Taty le consigue a su padrastro todo lo que el necesita
La tarde en la casa de Tatiana, o "Taty" como le gustaba que la llamaran, era tranquila y cálida. La joven de dieciocho años, con su cabello castaño y sus ojos verdes, se encontraba sola en casa, esperando ansiosamente el regreso de su padrastro. Taty tenía una relación especial con él, llena de secretos y deseos ocultos.
De repente, la puerta se abrió y entró su padrastro, un hombre atractivo y con un aire de misterio.
Hola, amor. ¿Cómo estás hoy? - dijo él con una sonrisa.
Taty, con una mirada seductora, se acercó a él y le dio un beso apasionado.
Extrañaba tus labios, papi. Tengo muchas ganas de pasar un buen rato contigo. - susurró ella con voz sensual.
Su padrastro, con una sonrisa pícara, la miró fijamente.
Lo sé, mi dulce Taty. También he extrañado tus caricias. - respondió él, pasando su mano por su cintura.
Taty se agachó y comenzo a desabrochar los pantalones de su padrastro. Con una habilidad inocente, sacó su pene, que estaba erecto y listo para la acción. Comenzo a lamerlo con delicadeza, haciendo que su padrastro gimiera de placer.
La joven chupaba con avidez, saboreando cada centímetro de su pene. Su lengua jugaba con la punta, haciendo que su padrastro se contorsionara de deseo. Taty lo miraba con una sonrisa seductora, sintiendo el poder que tenía sobre él.
Finalmente, su padrastro no pudo más y eyaculó en la boca de Taty. La joven tragaba con gusto, sintiendo el sabor salado de su semen. Con una mirada satisfecha, se levantó y se dirigió hacia el baño para limpiarse.
Mientras Taty se estaba aseando, su padrastro se acercó a ella con una mirada seria.
Taty, tengo algo que contarte. Lo siento, pero es importante. - dijo él con una voz grave.
Taty, con una mezcla de curiosidad y preocupación, se secó las manos y se acercó a él.
¿Qué pasa, papi? ¿Estás bien? - preguntó ella con una voz suave.
Su padrastro, con una mirada triste, la miró fijamente.
Verás, tengo un problema. Le debo dinero a un hombre, y es un problema serio. Me ha amenazado con hacerte daño si no le pago. - confesó él con una voz temblorosa.
Taty, con una mirada sorprendida, no podía creer lo que estaba escuchando.
¿Qué? ¿A quién le debes dinero, papi? - preguntó ella con una voz llena de preocupación.
Su padrastro, con una mirada arrepentida, la miró a los ojos.
Es un amigo, un hombre peligroso. Le debo dinero en droga, y me ha dicho que si no le pago, te hará daño. - explicó él con una voz cansada.
Taty, con una mezcla de ira y tristeza, se acercó a él y lo abrazó.
No te preocupes, papi. Haré lo que sea necesario para protegerte. - dijo ella con una voz decidida.
En ese momento, el celular de su padrastro comenzó a sonar. Era el hombre, conocido como "El Negro", quien le estaba llamando.
Hola, papi. Vengo a cobrar lo que me debes. - dijo una voz grave y amenazante al otro lado de la línea.
Su padrastro, con una mirada temerosa, le explicó a Taty la situación.
El Negro me ha dicho que si no le pago, te hará daño. Pero he llegado a un acuerdo con él. - dijo él con una voz resignada.
Taty, con una mirada decidida, le dijo a su padrastro:
No te preocupes, papi. Yo me ocuparé de esto. Haré lo que sea necesario para protegerte. - afirmó ella con una sonrisa seductora.
Su padrastro, con una mezcla de alivio y preocupación, la miró con una expresión de confianza.
Taty, eres valiente y hermosa. Pero ten cuidado, el Negro es peligroso. - advirtió él con una voz protectora.
Taty, con una mirada desafiante, le respondió:
No te preocupes, papi. Yo puedo manejar esta situación. Confía en mí. - dijo ella con una sonrisa pícara.
El Negro llegó a la casa poco después. Era un hombre alto, de piel morena y con una presencia intimidante. Taty, con una mezcla de curiosidad y miedo, lo miró fijamente.
El Negro, con una sonrisa seductora, se acercó a ella y began a desabrochar sus pantalones. Sacó su pene, que era enorme y gruesa. Taty, con una mirada atrevida, se agachó y began a lamerlo con delicadeza.
La joven chupaba con pasión, saboreando cada centímetro de su pene. El Negro gemía con placer, sintiendo la lengua de Taty en su intimidad. Taty lo miraba con una sonrisa seductora, sintiendo el poder que tenía sobre él.
Mientras Taty le practicaba sexo oral al Negro, su padrastro se estaba preparando una raya de droga. Con una mirada seductora, comenzó a esnifarla, sintiendo los efectos de la droga en su cuerpo.
El Negro, con una mirada lasciva, se acercó a Taty y began a chupar su clítoris con avidez. La joven gemía con intensidad, sintiendo la lengua del hombre en su intimidad. El Negro continuaba con sus lametones, haciendo que Taty se contorsionara de placer.
Su padrastro, con una mirada ansiosa, se acercó a ellos y comenzo a observar la escena con deseo.
¡Mira lo que tienes, Taty! ¡Es un macho, una bestia! - exclamó él con una voz ronca.
Taty, con una mirada traviesa, se acercó a su padrastro y le susurró al oído:
¿Quieres ver cómo me coje, papi? - preguntó ella con una voz seductora.
Su padrastro, con una mirada de deseo, se acercó a ella y le dijo:
Haz lo que quieras, mi dulce Taty. Te pertenezco. - respondió él con una voz apagada.
Taty, con una sonrisa pícara, se acercó al Negro y tomo su pene con su mano. Lo guiaba con delicadeza, haciendo que el hombre gemiera de placer.
El Negro, con una mirada intensa, se acercó a Taty y began a penetrarla por el culo. La joven gemía con dolor, sintiendo la fuerza de su pene en su intimidad. Pero con cada embestida, el placer crecía en su interior.
Mientras el Negro la penetraba, Taty comenzó a chupar la pija de su padrastro. La joven saboreaba su pene, sintiendo el sabor salado de su semen. Su padrastro gemía con placer, sintiendo la lengua de Taty en su intimidad.
Finalmente, el Negro no pudo más y eyaculó en el culo de Taty. La joven gemía con intensidad, sintiendo la calidez de su semen en su interior. El Negro se relajaba, sintiendo la satisfacción de haber complacido a su compañera.
Su padrastro, con una mirada satisfecha, se acercó a Taty y began a lamer su culo, saboreando la leche del Negro. La joven se dejaba llevar, sintiendo la lengua de su padrastro en su intimidad.
Finalmente, su padrastro no pudo más y eyaculó en la boca de Taty. La joven tragaba con gusto, sintiendo el sabor salado de su semen. Con una mirada satisfecha, se relajaba, sintiendo la satisfacción de haber complacido a ambos hombres.
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