Jessica hipnotizada y abusada



Jessica había luchado con su represión sexual durante años. Desde que era niña, ella se sentía avergonzada y asustada por sus deseos carnales. A medida que crecía, el miedo a la intimidad solo aumentaba. Jessica se convenció de que algo estaba mal con ella, y se retiró de la vida social y romántica.


Por fin, decidió buscar ayuda. Se acercó a un psicólogo especializado en terapia sexual, con la esperanza de superar su traumática represión. El doctor le propuso una sesión de hipnosis como parte de su tratamiento. Jessica estaba escéptica, pero decidió darlo un try.

Durante la sesión de hipnosis, el doctor le guió a Jessica a través de una serie de sugestiones relajantes y positivas. Jessica se sentía más tranquila y confiada con cada palabra que el doctor pronunciaba. El doctor le instó a relajarse completamente y a permitir que sus cuerpos se sienten libres y sin preocupaciones.

Cuando el doctor le pidió que se desvistiera, Jessica se sentía un poco nerviosa, pero también intrigada. Ella comenzó a quitarse su remera, sintiéndose cada vez más liberada y desinhibida. El doctor le animó a continuar, y Jessica se quitó sus corpiños, luego sus zapatillas, luego sus pantalones, y finalmente, su bombacha.

Jessica se miró en el espejo y admiró su cuerpo desnudo por primera vez en años. Su vagina estaba depilada y brillante, y ella podía ver su flujo vaginal ligeramente glaseado. El clitoris, un pequeño nubillo de tejido eréctil situado en la parte superior de la vagina, estaba erecto y sensiblemente visible.

El doctor le instó a tocarse y a explorar su propio cuerpo, y ella obedeció sin pensarlo dos veces. Jessica se puso las manos en sus senos y los cuello para sentir la textura suave de la piel. Luego, ella se puso las manos en sus pantorrillas y los muslos para sentir la firmeza de los músculos.

Finalmente, ella se puso las manos en su vagina y en el clitoris. Ella comenzó a tocarse lentamente y cuidadosamente, sintiéndose cada vez más consciente de los sensaciones que estaba experimentando. Los dedos de Jessica se movían lentamente hacia adentro de su vagina, sintiéndose cada vez más profunda y sensual.

Ella comenzó a masturbarse con una intensidad creciente, sintiéndose cada vez más consciente de los sensaciones que estaba experimentando. Los dedos de Jessica se movían más rápido hacia adentro de su vagina, sintiéndose cada vez más profunda y sensual. Ella empezó a gemir suavemente, un sonido agudo y despreocupado que expresaba tanto placer como liberación.

El doctor la miraba con una expresión de respeto y admiración, reconociendo el cambio que había ocurrido en ella durante la sesión. Jessica se sentía más consciente de sus deseos sexuales y menos avergonzada por ellas. El doctor había ayudado a Jessica a superar su represión sexual y a descubrir una nueva forma de ser feliz y contenta en sí misma.

Jessica continuó masturbandose con pasión e intensidad creciente, sintiéndose cada vez más consciente del placer que estaba experimentando. Los dedos de Jessica se movían rápidamente hacia adentro de su vagina, sintiéndose cada vez más profunda y sensual. Ella empezó a arrebatarse al orgasmo con un grito agudo y despreocupado que expresaba tanto placer como liberación. 

El doctor la miraba con una expresión de respeto y admiración, reconociendo el cambio que había ocurrido en ella durante la sesión. Jessica se sentía más consciente de sus deseos sexuales y menos avergonzada por ellas. El doctor había ayudado a Jessica a superar su represión sexual y a descubrir una nueva forma de ser feliz y contenta en sí misma.


El doctor le dijo: "Jessica, lo has logrado. Creo que por la ayuda que has recibido, mereces un premio especial."

El doctor se acercó a ella, bajando sus pantalones y revelando su erección. Jessica se sentía insegura y desconcertada, pero también atraída por la presencia del doctor.

El doctor le dijo: "Entonces... Chupame la polla."

Jessica abrió sus labios y agarró el pene del doctor en sus manos. Ella lo besó lentamente y cuidadosamente, sintiéndose cada vez más consciente de los sensaciones que estaba experimentando. El pene del doctor era largo y grueso, lleno de vejigas venosas que pulsaban contra sus labios. Jessica lo besaba con pasión e intensidad creciente, sintiéndose cada vez más consciente del placer que estaba experimentando. 

El doctor gritó con un orgasmo potente que sacudió todo su cuerpo. Jessica continuó besándolo hasta que el orgasmo terminara completamente. Ella lo abrazaba estrechamente mientras el doctor respiraba profundamente para recuperarse del orgasmo intenso que había experimentado. 

El doctor le dijo: "Gracias, Jessica... Gracias por ser tan valiente." 

Jessica sonrió timidamente mientras el doctor vestía sus pantalones y zarpaba hacia la puerta del consultorio médico. Ella sabía que había cambiado mucho durante la sesión de hipnosis, pero todavía no estaba segura de cómo sentirse sobre todo esto. Sin embargo, ella sabía que el camino hacia la felicidad sexual no era fácil ni lineal -pero ella estaba dispuesta a seguir adelante con coraje y determinación para descubrir quién realmente era ella mismo en este nuevo mundo sexual en el que había entrado durante la sesión de hipnosis con el médico especializado en terapia sexual para mujeres solteras como ella misma -Jessica-

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