Sofía va al ginecologo






 Sofia se sentía nerviosa mientras esperaba su turno en la sala de espera. Era la primera vez que visitaba a ese ginecólogo, y aunque había escuchado cosas buenas sobre él, no podía evitar sentir un poco de ansiedad.

Finalmente, la enfermera la llamó y la llevó a la sala de examen. El doctor la recibió con una sonrisa amable. Indicó a Sofía que se desvistiera y se colocara una bata de hospital. Mientras se desvestía, el doctor repasó su historial médico en la computadora.

"¿Estás lista, Sofía?", preguntó el doctor mientras se acercaba a la camilla.

"Listísima", respondió Sofía un poco nerviosa.

"Tranquila, no hay nada de qué preocuparse", dijo el doctor, tratando de tranquilizarla.

El doctor comenzó a palpar los senos de Sofía en busca de anomalías. Sofía sentía sus manos frías sobre su piel, lo que la hacía estremecerse un poco.

"¿Alguna sensibilidad o dolor en los senos?", preguntó el doctor.

El doctor luego le pidió que se levantara los brazos, mientras él le continuaba palpando los senos para buscar cualquier anomalía. Sofía se sentía un poco incómoda al tener que hacerlo, pero entendía que era necesario para su salud.

El doctor le pidió a Sofía que se acostara en la camilla y que abriera las piernas. La joven se sintió un poco incómoda al hacerlo, pero trató de mantener la calma.

El médico comenzó a examinar sus pezones, presionando suavemente con sus dedos mientras observaba su reacción. "¿Siente alguna sensibilidad en los pezones?", preguntó.

Sofía asintió con la cabeza, "sí, un poco de sensibilidad", respondió.

El doctor continuó con el examen, moviendo sus dedos en círculos alrededor de los pezones y aplicando un poco más de presión. Sofía se mordió el labio inferior, tratando de no sentirse incómoda.

"¿Y qué pasa cuando le doy un pequeño pellizco?", preguntó el médico.

Sofía sintió un poco de dolor, pero no tanto como para gritar. "Duele un poco", respondió.

El médico asintió y continuó el examen, revisando ambos pezones en detalle. Sofía se sentía un poco nerviosa, pero trató de relajarse lo más que pudo.

"Todo parece estar bien", dijo el médico. "Ahora vamos a hacer una mamografía para estar seguros".

Sofía se sintió un poco más tranquila al saber que todo parecía estar bien, pero se preguntó qué sería una mamografía y si le dolería.

El doctor le indicó a Sofía que se colocara frente al equipo de mamografía y que colocara su seno izquierdo en la placa de la máquina. Le explicó que el examen consistía en comprimir suavemente el seno para obtener una imagen clara y detallada de sus tejidos mamarios.

Sofía se sintió un poco nerviosa al pensar en la presión que se aplicaría a sus senos, pero trató de mantener la calma. El doctor le aseguró que el proceso sería rápido y que la presión sería tolerable.

Mientras el doctor realizaba el examen, Sofía sintió una sensación de incomodidad y presión en su seno, pero se mantuvo quieta y trató de respirar profundamente. El proceso fue rápido y pronto se sintió aliviada cuando el doctor retiró su seno de la placa.

El doctor le explicó que necesitaría realizar el mismo proceso en su otro seno, y Sofía asintió con la cabeza. Se sintió un poco aliviada al pensar que ya había pasado por el examen una vez y que el segundo sería un poco más fácil.

A medida que el doctor realizaba el examen en su seno derecho, Sofía sintió un poco más de presión, pero logró mantenerse tranquila y respirar profundamente. 

Sofía se sintió un poco aliviada al terminar el examen, pero también un poco ansiosa por saber los resultados. Se preguntaba si todo estaría bien o si el examen revelaría alguna anomalía.

"No, nada fuera de lo normal", respondió Sofía.

El doctor continuó el examen, moviendo sus manos por todo el seno, incluyendo las axilas. Sofía se sentía un poco incómoda, pero sabía que era necesario.

"Todo parece estar en orden", dijo el doctor mientras terminaba el examen.

Sofía respiró aliviada, pero sabía que todavía quedaban algunos exámenes más por hacer.

"¿Qué sigue, doctor?", preguntó Sofía, tratando de prepararse mentalmente para lo que venía.

