La mas puta de la empresa 7

Maria estaba nerviosa ante la sesión fotográfica que Ricardo había organizado. El empresario había contratado a un amigo fotógrafo, un tipo extraño con una sonrisa provocadora. La joven se cambió de ropa en el vestuario y salió con un vestido ajustado y sexy que le había proporcionado su jefe.

Ricardo la elogió por su elección y la llevó ante el fotógrafo. El hombre la miraba con ojos lascivos, haciendo que Maria sintiera una extraña incomodidad. Las primeras fotos fueron normales, posando con una sonrisa falsamente feliz.

Pero entonces, Ricardo interviene en la sesión. Pide al fotógrafo que la capture en "acciones más naturales". El hombre entiende perfecto y comienza a tomar fotos más picantes. Ricardo se acerca a Maria y le susurra al oído.

- Este book va a ser algo especial, solo para mí. Quiero que te sientas cómoda, mi dulce Maria.

La joven se sonrojó con aquellas palabras y sintio un cosquilleo en su intimidad. Ricardo le quitó el vestido con cuidado, dejando que el fotógrafo captara cada momento. Maria posaba desnuda, sintiendo las miradas libidinosas tanto de Ricardo como del fotógrafo.

El empresario se acercó más y comenzó a acariciar su cuerpo, sobando sus pechos y su intimidad. Maria sintio un placer culposo mientras posaba para la cámara, sintiendo cómo su húmeda entrepierna delataba su excitación.

Ricardo metió un dedo en el culo de Maria, que emitio un pequeño gemido. El fotógrafo captó aquel momento, ampliando al máximo la imagen para no perderse ni un detalle. Ricardo le ordenaba posar de distintas maneras, mostrando su cuerpo en todo su esplendor.

Luego, comenzó a masturbar su ano con movimientos circulares. Maria sintio un placer indescriptible mientras su jefe dilataba su agujero con habilidad. El fotógrafo disparaba su cámara sin parar, inmortalizando cada gesto y cada月中旬 de Maria.

Ricardo la tumbó en la cama y se colocó detrás. Lubricó su miembro con una de sus manos mientras con la otra le abría las nalgas a su secretaria. Maria sintio un miedo mezclado con placer mientras su jefe se preparaba para penetrarla allí debajo.

El empresario la posesión analmente con fuerza, haciendo que Maria gemiera de dolor y placer a partes iguales. El fotógrafo no paraba de sacar fotos, acercándose y captando los detalles más íntimo. Cada embestida de Ricardo era inmortalizada con una ráfaga de Flash, haciendo que la joven sintiera una mayor humillación.

Maria sintio cómo el placer iba en aumento, y su jefe parecía disfrutar viéndola disfrutar. Los gemidos de la joven se mezclaban con los clicks de la cámara, creando una extraña sinfonía de sexo y fotoperiodismo.

Ricardo la posesión con fuerza, hasta que sintio que iba a eyacular. Se retiró rápidamente y ordeno a Maria que se girara y se arrodillara. La joven obedeció rápidamente, sin saber qué más podía pasar.

El empresario eyaculó en la boca de Maria, que tragó con gusto su carga. El fotógrafo captó la escena con una sonrisa satisfecha, mientras Ricardo felicitaba a ambos por el excelente trabajo.