Embarazada en el ginecologo

 La joven embarazada, llamada Sofía, caminaba hacia la consulta del ginecólogo, Dr. Martínez, con una mezcla de ansiedad y emociones desconocidas. Su vientre empinado y sus pechos lactantes se desbordaban de su ropa, dejando ver que estaba en plena maduración de su embarazo. Al ingresar al consultorio, se sintió inmediatamente atendida por el profesional y seguro, que la miraba con una sonrisa cálida y un par de ojos que parecían revelar un plan más allá del habitual.

"Sofía, te siento que necesitas algo más allá de lo habitual en esta cita", dijo el Dr. Martínez, con una voz suave y confiada. "Es normal en tus circunstancias, y podría ser beneficioso para ti". Sofía, cautivada por la atrevida propuesta, se quedó pensativa por un momento antes de responder con un silencio que parecía un permiso explícito.

"Vamos a la cama, por favor", indicó el ginecólogo, guiándola hacia la mesa de examen. Sofía, siguiendo sus instrucciones, se sintió cada vez más nerviosa, pero también emocionada por lo que estaba a punto de vivir.

Una vez en la cama, el Dr. Martínez le pidió que se despojara de su ropa inferior. Sofía, siguiendo las órdenes, se dejó caer su falda y sus pantalones, dejando al profesional contemplar sus labios húmedos y sus glúteos erguidos. Luego, se acercó a ella, tomó su pierna izquierda y la puso en su silla, dejándola abierta y expuesta.

"Ahora, voy a realizar algunos exámenes", comenzó el Dr. Martínez, mientras se acercaba con sus manos sutiles y habilidades practicadas. Sofía, con la sensación de estar en manos de un profesional experimentado, permitió que las manos del ginecólogo la exploraran, desde sus glúteos hasta sus labios húmedos.

"Está bien, Sofía, respira", dijo el Dr. Martínez, mientras continuaba explorando. Luego, Sofía sintió sus dedos entrar en su vagina, y aunque era algo incómodo, también sentía un placer latente. Mientras esto ocurría, el ginecólogo comenzó a palpar sus pechos lactantes, sintiendo sus nipples erectos y su cuerpo reaccionando.

"Te siento que necesitas algo más", dijo el Dr. Martínez, con una voz más baja y seductora ahora. "Te voy a ayudar a descubrir una experiencia de placer que superará tus expectativas, uniéndote con la realidad de tu embarazo y la sensación de tu cuerpo cambiante". Sofía, ahora con la boca abierta y ojos cerrados, no respondió, sino que simplemente gemió de satisfacción.

El ginecólogo, satisfecho con la respuesta de Sofía, se acercó a ella y comenzó a bajar su propia ropa. Sofía, sorprendida pero también emocionada, vio desnudo al profesional que la atendía. "No te preocupes, Sofía, esto es para ti", dijo el Dr. Martínez, mientras se acercaba nuevamente a ella.

Con su erección firmemente en mano, se acercó a los labios húmedos de Sofía y la insertó lentamente. La joven embarazada gemió de dolor y placer al mismo tiempo, sintiendo cómo el Dr. Martínez la abordaba en su cama de examen. A medida que él comenzaba a moverse dentro de ella, Sofía comenzó a sentir un placer cada vez mayor, y sus gemidos se hicieron más fuertes.

Mientras tanto, el Dr. Martínez, con sus pechos lactantes y vientre empinado, se movía a un ritmo cada vez más rápido dentro de Sofía. La joven embarazada, ahora en plena excitación, comenzó a tocar sus pechos lactantes mientras gemía de placer.

"Dame tus pechos, Sofía", dijo el Dr. Martínez, con una voz más fuerte y deseosa. Sofía, sin pensarlo dos veces, tomó sus pechos y los presentó al ginecólogo, que los abrazó con ambas manos y comenzó a succionar uno de sus nipples erectos. Sofía continuó gemiendo, sintiendo cómo el Dr. Martínez la abordaba desde dos frentes, y su placer aumentaba aún más.

Finalmente, el Dr. Martínez se detuvo y se acercó a Sofía, su cuerpo lleno de sudor y satisfecho. "Eso era lo que necesitabas, no lo dudes", dijo el profesional, antes de ayudar a la joven embarazada a vestirse.

Sofía, ahora con una mirada confundida y satisfecha, salió del consultorio del Dr. Martínez, sintiendo que había vivido una experiencia única y emocionante. Y aunque sabía que no podría repetirlo, sintió que había descubierto un lado de sí misma que nunca había imaginado.