibió en su consultorio, y su corazón latía con una mezcla de excitación y curiosidad. Laura vestía un vestido negro ajustado que resaltaba su figura esbelta. Sus tetas, aunque no eran muy grandes, eran firmes y con pezones rosados que parecían invitando a ser tocados. Martin no podía apartar su mirada de ellas. "Bienvenida, Laura. Estoy encantado de tenerte aquí. Espero que estés lista para una experiencia inolvidable", respondió Martin con un tono seductor y confiado. Laura se quitó su vestido, revelando un cuerpo alto y esbelto. Sus largas piernas eran tonificadas y sus nalgas, aunque no eran tan grandes, eran firm

Curso de masajes, cap 2: Alicia

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Hola, Martin. Mi amiga Elena me habló maravillas de tus masajes. Dijo que eres un maestro en el arte de la relajación... y de otras cosas", dijo Alicia con una sonrisa pícara en sus labios carnosos. Su voz era profunda y seductora, a pesar de su apariencia más madura. Martin, con su mirada intensa, la recibió en su consultorio. Alicia vestía un conjunto de ropa interior negra que resaltaba sus curvas generosas. Sus tetas, aunque no eran tan grandes como las de Elena, eran suaves y tentadoras, con pezones oscuros que se marcaban bajo la tela. Martin no podía evitar fantasear con ellas. "Bienvenida, Alicia. Espero que estés lista para una experiencia única", respondió Martin con un tono seductor. Alicia se quitó su ropa, revelando un cuerpo más curvilíneo de lo que Martin había imaginado. Su vientre era suave y redondo, mientras que sus nalgas, a pesar de no ser tan grandes, eran firmes y tentadoras. Martin se preguntó cómo respondería ella a sus toques. "Oh, Martin..

Curso de masajes, cap 1: Elena

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Martin, con su mirada seductora, había preparado el escenario perfecto para su consulta de masajes. Las velas aromáticas creaban un ambiente íntimo y relajante, mientras que la música suave sonaba de fondo, invitando a la sensualidad. Esperaba con impaciencia a su primera clienta, la misteriosa Elena. De repente, la puerta se abrió y ella apareció, con sus cabellos rubios cayendo sobre sus hombros como una cascada dorada. Vestía un elegante vestido negro que apenas cubría sus curvas seductoras. Sus grandes tetas se marcaban bajo la tela, y sus nalgas parecían invitar a ser tocadas. Martin tragó saliva, sintiendo una oleada de deseo. "Hola, Martin. Soy Elena", dijo ella con una voz suave y seductora. Su acento elegante agregaba un toque de sofisticación a su personalidad. "Bienvenida, Elena. Por favor, ponte comoda en la camilla, quitate el vestido. Comencemos con el masaje", respondió Martin, con un tono tranquilo pero firme. Elena se quitó el vestido, revelando una

Perdiendo a mi novia 9

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  Después de varios días de interminables penetraciones, yo apenas podía caminar. El dolor en mi culo era insoportable, y cada paso me causaba dolor intenso. Decidí pedir un descanso a Luca, ya que no creía poder soportar mucho más. Luca sonrió pícaramente al escucharme y me dijo que lo pensaría. Me ordenó que fuera a maquillarme y a la tarde estuviera lista para recibir clientes, que no me penetrarian analmente. Yo estaba preocupado por lo que podría hacer Luca, pero decidí confiar en él. Me aquille, peine mi peluca, me pinte las uñas, me puse pestañas, esperando su respuesta pero listo para complacerlo. Esa tarde llego con una sonrisa ancha y me dijo que tenía una sorpresa para mí. Me llevó a una habitación vacía, con solo una mesa y una cámara en el centro. Me ordenó que me acostara en la mesa con las piernas abiertas. Yo temblaba de miedo, pero no podía hacer nada para detenerlo. Luca se fue a buscar algo mientras yo esperaba con ansia a ver qué sería aquella sorpresa. Regresó unos

El novio le rompio el culo 2

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Isabella, aún con el trasero dolorido por la experiencia con Miguel, decidió ir al ginecólogo para asegurarse de que todo estuviera bien. Se dirigió a la clínica, un poco nerviosa y con un leve rubor en sus mejillas. El ginecólogo, un hombre de mirada penetrant y manos seguras, la recibió en su consulta. Era un profesional experimentado, acostumbrado a tratar con todo tipo de pacientes. Isabella le explicó su situación, con un poco de vergüenza, y el médico la entendió con una sonrisa comprensiva. Luego de escucharla, el ginecólogo le pidió que se acostara en la camilla, y comenzó a examinarla. Con su dedo experto, palpó su culo, sintiendo la sensibilidad y el dolor que aún persistía. Isabella contuvo la respiración, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo. El médico, con una mano firme, insertó un dedo en su agujero, explorando su interior. Isabella gimió suavemente, recordando la sensación de Miguel dentro de ella. El médico, con su dedo experto, encontró la fuente del dolor. Gine