Chantajeando a la tetona amiga de mi madre
Martin miró a su madre, escuchando como le contaba sobre su amiga Alicia y su amante secreto. Alicia era una mujer de 50 años, rubia, muy tetona y coqueta. Martin siempre la había encontrado atractiva, y escuchar sobre sus aventuras secretas solo lo hacía sentir más curioso.
—¿Y el marido de Alicia no sabe nada? —preguntó Martin, sintiendo como su mente comenzaba a trabajar en un plan—
—No, no tiene idea —respondió su madre, sonriendo mientras miraba a su hijo—
Martin se sintió más excitado de lo que estaba dispuesto a admitir. Sabía que Alicia era una mujer casada, pero no podía negar que estaba muy atractiva. Decidió que debía aprovechar esta oportunidad. Se despidió de su madre y se fue a su habitación, comenzando a planear su próximo movimiento.
El día siguiente, Martin organizó todo para que Alicia fuera a su casa a visitar a su madre. Pero había un problema: su madre no estaría en casa ese día. Pero Martin no se detuvo por eso. De hecho, eso solo lo hizo más emocionante.
Alicia llegó a la casa de Martin, y encontró a este esperándola en la puerta.
—Hola, Alicia. ¿Qué tal? —preguntó Martin, sintiendo como su corazón se aceleraba—
—Hola, Martin. ¿Dónde está tu madre? —preguntó Alicia, sintiendo algo extraño en la situación—
—Oh, no está en casa hoy. Pero puedes entrar si quieres —respondió Martin, con una sonrisa siniestra—
Alicia se sintió algo incómoda, pero decidió entrar de todas maneras. Entró en la casa y se sentó en el sofá, esperando a que Martin dijera algo más.
—Bueno, Alicia, yo sé sobre ti y el profesor. —dijo Martin, mirándola con una sonrisa burlona—
Alicia se sintió un poco asustada, pero trató de mantener la calma.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Alicia, sintiendo como su corazón comenzaba a latir más rápido—
—Quiero decir que yo sé todo. Y si no haces lo que te pido...
—Lo que te pido... —repitió Alicia, percibiendo cómo su aliento se volvía más agitado—
—Sí. Si no haces lo que te pido, voy a contarle todo a tu marido —dijo Martin, sintiendo como su erección crecía en sus pantalones—
Alicia se sintió aterrada. No podía permitir que Martin hiciera eso. Decidió hacerle caso, al menos por ahora.
—Está bien... ¿qué quieres que haga? —preguntó Alicia, sintiendo como su cuerpo se estremecía—
Martin se sintió satisfecho. Se había imaginado muchas veces a Alicia desnuda y haciéndole cosas obscenas. Ahora iba a poder hacer que se convirtieran en realidad.
—Quiero que te quites la ropa —dijo Martin, sintiendo como su polla se endurecía más—
Alicia se sintió un poco incómoda, pero decidió obedecer. Se quitó la falda y la blusa, quedándose en ropa interior. Se sintió algo avergonzada, pero también sintió una sensación de excitación.
—¿Y ahora qué? —preguntó Alicia, sintiendo el temblor en cada inhalación apresurada—
Martin se sintió más excitado de lo que estaba dispuesto a admitir. Miró a Alicia y sintió como su polla se endurecía más. Se bajó los pantalones y comenzó a masturbarse, sintiendo como su mano se movía arriba y abajo.
—Mmm... —gimió Martin, agitandose—
—¿Qué quieres que haga ahora? —preguntó Alicia, queriendo irse pronto de alli—
Martin miró a Alicia y sonrió suavemente.
—Quiero que me muestres tus tetas —dijo Martin, sintiendo como su polla se endurecía más—
Alicia se sintió algo incómoda, pero decidió obedecer. Se quitó el corpiño y mostró sus pechos a Martin. Los pechos de Alicia eran grandes y bien formados, y Martin se sintió aún más excitado.
—Mmm... —gimió Martin, observando cómo su aliento se volvía más profundo y urgente—
—¿Y ahora qué? —preguntó Alicia
Martin miró a Alicia y sonrió suavemente.
—Quiero que me hagas una paja con tus tetas —dijo Martin, sintiendo como su polla se endurecía más—
Alicia se sintió un poco incómoda, pero decidió obedecer. Cogió la polla de Martin y comenzó a masturbarla con sus pechos, sintiendo como su cuerpo se estremecía.
—Mmm... —gimió Martin
Después de varios minutos de masturbarse, Martin cogió a Alicia y la llevó al sofá. Se acostó encima de ella y comenzó a tocar sus pechos, sintiendo como sus manos se deslizaban por la piel suave de Alicia.
—Mmm... —gimió Alicia, temblando un poco—
Martin se sintió más excitado de lo que estaba dispuesto a admitir. Quería penetrar a Alicia, quería sentir su cuerpo dentro del suyo. Después de varios minutos de acariciar sus pechos, Martin decidió que era hora de actuar.
—Quiero que te saques la bombacha —dijo Martin, sintiendo como su polla se endurecía más—
Alicia se sintió un poco incómoda, pero decidió obedecer. Se quitó la bombacha y se sintió algo avergonzada, pero también sintió una sensación de excitación.
—Mmm... —gimió Alicia, olvidando por un momento lo tensa de la situacion—
Martin miró a Alicia y sonrió suavemente.
—Voy a grabarte todo —dijo Martin, enfocandola con su telefono.
Alicia se sintió un poco asustada, pero decidió no decir nada. Quería terminar con esto lo antes posible.
Después de varios minutos de grabación, Martin decidió que era hora de actuar. Se acostó encima de Alicia y comenzó a penetrarla, sintiendo como su polla se movía dentro de ella. Alicia gimió de placer, sintiendo como su cuerpo se estremecía. A los pocos minutos Martin no daba mas, sabia que iba a eyacular de un momento a otro.
Martin agarró a Alicia de los cabellos y la obligó a mirarlo. —Abre la boca —le ordenó, mientras se acercaba con su miembro erecto, inclinándose hacia su boca. Alicia estaba asustada y no sabía qué hacer, así que finalmente abrió la boca. Martin metió su pene dentro de ella, sujetandola fuerte por la nuca. Alicia sentía como el esperma caliente llenaba su boca.
—Trágalo —le ordenó Martin mientras sacudía su miembro dentro de su boca. Alicia estaba cada vez más asustada, no sabía qué hacer. Lo mejor era hacer lo que él decía, así que tragó el esperma. Martin siguió sacudiéndose hasta eyacular la ultima gota de semen en la garganta de la amiga de su madre.
—Buena chica —le dijo, dándole una palmada en la espalda—
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