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Mostrando las entradas etiquetadas como historias perversas ginecologo

Antonella va al ginecologo

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  Antonella camina con determinación hacia el consultorio del doctor González. Siente una mezcla de nerviosismo y curiosidad mientras espera ser atendida. Al entrar, es recibida por la recepcionista amablemente. Recepcionista: ¡Buenos días! ¿En qué puedo ayudarte? Antonella: Buenos días, tengo una cita con el doctor González. Me llamo Antonella. Recepcionista: Perfecto, Antonella. Por favor, toma asiento y el doctor te llamará en breve. Antonella se sienta en la sala de espera, observando a su alrededor mientras espera su turno. Puede sentir su corazón latiendo un poco más rápido por la anticipación. Después de unos minutos, el doctor González sale de su consultorio y se acerca a Antonella. Doctor González: Buenos días, Antonella. Soy el doctor González. Por favor, sígueme a mi consultorio. Antonella se levanta y sigue al doctor González a su consultorio. A medida que camina, nota la serenidad y profesionalidad en el ambiente, lo cual la tranquiliza un poco. Doctor González: Antonella,

Natalia goza en el ginecologo 2

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Natalia nerviosamente entra al consultorio del doctor Martínez, quien la recibe con una mirada dominante y autoritaria. A su lado, la encantadora enfermera Ana sonríe cálidamente. Doctor Martínez: Bienvenida, Natalia. Hoy estaremos llevando a cabo una exploración ginecológica detallada. Quiero que te sientas cómoda y confíes en nosotros. Por favor, desvístete y siéntate en la camilla. Natalia, sintiendo la excitación y sumisión en sus venas, obedece sus instrucciones rápidamente. Siente cómo su corazón se acelera mientras se despoja lentamente de su ropa, dejándola caer al suelo. La enfermera Ana se acerca con delicadeza, observándola con una sonrisa tranquilizadora. Enfermera Ana: Estás en buenas manos, Natalia. Permíteme ayudarte. Con movimientos gráciles, la enfermera Ana toma la iniciativa y desabrocha el sujetador de Natalia, liberando sus pechos con cuidado. Sus manos suaves y delicadas acarician su piel, provocando una sensación de calidez y ternura. Natalia siente una mezcla de

Stefania va al ginecologo

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  Stefania, una joven morena de 24 años, llega al consultorio médico con una mezcla de emociones. Su rostro refleja una leve ansiedad, pero también una determinación por cuidar de su salud. Viste una blusa de manga larga de color azul claro y unos pantalones ajustados negros. Sus cabellos oscuros caen sueltos sobre sus hombros, y lleva consigo una pequeña cartera donde guarda sus documentos. Mientras espera su turno, Stefania se toma un momento para respirar profundamente y calmarse. Sabe que la visita al médico es importante para su bienestar, aunque la sensación de estar en un entorno clínico le cause cierta incomodidad. Sin embargo, se recuerda a sí misma que está allí para cuidar de su cuerpo y recibir el apoyo profesional necesario. A medida que avanza en la sala de espera, Stefania se esfuerza por mantener la mente abierta y confiar en que el médico, el Dr. Rodríguez, la tratará con respeto y atención. Su objetivo es abordar cualquier inquietud o pregunta que tenga y obtener la a

Natalia goza en el ginecologo 1

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El doctor Martínez, un ginecólogo experimentado y muy seguro de sí mismo, recibió a Natalia en su consultorio con una sonrisa amable y profesional. Natalia, nerviosa pero emocionada, observo a su alrededor. La habitación estaba equipada con una camilla ginecológica y los instrumentos necesarios para un examen completo. Martínez, con su bata blanca y estetoscopio alrededor del cuello, se acercó a Natalia para explicarle el procedimiento. Con voz calmada y autoritaria, le indicó que se desvistiera por completo a excepcion de la bombacha, y se acostara en la camilla. Natalia, obediente, siguió las instrucciones del doctor y se colocó en la posición indicada. Aunque nerviosa, sentía una excitación creciente. El doctor Martínez comenzó el examen con movimientos precisos y profesionales, utilizando sus habilidades para inspeccionar y explorar la intimidad de Natalia. Sus manos, firmes y suaves al mismo tiempo, recorrieron su piel con delicadeza, provocando en ella una mezcla de nerviosismo y