Pegging - Mónica (42) y Lito (21)

 



Mónica se acercó a Diegui con un cinturón con un dildo, sonriendo nerviosamente mientras lo miraba. "Diegui, ¿estás seguro de que quieres probar esto?", preguntó ella, algo preocupada por la gran diferencia de edad entre ellos.


Diegui le devolvió la sonrisa, decidido. "Sí, Mónica. Estoy emocionado por probar algo nuevo contigo", respondió con confianza.

Diegui se sentía nervioso pero excitado a la vez, mientras Mónica lo ayudaba a colocarse la lencería. Él no tenía mucha experiencia con este tipo de juegos, pero estaba dispuesto a probar cualquier cosa con ella.


Mónica se detuvo por un momento y lo miró a los ojos. "¿Estás listo?", preguntó con una sonrisa juguetona.


Diegui asintió, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. "Sí, estoy listo", respondió con una voz un poco temblorosa.


Mónica se acercó a él y lo besó suavemente en los labios, saboreando su boca con ternura. Luego, comenzó a deslizar sus manos por el cuerpo de Diegui, acariciando cada centímetro de piel expuesta.


Diegui estaba nervioso pero excitado por la idea de tener relaciones sexuales con Mónica. A pesar de su juventud, nunca había estado con una mujer mayor, y mucho menos con una tan atractiva como ella. Pero al mismo tiempo, se preguntaba si su inexperiencia podría ser un problema.


Mónica se dio cuenta de los nervios de Diegui y decidió tomarse su tiempo para ayudarlo a relajarse. Sabía que la lubricación era importante, y no quería hacerle daño. Se arrodilló frente a él y comenzó a acariciar suavemente su miembro por encima de la ropa interior.


"Relájate, mi amor", susurró ella. "Déjame cuidarte". Luego, lentamente, deslizó sus dedos dentro de su ropa interior, masajeando suavemente su miembro mientras Diegui gemía de placer.


Mónica sabía que necesitaba hacer algo más para asegurarse de que Diegui estuviera lo suficientemente lubricado y dilatado para la penetración. Así que se inclinó hacia abajo y comenzó a lamer suavemente sus testículos, sintiendo cómo se estremecía de placer debajo de ella.


"¿Te gusta, cariño?", preguntó mientras seguía lamiendo y chupando sus testículos. "Quiero asegurarme de que estés bien preparado para esto".


Diegui asintió con la cabeza, incapaz de hablar debido a la intensa sensación que recorría su cuerpo. Mónica continuó su trabajo, alternando entre lamer y chupar sus testículos y deslizar sus dedos por su miembro. A medida que avanzaba, notó que Diegui se estaba relajando cada vez más. Cuando vio que ya estaba caliente, Mónica lo hizo girar, y arrodillada como estaba, separo las nalgas de Dieguito para tener un mejor acceso a su culo.

Mónica se concentró en el ano de Diegui, sabiendo que era importante prepararlo adecuadamente para evitar cualquier dolor innecesario. Mónica continuó masajeando el ano de Diegui con sus dedos, sintiendo cómo se abría y se dilataba bajo su toque. Luego, con su lengua, comenzó a lamer suavemente alrededor del ano de Diegui, explorando cada centímetro con delicadeza.


Diegui se estremeció ante las sensaciones, sintiendo cómo su cuerpo se llenaba de placer y anticipación. "Oh, Mónica, esto se siente increíble", dijo mientras su respiración se volvía cada vez más pesada.


Mónica sonrió, sabiendo que estaba haciendo lo correcto al tomarse su tiempo para preparar a Diegui adecuadamente. Sabía que la penetración iba a ser intensa, y quería asegurarse de que fuera lo más agradable posible para ambos.

Usó sus dedos para aplicar una generosa cantidad de lubricante, masajeándolo suavemente mientras Diegui gemía de placer.


"¿Te sientes cómodo, cariño?", preguntó Mónica, asegurándose de que Diegui estuviera completamente relajado.


"Sí, Mónica, me siento bien", respondió Diegui, sintiendo la tensión en su cuerpo comenzar a desvanecerse bajo las caricias de Mónica.  

Después de un tiempo, Mónica retiró su lengua y dedos, satisfecha de que Diegui estuviera listo. Se puso el cinturón con el dildo y se acercó a Diegui, quien estaba ahora completamente relajado y preparado para la penetración.


"¿Estás listo, cariño?", preguntó Mónica, sonriendo mientras se preparaba para penetrarlo con el dildo.


"Sí, Mónica, estoy listo", respondió Diegui con una sonrisa, sintiendo cómo la anticipación crecía en su cuerpo a medida que Mónica se acercaba.

Mónica se colocó el cinturón con el dildo y se acercó a Diegui con cuidado, asegurándose de que estuviera cómodo y relajado. "Tranquilo, cariño, iré despacio", susurró ella mientras comenzaba a introducir el dildo en su ano.


Diegui se estremeció al sentir la penetración, sintiendo cómo el placer comenzaba a acumularse en su cuerpo. "Oh, Mónica", gemía él, agarrando las sábanas con fuerza.


Mónica continuó moviéndose con cuidado, asegurándose de no lastimarlo mientras aumentaba gradualmente la intensidad y la velocidad de las penetraciones. "¿Te gusta, cariño?", preguntó ella con una sonrisa.


"Me encanta, Mónica", respondió Diegui con una mezcla de placer y sorpresa en su voz. "Nunca había sentido algo así antes".


Mónica continuó penetrándolo con el dildo, disfrutando de cómo Diegui se retorcía debajo de ella, su cuerpo vibrando de placer. "Más fuerte, Mónica", suplicó él, aferrándose a ella con fuerza.


Mónica aumentó la velocidad y la fuerza de las penetraciones, sintiendo cómo el placer se intensificaba en su propio cuerpo también. "Así, cariño, así", susurró ella mientras los dos alcanzaban el clímax juntos.


Diegui gritó de placer mientras su cuerpo se tensaba y temblaba con el orgasmo, mientras Mónica continuaba moviéndose sobre él, disfrutando de la sensación de su propio orgasmo mientras lo llevaba a él al éxtasis.



Comentarios

Entradas populares de este blog

La Culona Vianey (Testigo de Jehova, Joven Casada Infiel)

Mi mejor amigo embarazo a mi mamá

Fiesta de egresados