El Toro y el Cornudo: La Humillación Total
Martín y Valeria llevaban ocho años casados, una pareja que desde afuera parecía el sueño de cualquier vecino: él, un ingeniero de software de treinta y cinco años con un cuerpo decente –gym tres veces por semana, abdomen marcado pero no exagerado, hombros anchos y una polla promedio de dieciséis centímetros que la follaba con entusiasmo fingido para no herirla. Valeria, treinta años, era una profesora de yoga con un cuerpo que volvía locos a los alumnos y a los maridos del barrio: curvas voluptuosas que el tiempo había hecho más pecaminosas, tetas de copa DD pesadas y jugosas que rebotaban libres bajo blusas escotadas, pezones oscuros y gruesos como monedas de chocolate endurecidos al menor roce del aire acondicionado, aureolas anchas arrugadas por años de chupadas y pellizcos, caderas anchas que se mecían hipnóticas, terminando en un culo carnoso y redondo que tensaba los leggings hasta el punto de ruptura, nalgas separadas por un surco profundo donde su ano rosado y fruncido asomaba tentador cuando se inclinaba, y un coño depilado con labios mayores hinchados y carnosos que se abrían como pétalos húmedos al excitarse, clítoris grande y rojo protuberante que palpitaba visiblemente, chorreando jugos espesos y almizclados como miel caliente cuando se calentaba, dejando charcos pegajosos en las sábanas después de cada follada.
Su matrimonio era un volcán de sexo constante: folladas diarias en la cocina de su departamento en Palermo, él embistiéndola contra la mesada con thrusts brutales que golpeaban su cervix, su polla rozando cada nervio de su coño mientras ella squirtée chorros calientes y transparentes en su abdomen marcado, gritando con voz ronca "¡Fóllame más profundo, cabrón, lléname el útero de tu leche espesa hasta que rebose por mis muslos!" Él la chupaba el coño hasta que sus labios hinchados se ponían rojos de succiones, lengua invadiendo su vagina para beber jugos almizclados dulces mientras ella le ordeñaba la polla con la garganta, tragando semen hasta que goteaba por su barbilla y tetas. Pero Martín tenía un fetiche oscuro que crecía como un cáncer en su mente: quería ver a Valeria humillada y follada por otro, compartida como una puta barata, doble penetración con creampie en su coño maduro y ano virgen, semen de dos pollas rebosando por sus agujeros dilatados mientras ella lloraba de vergüenza y placer forzado.
Su mejor amigo, Lucas, de treinta y seis años, era el toro perfecto para la degradación: morocho atlético con piel canela tostada por el sol de las playas, abdomen en ocho paquetes tatuados con dragones enroscados, brazos como troncos, y una polla legendaria –veintiún centímetros curva y gruesa como una botella, glande ancho violeta que se ponía morado de excitación, goteando precum espeso y salado, bolas pesadas y peludas llenas de semen potente que colgaban bajas como sacos de monedas listas para vaciarse en un coño o ano hambriento. Martín lo había confesado una noche, después de follarle el coño a Valeria hasta squirt, su semen espeso goteando por su perineo hasta lubricar su ano fruncido: "Amor... imaginate a Lucas, mi mejor amigo, follándote el coño chorreante mientras yo te rompo el ano virgen con mi verga gruesa. Dos pollas partiéndote los agujeros como a una puta barata, creampie rebosando semen por tu coño y culo... ¿no te calienta ser humillada así, zorra?"
Valeria se sonrojó hasta las tetas, coño contrayéndose alrededor de nada en un espasmo traicionero, jugos traicioneros empapando la sábana bajo su culo carnoso. "¡Estás loco de remate, Martín! Lucas es tu mejor amigo... no quiero ser una puta compartida, me da vergüenza que me vea chorreando como una zorra... y miedo al dolor en el culo, siempre me arrepiento." Lágrimas brotaron en sus ojos verdes, vergüenza mezclada con un calor prohibido en su clítoris palpitante, pero Martín insistió semanas con seducción sucia y manipuladora: porno de tríos en la tele grande, donde esposas humilladas eran doble penetradas hasta llorar semen ajeno, él metiendo dedos untados en lubricante en su ano mientras la follaba vaginalmente, susurrando al oído "¡Sentí dos vergas, puta! Lucas en tu coño chorreante estirándote los labios hinchados, yo rompiéndote el ano virgen hasta que rebose mi leche espesa por tus nalgas, zorra... imaginate llorando mientras te llenamos como una puta de barrio!"
