La mas puta de la empresa 14
Era un día ajetreado en la oficina, y Ricardo quería aprovechar cada momento para complacer sus necesidades. Llamó a sus secretarias Maria y Elena a su despacho, con una sonrisa apresurada en su rostro.
Ambas entraron en el despacho con curiosidad y algo de impaciencia. Ricardo les indicó que se sentaran frente a él y les explicó su plan.
- Chicas, tengo poco tiempo, así que vamos al grano. Maria, quiero que le dilates el ano a Elena, quiero que esté lista para mi en cuestión de minutos.
Ambas obedecieron, sintiendo una mezcla de nerviosismo y excitación. Elena se subio la pollera y se quito la bombacha, y se reclino sobre el escritorio exponiendo su culo. Maria se arrodilló delante de ella y comenzo a lamer su culo con cuidado. Introducía su dedo ensalivado en el ano de la mujer madura, dilatándolo con suavidad. Elena gemía suavemente, sintiendo la lengua de Maria en su intimidad.
Mientras tanto, Ricardo se quitó los pantalones y sacó su pene erecto. Lo lubricó con cuidado, preparándose para la penetración anal. Se sentó en su sillón, con una sonrisa pícara en su rostro.
Elena se colocó encima de él, con su culo bien abierto. Ricardo comenzó a penetrarla analmente con suavidad, gozando de la sensación de su cuerpo. Maria, por su parte, se colocaba delante de Elena y para lamer su concha con pasión.
Elena se movía con suavidad, sintiendo la penetración de Ricardo en su ano. Maria lamía su concha con ganas, saboreando su intimidad. El empresario gozaba de la sensación de la lengua de Maria en su bolas, mientras penetraba a Elena con fuerza.
La follada anal continuaba con intensidad. Ricardo penetraba a Elena con fuerza, haciendo que la mujer gemiera de placer. Maria lamía su concha con avidez, sintiendo la excitación en su propia intimidad.
Finalmente, Ricardo no pudo más y eyaculó dentro del culo de Elena. La mujer madura sintio las calientes gotas de semen rellenar su interior. Ricardo se levantaba y le indicaba a Elena que se recostara sobre el escritorio.
Elena obedeció, sintiendo el calor del semen en su ano. Ricardo se acercó y began a abrirle el culo con sus manos, revelando la entrada de su ano. Maria se arrodilló delante de ella dispuesta a lamer el semen que chorreaba de su interior.
La joven secretaria lamía con avidez, saboreando cada gota de semen. Elena gemía suavemente, sintiendo la lengua de Maria en su intimidad. Ricardo observaba la escena con una sonrisa satisfecha, gozando de la satisfacción de sus secretarias.
Finalmente, Maria tragó todo el semen que había limpiado de la intimidad de Elena. Ricardo se acercó a ella y la besó en la frente. "Ya pueden volver a sus ocupaciones" les dijo.
Volvieron a sus despachos, sintiendo el calor de la satisfacción en sus cuerpos. Habían complacido a su jefe de una forma rápida y eficiente.
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