Sofía se recostó en la camilla ginecológica y el doctor preparó los instrumentos necesarios para realizar el examen pélvico. Sofía sintió una punzada de nerviosismo, pero trató de mantener la calma.



"Voy a insertar el espéculo para examinar su cuello uterino y su vagina", dijo el doctor mientras sostenía el instrumento.

"¿Va a doler?", preguntó Sofía, preocupada.

"No debería doler, pero puede sentir algo de presión y molestia", respondió el doctor.

El doctor insertó suavemente el espéculo en la vagina de Sofía y abrió las hojas para examinar el interior de la vagina y el cuello uterino. Sofía se sintió incómoda y apretó los dientes.

"Sofía, relaja los músculos vaginales, esto facilitará el examen y evitará que te lastimes", dijo el doctor.

Sofía trató de relajarse y respirar profundamente para controlar la incomodidad. El doctor movió cuidadosamente el espéculo y examinó el interior de la vagina. Luego, retiró el espéculo y procedió a hacer un examen manual.

"Sofía, ahora necesito hacer un examen manual, para examinar los ovarios y el útero", dijo el doctor.

Sofía asintió y cerró los ojos, tratando de no pensar en el examen. El doctor insertó dos dedos en la vagina de Sofía y palpó suavemente los órganos internos. Sofía sintió una sensación extraña pero soportable.

"Todo parece estar en orden, no noto ninguna anomalía", dijo el doctor mientras retiraba sus dedos.

Sofía suspiró aliviada y se sentó en la camilla, esperando las siguientes instrucciones del doctor.

"Ahora puedes vestirte y luego pasar a la siguiente sala para el examen de mama", dijo el doctor.

Sofía se vistió rápidamente y salió de la sala, agradecida de que el examen pélvico hubiera terminado sin mayores problemas.

El doctor le pidió a Sofía que se recostara en la camilla y abriera las piernas, colocando los pies en los estribos. Luego, con guantes de látex, comenzó a examinar su clítoris, pidiéndole que le informara si sentía algún dolor o incomodidad.

Sofía se sintió un poco cohibida al principio, pero trató de relajarse y concentrarse en las sensaciones que experimentaba. El médico le tocó suavemente el clítoris con un dedo y le preguntó si sentía algún tipo de sensación.

Sofía asintió, sintiendo cómo su clítoris se endurecía ante la estimulación. El médico le preguntó si quería detener el examen en caso de sentir incomodidad, pero ella decidió continuar.

El médico siguió estimulando su clítoris, aumentando gradualmente la intensidad de la presión. Sofía se sentía cada vez más excitada, y se preguntaba si el médico se había dado cuenta.

Finalmente, el médico concluyó el examen y le pidió a Sofía que se levantara. Ella se sintió un poco avergonzada, pero trató de no mostrarlo.

"Todo parece estar en orden", dijo el médico, "sin embargo, necesitamos hacer algunos exámenes adicionales para estar seguros."

Sofía se sintió aliviada de que todo estuviera bien, pero también se preguntó qué otros exámenes tendría que hacer.

El doctor se colocó unos guantes de látex y se acercó a Sofia, quien yacía en la camilla con las piernas abiertas. Con delicadeza, separó los labios vaginales y comenzó a examinar su clítoris con sus dedos.

"¿Siente alguna molestia?", preguntó el doctor mientras seguía palpando el área.

"No, no siento nada", respondió Sofia, tratando de relajarse.

El médico continuó el examen, moviendo sus dedos suavemente sobre el clítoris de Sofia. La joven comenzó a sentir una sensación extraña, como si algo estuviera sucediendo en su cuerpo.

"¿Siente algo?", preguntó el doctor mientras seguía con el examen.

"Sí, algo raro", respondió Sofia, tratando de encontrar las palabras adecuadas para describir lo que estaba sintiendo.

El médico siguió moviendo sus dedos sobre el clítoris de Sofia y la joven comenzó a sentir una intensa sensación de placer. Sus músculos comenzaron a tensarse y su respiración se aceleró.

"Doctor, no sé qué está pasando, pero siento algo extraño", dijo Sofia mientras trataba de controlar su respiración.

El doctor detuvo el examen inmediatamente al escuchar las palabras de Sofia y se retiró unos pasos hacia atrás.