Al principio, Valeria resistía con lágrimas: "No, amor... te amo solo a vos, no quiero que Lucas me vea como una puta con el coño y ano abiertos, chorreando semen ajeno." Pero su cuerpo la traicionaba: pezones oscuros endureciéndose contra su pecho mientras imaginaba la escena, coño chorreando jugos espesos al masturbarse sola en la ducha, dedos hundiéndose en su vagina mientras gemía "¡Sí, Lucas, fóllame el coño mientras Martín me rompe el culo... humíllenme como a una zorra!" Martín la convencía con amor crudo y degradante: lamiéndole el coño hasta squirt, chorros empapando su barba mientras le metía un plug pequeño en el ano, dilatándola lento y susurrando "¡Esto es nada comparado con la pija curva de Lucas en tu coño, puta... imagina llorando mientras te doble penetracionamos, creampie rebosando por tus agujeros como una puta barata!" Una noche, después de un orgasmo devastador con su polla en su coño y el plug vibrando en su ano, Valeria cedió entre sollozos, lágrimas rodando por mejillas sonrojadas: "Está bien... por amor a vos, Martín. Invitalo a Lucas. Quiero ser tu puta compartida, que me follen en doble penetración hasta creampie en coño y ano... pero humíllame, amor... hazme llorar de vergüenza mientras me llenan de semen ajeno."
Lucas llegó el sábado, botella de whisky Macallan bajo el brazo, ojos cafés devorando a Valeria con hambre cruda: vestida con un vestido negro corto que tensaba sus tetas DD como globos listos para reventar, pezones oscuros gruesos pinchando la tela fina sin sujetador, falda subiéndose por sus muslos carnoso hasta insinuar el tanga rojo que mordía su coño depilado, labios hinchados ya brillantes de jugos por el nerviosismo y la humillación inminente. "Joder, Martín... ¿en serio? Valeria es una diosa madura... voy a follarla como se merece, mientras vos mirás como cornudo." Valeria se sonrojó hasta las tetas, lágrimas brotando por vergüenza, coño chorreando traicionero bajo el tanga rojo, jugos empapando la tela hasta goteo por sus muslos internos. "Lucas... Martín me convenció... no quería al principio, me da vergüenza que me veas como una zorra con el coño y ano abiertos... pero por amor... cedo. Fóllenme como a una puta compartida, pero humíllenme si quieren."
Cenaron tensos en la mesa del living, vino Malbec bajando como afrodisíaco sucio por sus gargantas, manos de Martín rozando el muslo interno de Valeria bajo la mesa, dedos untados en jugos frotando su clítoris grande a través del tanga empapado, haciendo que gima bajito "¡Martín... no aquí, me humillas delante de Lucas... oh, joder, me mojas más!" Lucas mirando sus tetas rebotar al reír nerviosa, mano bajando para ajustarse el bulto: "Valeria... amor de Martín, decile a Lucas lo que acordamos. Muéstrale que sos mi puta obediente." Ella lloró suave, lágrimas rodando por mejillas sonrojadas, voz quebrada por humillación: "Lucas... Martín quiere... que me folles con él. Doble penetración en mi coño y ano... al principio no quería, me da vergüenza ser una zorra compartida, pero por amor... cedo. Fóllenme los agujeros hasta creampie, pero humíllenme si quieren."
Lucas gruñó, polla dura saltando al desabrochar jeans, curva y venosa goteando precum espeso que cayó al piso como una gota de pecado. "Joder, Valeria... sos una puta madura perfecta. Martín, desnúdala... quiero ver su coño chorreante antes de follarla." Martín arrancó el vestido de un tirón, tetas DD saltando libres como melones pesados, pezones oscuros gruesos erectos rogando ser chupados, tanga rojo empapado marcando su coño hinchado. "¡Muéstrale tu ano a Lucas, puta! Date vuelta y abre las nalgas para que vea lo que va a romper con su verga curva." Valeria lloró más fuerte, lágrimas saladas goteando por su barbilla hasta tetas rebotantes, pero obedeció por amor: se giró a cuatro patas en el sofá, manos temblorosas separando sus nalgas carnoso, exponiendo su ano rosado fruncido y coño chorreante goteando jugos por su perineo. "¡Mirá eso, Lucas! El ano virgen de mi esposa puta... humíllala, decile qué zorra es por abrirse así."
