Pegging - Susana y Edgardo
Susana y Edgardo llevan 30 años de casados y siempre han disfrutado de una buena vida sexual. Pero últimamente, habían notado que su rutina en la cama se había vuelto aburrida y monótona. Entonces, Susana decidió proponerle algo diferente a su esposo.
Un día, después de una cena romántica en casa, Susana le preguntó a Edgardo si alguna vez había considerado la idea de intercambiar roles en la cama. Edgardo, sorprendido, le preguntó qué quería decir con eso. "Quiero decir que yo te penetre a ti con un dildo con cinturón", respondió ella.
A Edgardo le pareció una idea un poco atrevida, pero también muy emocionante. Así que aceptó la propuesta de Susana. Después de hablar un poco más sobre los detalles, decidieron que sería mejor probarlo esa misma noche.
Susana se puso un sexy conjunto de lencería y se colocó el dildo con cinturón. Edgardo estaba un poco nervioso, pero también muy excitado por la idea de ser penetrado por su esposa. "¿Estás listo?", preguntó ella. "Sí, estoy listo", respondió él.
Susana comenzó a acariciar a Edgardo y a besarlo suavemente, mientras le quitaba la ropa. Luego, lo tumbó en la cama y comenzó a lamer su polla. "Mmm, eso se siente bien", dijo él entre gemidos. Susana sonrió y continuó chupando su polla mientras se colocaba el dildo con cinturón.
Susana continuó chupando la polla de Edgardo, sintiendo como se ponía cada vez más dura en su boca. Le gustaba ver la expresión de placer en su rostro mientras lo hacía, así que decidió prolongar el momento un poco más.
Edgardo gemía y agarraba las sábanas con fuerza, disfrutando del placer que Susana le estaba proporcionando. "Oh, dios mío, esto es increíble", dijo entre gemidos. Susana sonrió, satisfecha de saber que estaba haciendo un buen trabajo.
Finalmente, decidió que era suficiente y se acomodó el dildo con cinturón. Edgardo la miró con curiosidad mientras ella se acomodaba encima de él. "¿Estás lista?", preguntó él.
"Si, estoy lista", respondió Susana, mientras guiaba el dildo hacia su entrada. Edgardo cerró los ojos y se dejó llevar por las sensaciones que el dildo le estaba provocando.
Susana comenzó a moverse lentamente, disfrutando de la sensación de poder que le daba el cinturón. Se sentía liberada y poderosa, como si pudiera controlar todo lo que estaba sucediendo. Edgardo gemía y la agarraba por la cintura, disfrutando del placer que le estaba dando.
"¿Te gusta?", preguntó Susana, sonriendo mientras continuaba moviéndose.
"Si, me encanta", respondió Edgardo, sintiendo como se acercaba cada vez más al orgasmo.
Susana aumentó el ritmo y Edgardo no pudo contenerse más. Gritó de placer mientras se corría, sintiendo como el semen salía de su cuerpo. Susana se detuvo un momento para disfrutar del momento, antes de retirarse y quitarse el cinturón.
Los dos se quedaron tumbados en la cama, recuperándose del intenso momento que habían compartido. "Eso fue increíble", dijo Edgardo, todavía tratando de recuperar el aliento.
"Sí, lo fue", respondió Susana, acariciando suavemente su cabello. "Me alegra que hayamos decidido probar algo nuevo".
Los dos se besaron y se abrazaron, sintiendo la conexión más fuerte que nunca. Sabían que habían explorado una nueva faceta de su sexualidad juntos, y eso era algo que nunca olvidarían.
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