Pegging - Mónica (42) y Mauro (24)


 "Te ves increíble, Mauro", dijo Mónica con una sonrisa, admirando cómo la lencería se ajustaba a su cuerpo velludo y musculoso.


"Gracias, Mónica", respondió Mauro, sintiéndose un poco tímido por la situación. "¿Qué te parece si me pongo las medias ahora?"


"Claro, adelante", respondió Mónica, entregándole las medias de encaje negro. "Ponte de espaldas para que pueda ayudarte".


Mauro se volteó, y Mónica comenzó a deslizar las medias hasta sus muslos, admirando cómo el encaje negro resaltaba la oscuridad de su vello corporal. Con cuidado, aseguró las medias con las ligas de encaje y se levantó para admirar su trabajo.


"Te ves aún mejor con las medias puestas", dijo Mónica con una sonrisa, disfrutando del aspecto masculino y sensual de Mauro vestido en lencería.

Con habilidad, Mónica comenzó a lubricar a Mauro con su lengua, deslizándola lentamente alrededor de su ano y acariciando suavemente la piel velluda. Mauro se estremeció bajo su toque, sintiendo cómo la lengua suave y cálida lo preparaba para la penetración.


"Mmm, sí, así es", susurró Mauro, cerrando los ojos y disfrutando de la sensación. "Eres tan buena en esto, Mónica".


Mónica sonrió ante el elogio, sintiendo cómo su propia excitación crecía a medida que preparaba a Mauro para el siguiente paso en su sesión de juegos eróticos. Con cuidado, comenzó a introducir un dedo en el interior de Mauro, moviéndolo lentamente para dilatar el músculo y prepararlo para el siguiente nivel de estimulación.


Mauro gimió de placer, sintiendo cómo su cuerpo se estiraba y se abría bajo su toque experto. "Sí, sigue así", dijo con voz ronca. "No puedo esperar a sentir lo que sigue".

Mauro gimió de placer mientras sentía la penetración del dildo, su cuerpo temblando de excitación. Mónica continuó deslizando el juguete, asegurándose de que cada movimiento fuera suave y controlado.


La lencería que llevaba Mauro era una tanga negra con encajes en los bordes, que dejaba al descubierto su vello corporal, y un sujetador a juego que resaltaba su pecho peludo. Además, llevaba unas medias de rejilla que llegaban hasta sus muslos, haciendo que sus piernas se vieran aún más musculosas y sensuales.


Mientras Mónica lo penetraba, Mauro se sentía increíblemente sexy y deseado, sintiendo cómo su femeneidad era aceptada y celebrada por su pareja. Los gemidos de placer que escapaban de sus labios solo alimentaban el fuego que ardía en su interior, y Mauro se entregó por completo a las sensaciones que Mónica le estaba dando.

Mauro dejó escapar un gemido agudo mientras se aferraba a las sábanas con fuerza, sintiendo cómo el placer se acumulaba dentro de él hasta que finalmente explotó en una ola de éxtasis. Mónica continuó moviendo el dildo dentro de él, intensificando la sensación y prolongando su orgasmo.


"Oh, Dios mío, Mónica", jadeó Mauro, todavía temblando con la sensación. "Eso fue increíble."


Mónica sonrió con satisfacción mientras retiraba suavemente el dildo del interior de Mauro y lo limpiaba. "Me alegro de que lo hayas disfrutado, cariño", dijo ella, acariciando suavemente su espalda. "Siempre es un placer trabajar contigo."


Mauro se desplomó en la cama, sintiéndose agotado pero extremadamente satisfecho. "Nunca me había sentido tan bien", dijo con una sonrisa. "Gracias, Mónica."

Mauro se sentía fascinado por la experiencia sexual que acababa de vivir. Había sido una experiencia nueva y emocionante para él, algo que nunca había explorado antes. La lencería que aún llevaba puesta le hacía sentir sexy y deseable, y la presencia de Mónica, una hermosa mujer madura, solo añadía a la excitación que sentía.


Se preguntaba cómo había vivido tantos años sin haberse permitido experimentar cosas nuevas en su vida sexual. Estaba agradecido por haber encontrado a alguien como Mónica, alguien que estaba dispuesto a guiarlo y enseñarle sobre su cuerpo y sus deseos.


Mientras se relajaba, todavía sintiendo el zumbido de su orgasmo en su cuerpo, Mauro se dio cuenta de que estaba ansioso por explorar más en el futuro. Tal vez podría intentar algo más atrevido o experimentar con diferentes juguetes sexuales. Se sentía emocionado por lo que estaba por venir en su exploración sexual y agradecido por tener a Mónica a su lado para guiarlo en el camino.

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