Vibraciones Prohibidas: La Noche del Control Remoto



Lucía y Diego llevaban dos años juntos, una pareja de veintidós y veinticuatro años que parecía sacada de una revista de parejas perfectas: él, un desarrollador de apps con un cuerpo atlético de gym obsesivo –pecho definido velludo que olía a sudor fresco después de follar, brazos fuertes que la levantaban como una muñeca para embestirla contra la pared, y una polla gruesa de veinte centímetros venosa como raíces enfurecidas, glande bulboso morado que goteaba precum espeso y salado como lágrimas de lujuria constante, bolas pesadas peludas llenas de semen acumulado que colgaban bajas listas para vaciarse en chorros potentes dentro de su coño o boca. Lucía era su contraparte inocente pero cachonda: una estudiante de diseño con curvas juveniles que volvían loco a Diego –tetas firmes de copa C que rebotaban libres bajo tops ajustados, pezones rosados puntiagudos que se endurecían al menor soplido caliente, abdomen plano marcado por yoga, caderas estrechas terminando en un culo alto y redondo perfecto para ser azotado o follado, y un coño depilado con labios carnosos hinchados que se abrían como pétalos húmedos al excitarse, clítoris protuberante rojo que la hacía squirt chorros calientes y transparentes si la lamían o follaban bien, ano rosado y fruncido completamente virgen que palpitaba inocente cada vez que Diego le rozaba el perineo con la lengua o un dedo untado en lubricante.




Su sexo era fuego diario: Diego embistiéndola vaginalmente hasta el fondo en la ducha matutina, su polla rozando su cervix mientras ella squirtée chorros en su abdomen, gritando "¡Fóllame más profundo, amor, lléname el coño de tu leche espesa hasta que rebose por mis muslos!" Él la comía el coño hasta que sus labios hinchados se ponían rojos de succiones, lengua invadiendo su vagina para beber jugos almizclados dulces mientras ella le ordeñaba la polla con la garganta, tragando semen hasta que goteaba por su barbilla y tetas. Pero el anal era el tabú que Diego rogaba como un mantra: "Lucía, amor... déjame follarte el culo virgen. Quiero sentir tu ano apretando mi pija gruesa hasta que me ordeñes el semen, verte llorar de dolor-placer mientras te lleno el recto de creampie espeso." Ella siempre se arrepentía en el último momento: cuando su glande rozaba el anillo fruncido, el miedo al dolor la paralizaba, empujándolo con manos temblorosas y voz quebrada "No, Diego... duele demasiado, tengo pánico de que me rompas el ano... mejor métemela en el coño, fóllame hasta que squirtée." Y él obedecía, corriéndose en su vagina con creampie rebosante, semen goteando por sus muslos mientras ella gemía, pero el anhelo quedaba, un vacío que lo hacía masturbarse solo imaginando su ano dilatado, rojo y rebosante de su leche caliente.

Lucía, curiosa por naturaleza, había empezado a explorar sola: plugs pequeños en la ducha, vibraciones bajas en su ano virgen mientras se masturbaba el coño, squirt chorreado por el placer prohibido, gemidos ahogados "¡Oh, joder, si Diego me metiera su pija gruesa ahí... duele pero quiero llorar con su semen en mi recto!" Diego lo descubrió una noche, pillándola con un plug rosa vibrando en su culo mientras squirtée en la cama, y la idea nació: un plug anal interactivo con app controlada por Bluetooth, vibraciones remotas que él manejaría para "prepararla" y romper su resistencia. "Amor... con esto te dilato el ano virgen desde lejos, vibraciones que te hagan chorrear en público hasta que ruegues por mi pija real en tu culo. ¿Lo probamos? Quiero humillarte sutil hasta que cedas al anal completo."

Ella aceptó con rubor y coño palpitante, el plug negro de silicona –grueso en la base, estrecho en la punta con vibrador potente– untado en lubricante y metido en su ano virgen esa misma noche, dilatación inicial quemante que la hizo llorar suave "¡Duele, Diego... pero vibra tan rico dentro... oh, joder, no pares!" Él controló la app desde su teléfono, vibraciones bajas que la hicieron squirt en su polla vaginal, ano convulsionando alrededor del juguete mientras gritaba "¡Prepárame el culo para tu verga, amor... humíllame con vibraciones hasta que quiera tu creampie anal!"