"Sofia, por favor, trate de mantener la calma. Es posible que haya experimentado un orgasmo involuntario. Es un efecto secundario poco común pero normal en algunos exámenes ginecológicos", explicó el doctor mientras se quitaba los guantes de látex.

Sofia se sintió desconcertada y confundida. No sabía qué pensar o sentir acerca de lo que acababa de suceder. El médico le ofreció un momento para que se recuperara y luego continuó con el examen.

El resto del examen se llevó a cabo sin incidentes, y el médico le explicó a Sofia que el orgasmo involuntario no era algo de lo que debía avergonzarse ni sentirse mal. Le aseguró que estaba bien y que era algo completamente normal.

El doctor se preparó para el examen rectal, asegurándose de tener los guantes y el lubricante adecuados. Sofia, sintiéndose algo incómoda, le preguntó:

- ¿Va a ser doloroso?

- Solo sentirás una presión incómoda, pero no debería haber dolor. Si sientes dolor, avísame de inmediato y lo detendremos -respondió el doctor con calma mientras se ponía los guantes.

Sofia asintió con la cabeza y se preparó mentalmente para el examen. El doctor le pidió que se acostara boca abajo en la camilla, y comenzó a aplicar el lubricante en su dedo.

- Voy a insertar mi dedo en tu recto para sentir si hay alguna anomalía. Trata de relajarte lo más posible -dijo el doctor mientras preparaba a Sofia para el examen.

Sofia cerró los ojos y trató de concentrarse en su respiración, intentando relajarse lo más posible. El doctor insertó su dedo con cuidado y comenzó a moverlo lentamente dentro de su recto. Sofia sintió la incómoda presión de la exploración, pero no le dolía.

- ¿Todo bien? -preguntó el doctor mientras seguía explorando.

- Sí, está bien -respondió Sofia, tratando de mantenerse relajada.

El doctor continuó la exploración durante unos minutos más, asegurándose de revisar todo lo necesario. Finalmente, retiró su dedo y se quitó los guantes.

- Todo parece estar bien en esa área también. Ya hemos terminado con el examen -dijo el doctor mientras ayudaba a Sofia a sentarse en la camilla.

Sofia se sintió aliviada al saber que todo estaba bien, pero también un poco agotada después de todo el proceso de examen.

- Gracias, doctor -dijo Sofia mientras se vestía.

- No hay problema, siempre estoy aquí para ayudarte a cuidar de tu salud -respondió el doctor con una sonrisa.

Después de realizar el examen rectal, el doctor se levantó y se dirigió hacia el armario para buscar el supositorio. Sofia se quedó acostada en la camilla, aún sintiendo el cosquilleo que el examen le había provocado.

"Lo siento, Sofia, pero necesito hacerte una última revisión", dijo el doctor mientras abría una pequeña caja de medicamentos y sacaba un supositorio.

"¿Qué es eso, doctor?", preguntó Sofia con curiosidad.

"Es un supositorio para revisar tu musculatura anal. No te preocupes, no duele", respondió el doctor mientras se acercaba a la camilla y le indicaba a Sofia que se pusiera en posición fetal.

Sofia hizo lo que le pedía el doctor, sintiendo un poco de vergüenza al estar nuevamente en una posición tan comprometida frente a él. El doctor le pidió que respirara profundamente y se relajara mientras él insertaba el supositorio en su ano.

Sofia sintió una extraña sensación al momento de la inserción, pero no le causó dolor. El doctor le indicó que se levantara y esperara unos minutos mientras el supositorio hacía efecto.

Pasaron unos minutos y el doctor le indicó que podía vestirse. Le explicó que todo estaba bien en su examen y que no había encontrado ninguna anomalía. Le recordó que debía hacerse estos exámenes regularmente y le recomendó algunos cambios en su estilo de vida para mejorar su salud.

Sofia se vistió lentamente, sintiéndose un poco mareada por el supositorio. Agradeció al doctor por su atención y salió de la consulta, pensando en la extraña experiencia que acababa de vivir.

Aunque había sido un poco incómodo y vergonzoso, se sintió agradecida por haberse hecho el examen completo y tener la seguridad de que su salud estaba en buen estado. Decidió seguir las recomendaciones del doctor y cuidar más su cuerpo en el futuro.

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