Lucas se acercó, nariz rozando su ano, inhalando el almizcle maduro: "¡Qué ano rosado y apretado, Valeria! Sos una puta casada humillada, abriendo el culo para el amigo de tu marido... voy a romperte ese recto virgen hasta que llores semen." Valeria sollozó, lágrimas empapando el sofá: "¡Me humillan... soy su puta compartida, fóllenme como quieran!" Lucas se arrodilló, lengua ancha lamiendo su ano fruncido en círculos que lo hicieron ceder, punzando el anillo muscular mientras Martín chupaba sus pezones oscuros desde abajo, mordiendo fuerte hasta que sangraron perlas rojas. "¡Lameme el ano, Lucas! Oh, joder, tu lengua me humilla... Martín, mordé mis tetas hasta que llore, haceme doler como la zorra que soy!"
Lucas untó su glande violeta con jugos de su coño, embistiendo su vagina primero: "¡Tomá mi pija curva en tu coño casado, puta humillada! Sentís cómo te parto los labios hinchados?" Ella gritó, tetas rebotando en la boca de Martín, coño tragando cada centímetro venoso hasta las bolas peludas, chapoteo húmedo resonando como palmadas obscenas. "¡Fóllame el coño, Lucas! Tu verga curva me humilla delante de mi marido... oh, joder, squirt en tu pija mientras Martín mira como cornudo!" Martín, sentado en una silla frente, polla promedio dura en la mano masturbándose lento, lágrimas de humillación excitada brotando: "¡Fóllala más duro, Lucas! Hazla chorrear en tu pija enorme mientras yo miro como un inútil!"
Lucas aceleró, thrusts brutales golpeando su cervix, bolas chapoteando contra su ano: "¡Tu coño aprieta mi verga como una puta en celo! Squirt para mí, zorra, mientras tu cornudo se pajea su pija chica!" Valeria explotó, squirt chorreado empapando sus bolas y sofá, chorros calientes salpicando mientras lloraba de placer: "¡Me vengo en tu pija enorme, Lucas! Mi coño chorrea por vos... Martín, mirá cómo me humilla tu amigo!"
Lucas sacó, polla brillante de jugos: "Ahora el culo, puta... abrí tu ano para mi verga curva." Valeria lloró más, pero Martín la posicionó a cuatro patas: "Sí, amor... dejá que te rompa el ano mientras yo miro. Sos mi puta compartida." Lucas untó glande con jugos de su coño, presionando el anillo fruncido: estiramiento quemante, ano cediendo con lágrimas rodando por mejillas de Valeria. "¡Duele... tu pija enorme me rompe el culo, Lucas... oh, joder, métela toda!" Thrusta profundos, curva rozando paredes internas, bolas golpeando su coño chorreante.
"¡Tu ano aprieta mi verga como un coño virgen, Valeria! Llorá más para tu cornudo... sentís cómo te lleno el recto?" Ella sollozó: "¡Me humillan... tu pija en mi culo mientras Martín mira... squirt por el dolor!" Squirt vaginal empapando mientras ano convulsionaba. Lucas eyaculó: "¡Creampie en tu ano, puta! Rebosa mi leche espesa por tus nalgas!" Semen caliente rebosando en chorros pegajosos goteando por muslos.
Martín, excitado por humillación, se acercó: "Ahora... lame el creampie, cornudo. Tragá el semen de Lucas de su ano." Lucas sacó, ano dilatado goteando semen blanco espeso. Martín lamió, lengua en el recto rebosante tragando semen salado mezclado con jugos, polla suya corriéndose en su mano por la degradación. "¡Tragá mi leche de su culo, cornudo inútil! Tu esposa es mi puta ahora." Valeria gimió, squirt final: "¡Sí, humíllenlo... mi cornudo lame tu semen de mi ano roto!"

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