Natalia goza en el ginecologo 3




El doctor Martínez, con su mirada dominante y autoritaria, saluda a Natalia con una sonrisa intrigante, mientras la enfermera Ana le brinda una cálida bienvenida. Natalia se siente instantáneamente atraída y excitada por la combinación de su presencia dominante y su dulzura acogedora.


Doctor Martínez: "Bienvenida de nuevo, Natalia. Estamos encantados de tenerte aquí. ¿Cómo te sientes hoy?"


Natalia: "Estoy emocionada y lista para continuar explorando, doctor Martínez. Quiero experimentar más de su guía y las sensaciones que me han despertado".


La enfermera Ana se acerca a Natalia con suavidad, colocando una mano reconfortante sobre su hombro.


Enfermera Ana: "Queremos que te sientas cómoda y segura en todo momento, Natalia. Recuerda que estamos aquí para explorar tus fantasías de manera consensuada y respetuosa".


Con estas palabras reconfortantes, Natalia se relaja y se deja llevar por la excitación que la envuelve. El doctor Martínez le indica que se desnude y se acomode en la camilla. 

Natalia se deshace de cada prenda con delicadeza y coquetería, sabiendo que su desnudez despierta la excitación en el doctor Martínez y la enfermera Ana. Su piel desnuda brilla bajo la tenue luz del consultorio, revelando la curvatura de sus senos, la suavidad de su abdomen y la tentadora forma de sus caderas.


El doctor Martínez y la enfermera Ana la observan con deseo y admiración, dejando que sus miradas recorran cada centímetro de su cuerpo con una intensidad magnética. Se percatan de los sutiles temblores de anticipación que recorren la piel de Natalia, indicando el nivel de excitación que la invade.


Natalia, consciente de su poder de seducción, juega con sus cabellos y deja escapar un suspiro sugerente. Sus ojos se encuentran con los del doctor Martínez, transmitiendo una mezcla de sumisión y deseo, dispuesta a entregarse por completo a su autoridad y disfrutar del juego de roles que están a punto de explorar.


El doctor Martínez, con su mirada penetrante, le indica que se siente en la camilla, dejando sus piernas colgando y abiertas. La visión de Natalia en esa posición despierta una sensación de control y excitación en ambos, alimentando el fuego de su juego de roles.


En ese instante, la enfermera Ana se acerca con suavidad a Natalia, rodeándola con sus brazos y susurra al oído:


Enfermera Ana: "Eres una mujer deslumbrante, Natalia. Tu cuerpo es una obra de arte que estamos ansiosos por explorar".


La voz de la enfermera Ana se mezcla con el palpitar acelerado del corazón de Natalia, aumentando la tensión y el deseo en la habitación. La enfermera Ana deja un rastro de besos y caricias por el cuello y los hombros de Natalia, generando una oleada de placer que recorre su espina dorsal.

Mientras tanto, el doctor Martínez se acerca desde el otro lado de la camilla, sus manos expertas acarician los muslos de Natalia, ascendiendo lentamente hacia su zona más íntima. Natalia se estremece ante el contacto, sintiendo cómo la excitación se intensifica con cada caricia.

Mientras tanto, el doctor Martínez se acerca desde el otro lado de la camilla, sus manos expertas acarician los muslos de Natalia, ascendiendo lentamente hacia su zona más íntima. Natalia se estremece ante el contacto, sintiendo cómo la excitación se intensifica con cada caricia.


Natalia se tumba en la camilla, mientras el doctor Martínez y la enfermera Ana se sitúan a ambos lados de ella. El doctor Martínez acaricia suavemente los muslos de Natalia, generando una sensación de anticipación y deseo en su cuerpo. La enfermera Ana, por su parte, prepara los juguetes y accesorios necesarios en una bandeja cercana, lista para usarlos en el momento adecuado.


El ambiente se carga de una tensión excitante mientras el doctor Martínez y la enfermera Ana intercambian miradas llenas de complicidad. Natalia se siente rodeada por la atmósfera de juego y seducción que han creado juntos.


Mientras el doctor Martínez continúa estimulando la zona íntima de Natalia con maestría, la enfermera Ana se acerca con una bandeja que contiene una selección de juguetes y accesorios especialmente diseñados para la estimulación anal.


Enfermera Ana: "Natalia, estás lista para experimentar una nueva dimensión de placer. Voy a prepararte cuidadosamente para la estimulación anal".


Natalia, embriagada por la excitación y la confianza en sus compañeros de juego, asiente con anticipación. Se siente lista para explorar un territorio desconocido y dejarse llevar por nuevas sensaciones.


La enfermera Ana selecciona un lubricante de alta calidad y lo aplica con suavidad en los dedos, asegurándose de que Natalia esté adecuadamente preparada y relajada para la estimulación anal. Con movimientos circulares y delicados, la enfermera Ana masajea la zona, creando una sensación de relajación y anticipación en Natalia.


Enfermera Ana: "Respira profundamente, Natalia. Confía en nosotros y permítenos llevarte a nuevas alturas de placer".


Natalia sigue las instrucciones de la enfermera Ana, inhalando profundamente y exhalando lentamente, entregándose a la experiencia y al juego de roles que han creado juntos.


