Perdiendo a mi novia 8



Después de aquella primera noche, apenas dormí. Los pensamientos de mi situación me atormentaban. Al final, me levanté y comencé a maquillarme, intentando ser lo más femenino posible.


Claudia se rió al verme y me dijo que tenía una sorpresa para mí. Me llevó ante la cámara y comenzó a maquillarme con esmero. Eligió un tono de base claro y lo extendió por mi rostro, ocultando mis rasgos masculinos.


Con sombra de ojos azul y lápiz de labios rojo intenso, me convertí en una verdadera mujer en apariencia. Claudia se rió de gusto y me dio un abrazu fuerte.


Me llevó a una habitación y me mostró un vestido negro ceñido con medias transparentes. Me dijo que Luca había invitado a dos amigos para que disfrutaran de la noche con nosotros.


Yo estaba asustado, pero no podía hacer nada al respeto. Me vestí como me ordenaron, sintiendo cómo el vestido ajustado se ceñía a mi cuerpo.


Claudia entró unos minutos después con dos hombres desconocidos. Eran amigos de Luca y habían pagado una buena cantidad para pasar la noche conmigo vestido de mujer.


Me sonreí con nerviosismo mientras ellos se acercaron a mí. Uno era moreno con barba suave, mientras que el otro era rubio y peludo como un oso. Ambos tenían miradas lujuriosas.


Claudia los condujo al dormitorio principal, donde Luca esperaba en la cama desnudo. Me ordenó que fuera amable con ellos, y yo asentí sin decir palabra.


El moreno comenzó a tocarme el pecho con rudeza, mientras el rubio me quitaba el vestido con ansia. Notaba cómo su respiración se tornaba pesada mientras se acercaba a mí.


Me llevaron a la cama y comenzaron a besar y acariciarme sin control. Yo sentía cómo me excitaba a pesar de mi confusión interna.


El moreno comenzó a lamerme la entrepierna mientras el rubio me penetraba por detrás. Yo gemía de placer, sintiendo cómo sus cuerpos se movían sobre mí sin cesar.


Claudia entró unos minutos después, completamente desnuda y maquillada como una femme fatale. Se tumbó en la cama y ambos amigos fueron a ella sin demora.


Luca se acercó y comenzó a besarla mientras los dos hombres la follaban sin piedad. Yo gemía debajo del peso combinado de los tres hombres, sintiendo cómo el placer crecía en mi interior. El moreno me penetraba por detrás con rudeza, mientras el rubio me enterraba la pija en la garganta con pasión.


Sintiendo cómo sus cuerpos se movían sobre mí sin cesar, yo sentía cómo mi cuerpo era invadido y conquistado. El moreno comenzó a gruñir de placer, mientras el rubio también alcanzaba su clímax.


Ambos eyacularon dentro de mí sin control, derramando su esencia en mi interior. Yo sentía cómo mi cuerpo temblaba de placer incontrolablemente.


Después de que lo hicieran eyacular, el rubio comenzó a masturbarme con rudeza, quitándome la peluca y mostrando mi rostro maquillado en todo su esplendor.


Con una sonrisa pícara, Luca ordenó que tragara mi propio semen después de eyacular. Me obligó a abrir la boca y lamerlo y tragarlo todo.


Los tres amigos se rieron con gusto al verme así, sumiso y humillado por completo. Yo sentía cómo la vergüenza me invadía, pero no podía hacer nada para detenerlos.


Después de aquella noche llena de placer y humillación, me desvelé solo en el dormitorio, maquillado y vestido de mujer. Me preguntaba qué haría mañana... Pero así era la vida que había elegido."



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