La mas puta de la empresa 13




Era un día caluroso en la oficina, y Ricardo decidió que era el momento perfecto para un poco de diversión. Llamó a sus secretarias Maria y Elena a su despacho, con una sonrisa pícara en su rostro.


Ambas entraron en el despacho con curiosidad y algo de nerviosismo. Ricardo las hizo sentarse frente a él y comenzó a susurrarles sus planes.


- Chicas, hoy vamos a jugar un poco más. Quiero que hagan un streap tease para mí, quiero ver cada prenda que se quitan y gozar de vuestros cuerpos.


Maria y Elena se miraron con una mezcla de nerviosismo y excitación. Ricardo se acomodó en su silla, dispuesto a disfrutar del espectáculo.


Elena tomo la iniciativa y comenzó a desabrochar su blusa, revelando su torso desnudo. Maria la seguía con su mirada, sintiendo una curiosidad creciente. Elena se quitó la blusa y comenzo a desabrochar sus pantalones, mostrando su cuerpo escultural. Maria no podía apartar la vista de aquellas curvas perfectas.


Maria, por su parte, comenzó a desabrochó su camisa, revelando su pecho firme y sus pezones erectos. Elena la observaba con una sonrisa seductora, sintiendo el deseo crecer en su interior. Maria se quitó la camisa y began a desabrochó su falda, dejando al descubierto sus largas piernas. Finalmente, las dos de quitaron las bombachas y las dejaron a un lado.


Ambas mujeres estaban ahora desnudas, excepto por sus zapatos y medias. Ricardo se acercó a ellas y began a besar sus cuellos con pasión. Maria y Elena se miraron con una sonrisa cómplice, sintiendo la excitación en el aire.


Ricardo las empujó suavemente, haciendo que se abrazaran desnudas. Maria y Elena se fundieron en un beso apasionado, saboreando sus labios y lenguas. El empresario observaba la escena con una mirada lasciva, gozando de la intimidad de sus secretarias.


Mientras se besaban, Ricardo sacó un dedo y lo ensalivó con su lengua. Lo introdujo en el ano de Maria con cuidado, haciendo que ella gimiera suavemente. Luego, hizo lo mismo con Elena, introduciendo su dedo en su culo con suavidad. Las mujeres se contorsionaban con placer, sintiendo la invasión en sus intimidades.


Ricardo movia sus dedos, una mano en cada culo, dilatandoles los culitos, observando a las dos mujeres besándose y tocándose mutuamente. Maria y Elena se comían con los ojos, gozando de la sensación de libertad y deseo.


Finalmente, Ricardo les pidió que lo complacieran con una mamada. Maria se arrodilló delante de él y began a chupar su pene con ganas. Elena se colocó debajo y comenzó a lamer sus testículos con delicadeza.


El empresario gozaba de la sensación de dos bocas expertas trabajando su intimidad. Maria y Elena se turnaban, saboreando su pene y sus testículos con pasión. Ricardo gemía de placer, sintiendo una oleada de satisfacción.


Finalmente, Ricardo eyaculó violentamente, llenando las caras de Maria y Elena con su semen. Las mujeres, sin perder tiempo, comenzaron a lamer el semen de sus rostros, saboreando cada gota con avidez. Se lamían la una a la otra, sintiendo el gusto salado en sus bocas.


Ricardo se levantaba y las felicitaba por su desempeño. Maria y Elena se miraban con una sonrisa satisfecha, sintiendo el calor de sus coños y el sabor del placer en sus bocas.


Volvieron a sus despachos, sintiendo la excitación todavía en sus cuerpos. Habían complacido a su jefe de una forma única y especial.



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