Con suavidad y cuidado, la enfermera Ana introduce un pequeño juguete anal, aplicando una presión gradual y constante. Natalia siente cómo su cuerpo se estremece, respondiendo a la nueva sensación que se despliega en su interior.


Mientras tanto, el doctor Martínez continúa estimulando las zonas erógenas de Natalia, coordinando sus movimientos con la enfermera Ana para aumentar el placer y la excitación en su totalidad.


Doctor Martínez: "Eres valiente, Natalia. Tu disposición para explorar nuevas fronteras del placer es admirable. Permítenos llevarte al clímax más intenso que hayas experimentado".


Las palabras del doctor Martínez se funden con los gemidos de placer de Natalia y el suave susurro de la enfermera Ana, creando un ambiente cargado de erotismo y deseo. La combinación de la estimulación anal y la exploración de sus zonas íntimas la lleva a un éxtasis sin precedentes.


El doctor Martínez toma un dildo mas grande, y sostiene el juguete anal en sus manos, observándolo detenidamente antes de acercarlo a la entrada posterior de Natalia. Sus dedos acarician suavemente la zona, transmitiendo una sensación de anticipación y excitación.


Doctor Martínez: "Natalia, estás lista para este nuevo nivel de estimulación. Confía en mí y permíteme llevarte a lugares de placer aún más profundos".


Natalia, con una mezcla de nerviosismo y ansias, asiente con determinación, mostrando su disposición a explorar nuevas fronteras del placer. Sus ojos se encuentran con los del doctor Martínez, comunicando confianza y deseo.


Con movimientos precisos y cuidadosos, el doctor Martínez comienza a introducir el juguete en la entrada anal de Natalia. La sensación inicial es de plenitud y ligera presión, pero conforme el juguete avanza, Natalia experimenta una oleada de sensaciones intensas y placenteras.


Natalia: "Oh... doctor... se siente... increíble".


El doctor Martínez mantiene su mirada fija en Natalia, observando cada reacción, cada cambio en su expresión. Su habilidad y destreza se combinan con un cuidado y respeto extremos, asegurándose de que Natalia se sienta cómoda y segura en todo momento.


Doctor Martínez: "Siente cómo tu cuerpo se adapta y se entrega a esta nueva forma de placer. Permíteme llevarte más allá de lo que has experimentado antes".


La enfermera Ana, siguiendo atentamente la escena, se acerca a Natalia para brindarle apoyo adicional. Su voz suave y reconfortante se mezcla con las sensaciones que Natalia experimenta.


Enfermera Ana: "Estás siendo valiente y hermosa, Natalia. Permítete sentir y disfrutar de cada momento. Estamos aquí para asegurarnos de que tu experiencia sea placentera y segura".


Natalia se abandona a la estimulación anal, dejando que las oleadas de placer la envuelvan por completo. Cada movimiento del juguete, cada caricia adicional del doctor Martínez y la enfermera Ana, amplifican su éxtasis y la llevan a nuevos niveles de satisfacción.

Con cuidado y detalle, la enfermera Ana desata el primer botón de su bata blanca, revelando lentamente el contorno de su cuerpo bajo la fina tela. Los bordes de encaje en su sujetador negro asoman por debajo de la bata, sugiriendo una provocación tentadora.


Con un movimiento sensual, Ana desliza la bata de sus hombros, dejándola caer al suelo con gracia. Ahora, solo viste el sujetador de encaje negro que resalta la forma perfecta de sus pechos.


Sus manos se deslizan hacia la cintura, desabrochando con destreza el cierre de su falda blanca. La tela cae suavemente alrededor de sus piernas esbeltas, revelando unas medias de seda negras que contrastan con la palidez de su piel.


Con movimientos lentos y sensuales, Ana se despoja del sujetador, liberando sus pechos voluptuosos ante la mirada ansiosa de Natalia y el doctor Martínez. Sus pezones, erectos por la excitación, invitan a ser acariciados y probados.


Finalmente, Ana se deshace de sus medias de seda negras, deslizándolas por sus piernas y dejándolas caer al suelo. Ahora completamente desnuda, su cuerpo es una obra de arte erótica, un deleite visual para los ojos de Natalia y el doctor.


Con una sonrisa traviesa en sus labios, la enfermera Ana se acerca a Natalia, tomando su mano con delicadeza y guiándola hacia su propio cuerpo desnudo. El tacto suave de sus manos despierta sensaciones de anticipación en Natalia, quien se deja llevar por la invitación de explorar.


Ana guía las manos de Natalia hacia sus propios senos, permitiéndole sentir su textura suave y firme bajo sus palmas. Con movimientos sensuales, Ana susurra palabras de excitación y aliento, animando a Natalia a descubrir el placer que yace en su propio cuerpo.


Natalia, siguiendo las instrucciones de Ana, explora con curiosidad cada rincón, cada curva y cada contorno de su cuerpo. Sus manos se deslizan por la piel suave de los pechos de Ana, acariciando y apretando delicadamente sus pezones erectos.


