Gordita Cachonda: Masturbación Salvaje Soñando con 4 Pollas Duras

Ana, la gordita con curvas que desbordaban carne blanda, se tiró en la cama hecha un asco, sudando ya de puro vicio. Sus tetazas enormes, con pezones duros como piedras, rebotaban mientras se metía la mano bajo la falda sucia, palpando su coño gordo y empapado, chorreando jugos pegajosos por los muslos gruesos. "Joder, venid, putos", masculló, frotando el clítoris hinchado como una puta en celo, imaginando a los cuatro cabrones irrumpiendo para reventarla.

El moreno fornido le arrancó la blusa de un tirón, clavándole los dientes en las ubres lechosas, chupando y mordiendo hasta que leche materna falsa le goteaba de las tetas. "¡Métemela ya, hijo de puta!", gimió Ana, hundiéndole tres dedos gordos en el chocho resbaladizo, follándose a sí misma con saña, el squelch húmedo llenando la habitación.

El rubio bestia le escupió en la raja abierta, abriéndole las piernas rollizas como a una cerda, y le clavó su polla venosa hasta el fondo, rompiéndole el útero con embestidas brutales que la hacían mearse un poco de excitación. "¡Fóllame el coño hasta que sangre, cabrón!", aulló en su mente, bombeando los dedos más rápido, el sudor y el moco vaginal salpicando las sábanas mugrientas.

Los otros dos se sumaron al festín: el tercero le embutió su verga tiesa y apestosa en la boca babosa, follándole la garganta hasta que vómitaba saliva y arcadas, mientras el cuarto le untaba el culo gordo con su propio culo sudoroso, escupiéndole en el ojete y metiéndole la polla de un empellón, reventando su ano virgen con doble penetración que la hacía sentir como una puta de calle, el semen de la fantasía ya preeyaculando en su interior.

"¡Rellenadme de lefa caliente, joder, convertidme en un pozo de mierda y corrida!", gritaba Ana en silencio, sus caderas fofas chocando contra la mano, el clítoris palpitando, mientras se corría como una fontana, chorros de squirt sucio empapando todo, su cuerpo obeso convulsionando, tetas azotándose solas, el orgasmo dejando un charco asqueroso bajo su culo. Exhaust a, jadeante, se lamió los dedos pringados, saboreando su propio coño rancio, ansiosa por más.