Dra. Victoria, experta en penes




El paciente nerviosamente ingresó a la consulta del consultorio médico. Había escuchado hablar de la Dra. Victoria, una reputada experta en la salud masculina, especialmente en el cuidado y el placer del pene. A medida que se sentaba en la sala de espera, su mente se llenaba de expectación y curiosidad.


Finalmente, la puerta se abrió y apareció la Dra. Victoria, una mujer segura de sí misma y de aspecto profesional. Su mirada era intensa, lo que hizo que el paciente se sintiera inmediatamente cautivado por su presencia.


Dra. Victoria: (sonriendo) Bienvenido. Soy la Dra. Victoria. Me han dicho que tienes algunas preocupaciones relacionadas con tu pene. Estoy aquí para ayudarte y brindarte la atención que necesitas.


Paciente: (nervioso) Sí, doctora. He notado algunos cambios en mi erección y quiero asegurarme de que todo esté bien.


La Dra. Victoria condujo al paciente a la sala de examen, donde comenzó una consulta detallada y minuciosa. Durante la evaluación, la doctora explicó cada paso con profesionalismo, pero también con un toque de sensualidad que despertaba la excitación del paciente.


Dra. Victoria: (con voz suave) Ahora, necesitaré examinar tu pene de cerca para evaluar cualquier posible problema. No te preocupes, estoy aquí para ayudarte y brindarte el cuidado adecuado.


El paciente se recostó en la camilla mientras la Dra. Victoria se ponía unos guantes médicos. Con movimientos hábiles y precisos, comenzó a examinar su pene, observando su tamaño, forma y respuesta a diferentes estímulos.


Dra. Victoria: (con tono seductor) Permíteme asegurarme de que tu pene esté completamente funcional. Estoy aquí para cuidar de ti y llevarte al máximo nivel de placer.


A medida que la Dra. Victoria continuaba con el examen, el paciente comenzó a sentir una mezcla de excitación y alivio. Su profesionalismo y su enfoque en el placer masculino le brindaban una sensación de confianza y satisfacción.


Paciente: (susurrando) Doctora, esto se siente increíble. No puedo evitar sentirme excitado por tus manos expertas.


Dra. Victoria: (con una sonrisa pícara) Es normal sentirse así, querido paciente. Mi objetivo es brindarte el mejor cuidado y asegurarme de que disfrutes plenamente de tu experiencia sexual.


La Dra. Victoria, consciente del deseo creciente del paciente, decidió llevar las cosas un paso más allá. Con delicadeza, comenzó a aplicar un aceite tibio en su mano y envolvió el miembro del paciente con un agarre firme pero sensual.


Dra. Victoria: (con voz suave) Permíteme brindarte un poco de alivio y placer adicional. Déjate llevar por mis manos expertas y disfruta de cada sensación.


El paciente se abandonó al toque de la Dra. Victoria, sintiendo cómo cada movimiento de sus manos lo envolvía en una espiral de placer indescriptible. Su erección se intensificó, mientras la doctora utilizaba diferentes técnicas para estimular su pene con maestría y precisión.


Paciente: (gimiendo) Oh, doctora... esto es increíble. No puedo resistirme a tu toque.


Dra. Victoria: (con una mirada llena de lujuria) Estoy aquí para darte el máximo placer. Déjame llevarte al borde del éxtasis y hacerte experimentar el clímax más intenso.


La Dra. Victoria continuó su estimulación, alternando entre movimientos suaves y rápidos, llevando al paciente al límite de su resistencia. Los gemidos del paciente llenaron la habitación, mezclándose con el sonido de las manos expertas de la doctora en su piel.


Finalmente, el paciente alcanzó un clímax poderoso, liberando su placer en una explosión de éxtasis. La Dra. Victoria lo sostuvo con ternura mientras experimentaba las últimas oleadas de su orgasmo, asegurándose de que cada momento fuera disfrutado plenamente.


Dra. Victoria: (acariciando suavemente al paciente) Ha sido un privilegio satisfacerte, paciente. Si alguna vez necesitas más cuidado o atención, no dudes en volver a mi consulta.


El paciente, aún bajo la influencia del placer, asintió con gratitud y admiración hacia la Dra. Victoria. Sabía que había encontrado a una profesional única que entendía y atendía sus necesidades más íntimas.


Con una despedida cargada de complicidad y promesas de futuras visitas, el paciente dejó la consulta, llevando consigo no solo un alivio físico, sino también una nueva perspectiva sobre su propio placer y la posibilidad de explorar nuevos horizontes en su vida sexual.

Comentarios

  1. Lo fascinante de ir boyando entre blog y blog es que nunca sabés dónde vas a terminar.
    Interesante propuesta, hacía años que no leía literatura erótica.

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