Una joven inmigrante, flaca y hambrienta llamada Štěně entraba sigilosamente al supermercado más cercano a su casa. Las estanterías estaban casi vacías debido a la reciente crisis mundial de abastecimiento, pero ella había oído hablar de que todavía había algunas latas de comida en la sección de alimentos enlatados. Con la desesperación que impone el hambre, decidió arriesgarse y entrar a robar. Pero, ¡oh Casualidad!, el guardia de seguridad, un tipo huesudo y de mirada lasciva llamado Gerry, la había estado observando través de las cámaras de vigilancia.
Štěně se adentró en el pasillo de los productos enlatados, llenando su cesta con rapidez. Pero sus movimientos eran un tanto torpes, producto de su hastío y debilidad. Gerry, quien se había mantenido alerta tras ella, aprovechó ese momento de distracción para capturarla. La joven fue llevada a rastras hasta el depósito, un lugar oscuro y frío que almacenaba sobras de alimentos pasados de moda y productos enlatados dañados.
Allí, Gerry la oblige a desnudarse para registrar su cuerpo en busca de artículos robados. La muchacha tiembla de miedo, avergonzada por su situación, mientras el guardia le informa que si coopera y le da un poco de "diversión", él no llamará a la policía. De lo contrario, la arrestaría y su futuro estaría arruinado.
Štěně estaba aterrorizada. Su estómago rugía de hambre, así que aceptó a regañadientes. Pero su orgullo y dignidad la llevaban a odiar lo que estaba a punto de hacer. Gerry, gozando del poder que tenía sobre ella, se sacó el pene y se lo mostró, frotándolo para excitarse mientras le ordenaba que se arrodillara.
La joven, con asco y miedo, se arrodilló ante él y comenzó a practicarle sexo oral. El sabor y textura le produjo náuseas, pero lo hizo con tanto esfuerzò que Gerry eyaculó rápidamente. Luego, con una sonrisa maligna, el guardia la obligo a tenderse boca arriba sobre una caja de cartón sucia.
El guardia comenzó a masturbar su coño humedo, tomándose su tiempo y disfrutan su poder. La miraba fijamente a los ojos mientras sus dedos jugaban con su clítoris, haciendo que la joven gemiera de placer y frustración a la vez. Gerry metió un dedo en su culito,AJÁ, y otro en su vagina, notando lo mojada que estaba.
Sin más preámbulos, la penetró brutalmente. Štěně sentía dolor y humillación, pero también un extraño placer que no podía negar. Gerry la montaba como un animal, apretando sus manos alrededor de su cuello mientras ella jadeaba y gemía. Podía oler su aroma, uno mezcla de miedo y deseo reprimido.
Cuando Gerry estuvo a punto de acabar, la Obligo a ponerse de rodillas otra vez. La joven temblaba, pero hizo lo que se le pedía. El guardia eyaculo en su boca, y unas gotas también le cayeron en la cara. Luego, con un pañuelo, la obligo a limpiarse la baba que caía por su barbilla.
Luego de eso, la joven fue obligada a vestirse y salir del depósito, con la amenaza de que, si contaban algo, él la encontraría de nuevo.
Štěně salió del supermercado, humillada y avergonzada, pero con el estómago un poco más satisfecho. Se preguntó si alguien más había pasado por algo así, si había sido un error robar, o si simplemente era una víctima más del sistema Capitalista.
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