Emma es muy puta



Emma se encontraba en su habitación, nerviosa pero emocionada por el encuentro que estaba a punto de tener. Su marido ya estaba en el trabajo, sus hijos en el colegio. Se miró en el espejo, ajustando su vestido negro ceñido que realzaba su figura y dejaba ver una sutil sugerencia de escote. Cada prenda que se colocaba parecía alimentar su excitación. Se mordió el labio mientras pensaba en Lucas y Alex, sus dos amantes, y cómo este sería el primer encuentro íntimo entre los tres.

Tomó una respiración profunda y se recordó a sí misma que este era el camino que había elegido, una nueva y excitante aventura en su vida amorosa. Quería explorar una relación poliamorosa, y ambos hombres habían aceptado encantados formar parte de esta experiencia única.

Se decidió por un ligero perfume, rociando su cuello y muñecas con su fragancia favorita. Luego, se colocó un collar delicado alrededor de su cuello, como un símbolo de la conexión que estaba a punto de experimentar. Sintió un escalofrío de anticipación mientras ajustaba las correas de sus tacones altos.

Finalmente, Emma se miró en el espejo una última vez, asegurándose de que su confianza se reflejara en su mirada. Sabía que enfrentaría una noche de pasión y exploración, y estaba decidida a disfrutar cada momento de ella.

Al salir de su casa, el viento jugaba con su cabello, y el cielo estrellado parecía ser cómplice de sus deseos. Emma caminó hacia el encuentro, sintiéndose viva y llena de excitación ante lo desconocido que le esperaba.

La puerta se abrió y allí estaban Lucas y Alex, sonriendo cálidamente mientras la recibían en sus brazos. Emma supo en ese instante que había tomado la decisión correcta y que este sería el comienzo de un viaje sensual y apasionado que explorarían juntos.

El ambiente en la sala se cargó de electricidad mientras los tres se miraban con deseo. Emma podía sentir las miradas ardientes de Lucas y Alex recorriendo su cuerpo, y eso solo aumentaba la excitación que corría por sus venas.

Lucas se acercó a ella y la tomó en sus brazos, sus labios encontraron los de Emma en un beso ardiente y apasionado. Ella se entregó a sus caricias, sintiendo cómo sus manos expertas recorrían su espalda y deslizaban por su cintura. Alex se unió al beso, y la sensación de tener a ambos hombres tocándola y besándola la hizo gemir de placer.

La tensión sexual era palpable, y Emma sabía que no podía resistirse más. Con manos temblorosas, comenzó a desabotonar las camisas de Lucas y Alex, revelando sus torsos musculosos y excitados. Sus dedos recorrieron la piel caliente y sudorosa de ambos hombres, disfrutando de la sensación de tenerlos tan cerca.

Sin decir una palabra, los tres se dirigieron al sofá, entregándose a sus deseos más profundos. Emma se encontró en el centro del sofá, rodeada por Lucas y Alex, quienes la observaban con deseo y anhelo. Sin perder tiempo, Emma desabrochó el cinturón de Lucas y deslizó su pantalón hacia abajo, revelando su erección ansiosa. Sus labios encontraron su miembro, acariciándolo con su lengua y disfrutando del sabor de su excitación.

Mientras tanto, Alex acariciaba los senos de Emma por encima de su blusa, sintiendo cómo sus pezones se endurecían bajo su tacto. Sin esperar más, Alex tomó la iniciativa y desabotonó la blusa de Emma, liberando sus pechos y admirando su belleza mientras acariciaba su piel suave.

Emma gemía de placer mientras alternaba entre los dos amantes, entregándose por completo a sus caricias y besos apasionados. Sin ningún tipo de inhibiciones, sus manos exploraban los cuerpos de Lucas y Alex, descubriendo cada rincón y estimulando cada punto sensible.

Pronto, Emma sintió cómo la excitación la invadía por completo, y sabía que estaba lista para más. Con una mirada coqueta y juguetona, se puso de rodillas en el sofá y miró a ambos hombres con deseo.

"Quiero sentirlos a ambos dentro de mí", susurró Emma con voz seductora.

Lucas y Alex se miraron con complicidad, y una sonrisa se dibujó en sus rostros. Sin dudarlo, se pusieron uno a cada lado de Emma, preparándose para satisfacer su deseo más ardiente.

Alex: (con voz ronca) Será un placer complacerte, Emma.

Lucas: (acercándose a su oído) Estamos aquí para hacerte sentir el doble de placer, cariño.

Emma se estremeció ante las palabras de sus amantes, sintiendo cómo su excitación se intensificaba. Con suavidad, Alex acarició sus muslos, separándolos ligeramente para abrir espacio a sus cuerpos, y acariciandole el ano con sus dedos lubricados, introduciendose un poquito en su interior para dilatarle el culito. Lucas acercó sus labios al cuello de Emma, dejando suaves besos mientras sus manos recorrían su espalda.

Emma: (jadeando) No puedo esperar más...

Lucas: (acariciando suavemente su cadera) Entonces no esperemos.

Con movimientos coordinados, Alex y Lucas se introdujeron en Emma, sintiendo cómo su calor los envolvía. Ella dejó escapar un gemido de placer, sintiéndose llena y satisfecha con la sensación de ambos dentro de ella.

Alex: (susurrando) ¿Te sientes bien, Emma?

Emma: (nerviosa pero excitada) Sí, sí... es increíble.

Lucas: (besando su cuello) Te mereces esto y mucho más, preciosa.

Los tres comenzaron a moverse al unísono, creando una sinfonía de placer y excitación. Emma se dejó llevar por el ritmo, entregándose por completo a la pasión que compartían. Cada movimiento, cada roce, la llevaba a nuevas alturas de éxtasis.

Alex: (gimiendo) Eres tan apretada y caliente...

Lucas: (mordiendo suavemente su hombro) Como te gusta sentirte llena, una polla en el culo y otra en el coño, verdad putita...

Emma: (entre gemidos) Siiii... Los quiero a ambos... dentro de mí...

La excitación se volvía abrumadora, y Emma sintió cómo el clímax se acercaba rápidamente. Lucas y Alex la guiaron hacia su punto máximo de placer, llevándola al borde de la liberación.

Alex: (con voz ronca) ¿Estás lista, Emma?

Emma: (jadeando) Sí, sí... no puedo esperar más...

Y en ese momento, la pasión alcanzó su punto máximo. Los tres se fundieron en un abrazo apasionado mientras el éxtasis los envolvía. Emma sintió cómo las oleadas de placer la atravesaban, llevándola a un clímax que la dejó sin aliento.

Lucas: (susurrando) Eres increíble, Emma.

Alex: (acariciando suavemente su mejilla) Nunca hemos experimentado algo así.

Emma: (sonriendo) Yo tampoco... ha sido increíble.

Después de pronunciar esas palabras y sentir una oleada de satisfacción y felicidad, Emma también fue invadida por pensamientos de culpa y dudas. Aunque había disfrutado intensamente del encuentro con Lucas y Alex, una pequeña voz en su interior la cuestionaba. Se preguntaba si lo que estaban haciendo era moralmente correcto, si estaba traicionando a su marido y si por tener tanto deseo sexual no estaba a punto de arruinar a su familia.

Emma: (pensando) ¿Esta bien que sea tan puta?

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