Perdiendo a mi novia: Barbara

Después de todos los eventos que habían ocurrido, yo decidí visitar a mi esposa para intentar convencerla de que no se divorciara de mí. Yo sabía que iba a ser difícil por culpa de mi decisión de travestirme, pero estaba dispuesto a intentarlo.

Llegué a su departamento con ansia y nerviosidad. Llamé a la puerta y ella abrió con una mirada seria. Me preguntó qué quería y yo le dije que deseaba hablar con ella.

Ella aceptó y me hizo pasar. Yo expliqué todo lo que había sucedido y le conté sobre mi experiencia. Ella escuchaba atentamente sin decir palabra.

"¿Por qué decidiste hacer eso?", me preguntó ella después de que yo terminara mi explicación.

"No lo sé", respondí yo. "Simplemente me sentía aburrido con mi vida y decidí probar algo diferente."

"¿Te gustó?", preguntó ella curiosa.

"Sí", respondí yo. "Me gustó mucho."

"Eso es interesante", dijo ella pensativa. "Yo siempre te vi como un hombre muy tradicional."

"Y lo era", respondí yo. "Pero ahora todo ha cambiado."

"¿Qué quieres de mí?", preguntó ella directa.

"Quiero que no te divorcies de mí", respondí yo con sinceridad. "Quiero seguir casado contigo siempre."

"Eso es mucho pedir", dijo ella. "No puedo simplemente olvidarme de todo lo que has hecho."

"Lo sé", respondí yo. "Pero estoy dispuesto a hacer cualquier cosa para salvar nuestro matrimonio."

"Bien", dijo ella finalmente. "Estoy dispuesta a darte otra chance al matrimonio, pero solo si permaneces travestida todo el tiempo."

"¿Qué quieres decir?", pregunté yo confundido.

"Quiero decir que quiero llamarte Barbara desde ahora en adelante", respondió ella sonriendo pícaramente. "Y quiero que te vistas como una mujer siempre."

"Acepto tu condición sin dudarlo", dije yo atónito.

"A partir de hoy, eres Barbara para mí", dijo ella con una mirada sensual. "Y como Barbara, vamos a seguir casados y felices para siempre."

Yo estaba sorprendido por su respuesta, pero estaba dispuesto a cualquier cosa para salvar nuestro matrimonio. Acepté su condición y ella sonrió pícaramente.

"Hola Barbara", dijo ella con una voz sensual. "Me alegra verte así."

"Hola...", respondí yo nervioso. Ella se rió y me abrazó fuerte.

"Vasa operarte, Barbara, quiero que te aumentes el busto... y vasa tomar hormonas", dijo ella mientras me acariciaba la espalda.

"Ok Barbara...", dije yo tímidamente ella me besó en la boca profundamente.

"Me gusta mucho como eres ahora Barbara", dijo ella mientras me besaba el cuello y la espalda. Yo sentía cómo mi cuerpo se excitaba por sus caricias.

"Eres muy guapa como mujer...", continuó ella mientras me acariciaba los pechos con suavidad. Yo gemía de placer al sentir sus manos en mis senos.

"Siempre serás Barbara para mí...", susurró ella en mi oído mientras me quitaba la peluca para besar mi frente con ternura... antes de adentrarse lentamente en mis labios."

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