El clímax del juego llegó en una cena romántica en un restaurante chic de Recoleta: mesa apartada con mantel largo, luces tenues y vino blanco frío, Lucía vestida con un vestido negro corto que tensaba sus tetas C-cup, pezones rosados pinchando la tela sin sujetador, falda subiéndose por muslos hasta insinuar el plug negro metido en su ano virgen, vibrador apagado por ahora pero dilatándola sutilmente, ano sensible palpitando con cada movimiento. Diego sonrió lobuno desde enfrente, teléfono en mano bajo la mesa. "Amor... hoy te controlo en público. Vibraciones bajas al principio... sentís cómo te dilato el ano virgen mientras pedimos la entrada?" Encendió la app, vibraciones suaves zumbando en su recto, ondas de placer-dolor subiendo por su columna hasta que jadeó bajito, lágrimas contenidas brotando en ojos mientras squirt mojaba su asiento, jugos goteando por muslos internos bajo la falda.

"¡Diego... para, alguien nos ve... oh, joder, vibra en mi ano virgen... me humillas en el restaurante!" Él subió intensidad, vibraciones medias que la hicieron arquear sutil en la silla, tetas rebotando bajo el vestido, pezones endurecidos visibles, lágrimas rodando por mejillas sonrojadas mientras mordía labio para no gritar. "¡Llorá bajito, puta curiosa! Tu ano se dilata para mi pija mientras cenamos... squirt en tu asiento, mojá la silla como una zorra en público." Ella obedeció involuntariamente, squirt chorreado empapando su tanga y asiento, ano convulsionando alrededor del plug, dilatado ahora listo para más, vergüenza acumulada haciendo que lágrimas cayeran libre en el postre. "¡Basta, amor... me humillas demasiado... pero joder, quiero tu pija real en mi culo ahora, llévame a casa y rómpeme el ano virgen!"

En casa, la llevó al dormitorio como un trofeo, luces rojas tenues, cama king crujiendo bajo su peso. "¡Sacate el vestido, puta vibrada! Muéstrame tu ano dilatado por mi control remoto." Ella obedeció temblando, lágrimas residuales de humillación pública rodando por mejillas, vestido cayendo para revelar tetas C-cup rebotando libres, pezones rosados erectos, coño chorreante goteando jugos por muslos, plug negro asomando entre nalgas con vibrador aún zumbando bajo. "¡Sacalo lento, Lucía... dejame ver tu ano virgen preparado para mi pija gruesa." Ella se inclinó en la cama, manos separando nalgas, plug saliendo con un pop húmedo y obsceno, ano rosado dilatado quedando abierto palpitante, lubricado y sensible por horas de vibraciones públicas.

"¡Mirá eso... tu ano virgen dilatado y rojo por mi app, llorando lágrimas de humillación en el restaurante! Ahora mi pija real... arrodíllate y abrí el culo para mí, puta curiosa." Diego untó su glande bulboso morado con lubricante y jugos de su coño, presionando contra el anillo ya sensible: el estiramiento fue fuego intenso por la dilatación previa, ano tragando su carne venosa centímetro a centímetro mientras ella gritaba, lágrimas frescas rodando por vergüenza acumulada. "¡Duele más por las vibraciones públicas, Diego... me humillaste en el restaurante y ahora me rompes el ano... oh, joder, métela toda, llora conmigo recordando cómo vibraste mi culo delante de todos!"

Él embistió profundo, eje venoso hundiéndose hasta las bolas peludas, ano convulsionando alrededor de su grosor en espasmos de dolor-placer explosivo por la sensibilidad previa. "¡Llorá recordando el restaurante, puta! Tu ano dilatado por mi control remoto aprieta mi pija real... sentís mis venas rozando tu recto virgen humillado?" Thrusta brutales, slap-slap de bolas contra su coño chorreante, mano frotando su clítoris rojo hasta squirt. "¡Sí, rómpeme el ano, amor! Me humillaste vibrándome en público... ahora creampieame el recto dilatado hasta que rebose semen por mis nalgas!" Orgasmos la rasgaron: squirt vaginal chorreado empapando sus bolas, ano ordeñando su polla en contracciones violentas por la preparación remota.

Diego rugió: "¡Tomá mi leche en tu ano virgen humillado, Lucía! Rebosa mi creampie mezclado con lubricante de juguete por tus nalgas!" Eyaculó en torrentes espesos, semen caliente y blanco inundando su recto, rebosando en chorros pegajosos que goteaban por sus muslos y coño, mezclándose con squirt en charcos sucios. Colapsaron, su polla palpitante en su ano dilatado, lágrimas de ella por humillación y placer rodando mientras gemía: "¡Me humillaste perfecto, amor... vibra mi ano en público otra vez, y fóllame hasta creampie todos los días!" La adicción nació: noches de control remoto público, ano dilatado y creampie rebosante, lágrimas de vergüenza convirtiéndose en squirt eterno.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Culona Vianey (Testigo de Jehova, Joven Casada Infiel)

Mi mejor amigo embarazo a mi mamá

LE ROMPE EL ORTO A MI NOVIA