La respiración de Natalia se acelera mientras se entrega a la experiencia, explorando los secretos que el cuerpo de Ana revela. Los gemidos de placer llenan la habitación, entrelazados con susurros de complicidad y excitación.


Mientras Natalia se sumerge en su propia exploración, el doctor Martínez observa con atención, disfrutando del espectáculo erótico frente a sus ojos. La dinámica entre Natalia y Ana se vuelve un juego de placer compartido, donde el deseo se multiplica y se entrelaza en una danza ardiente.

Ana, sintiendo la intensidad del momento y la conexión entre los tres, decide arrodillarse frente al doctor Martínez. Con una mirada llena de deseo y sumisión, busca complacerlo y satisfacer sus deseos.


El doctor Martínez, apreciando el gesto de sumisión de Ana, coloca una mano sobre su cabeza acariciándola suavemente. La enfermera Ana, sumida en su papel de sumisa, se entrega por completo al dominio del doctor, dispuesta a cumplir cada una de sus órdenes.


Con movimientos lentos y provocativos, el doctor Martínez desabrocha su pantalón, dejando al descubierto su erección prominente. La enfermera Ana, obediente y ansiosa por complacerlo, toma el miembro del doctor en sus manos, acariciándolo con destreza y devoción.


Natalia, desde la camilla, observa la escena con una mezcla de excitación y admiración. La imagen de Ana arrodillada frente al doctor, entregada a su dominio, despierta en Natalia una mezcla de curiosidad y deseo.


El doctor Martínez guía a Ana en su tarea, indicándole el ritmo y la presión que le agrada. La enfermera Ana, siguiendo las indicaciones con precisión, intensifica sus movimientos, llevando al doctor a un estado de excitación creciente.


Natalia, cautivada por la escena, siente cómo su propia excitación aumenta. La visión de Ana y el doctor Martínez en pleno juego de dominación y sumisión la incita a explorar aún más sus propios deseos y límites.



El doctor Martínez, sin dejar de observarla con una mirada penetrante, le indica que se levante y se agache frente a la camilla, con las piernas abiertas. Natalia obedece, sintiendo la humedad entre sus piernas y la anticipación de lo que vendrá a continuación.


Doctor Martínez: "Ahora, Natalia, prepara tu cuerpo para recibirme. Estoy ansioso por poseerte y llevarte al límite del placer".


Natalia, temblando de excitación, sigue las instrucciones del doctor y se prepara para la penetración. Se coloca en posición, ofreciéndole su cuerpo en completa sumisión.


El doctor Martínez se acerca lentamente, su miembro erecto y ansioso. Con firmeza, penetra a Natalia, haciéndola gemir de placer y dolor al mismo tiempo. La sensación de entrega y sumisión la envuelve por completo, y cada embestida del doctor la lleva más cerca del éxtasis.


Natalia: "Oh, doctor... sí, por favor, tómeme... soy suya".


El doctor Martínez y Natalia se sumergen en un frenesí de pasión y dominación, mientras la enfermera Ana, observando atentamente, siente la excitación recorrer su cuerpo. Su presencia refuerza el juego de roles, añadiendo un componente voyeurístico a la intensidad del encuentro.


Después de un tiempo, la pasión alcanza su punto culminante y Natalia se deja llevar por una oleada de placer abrumador. Su cuerpo se estremece en un orgasmo intenso y liberador, mientras el doctor Martínez y la enfermera Ana la sostienen y la acompañan en su éxtasis.

Natalia se sumerge en un éxtasis inigualable, su cuerpo se tensa en anticipación y sus gemidos de placer llenan la habitación. Cada fibra de su ser se encuentra en un estado de intensa excitación, mientras las sensaciones la recorren de pies a cabeza. Su respiración se acelera y sus músculos se contraen involuntariamente, revelando el nivel de placer que está experimentando en ese momento.


El doctor Martínez y la enfermera Ana observan con admiración y satisfacción el efecto que han causado en Natalia. Su dedicación y habilidad para llevarla al límite del éxtasis han dado frutos, y ahora pueden deleitarse con el resultado de su trabajo conjunto.


Natalia se entrega completamente a las sensaciones abrumadoras, dejándose llevar por la oleada de placer que la consume. Sus gemidos se intensifican a medida que su cuerpo se entrega a un clímax desbordante, liberando tensiones acumuladas y llevándola a un estado de plenitud y satisfacción.


Después de un tiempo, la intensidad del éxtasis comienza a disminuir y Natalia se sumerge en una sensación de profunda relajación. Su cuerpo se relaja gradualmente, mientras su respiración recupera su ritmo normal y su mente se llena de una sensación de plenitud y gratitud.


El doctor Martínez y la enfermera Ana, conscientes de la importancia de brindarle un espacio de cuidado y comodidad, rodean a Natalia con afecto y ternura. La abrazan suavemente, ofreciéndole un apoyo emocional y físico después de la intensidad del clímax alcanzado.


El trío se toma un momento para recuperarse y descansar, disfrutando de la conexión y el respeto mutuo que han cultivado en su juego de roles. Saben que esta experiencia ha fortalecido su vínculo y han creado una base sólida para futuras exploraciones.


Con una sensación de anticipación y curiosidad, Natalia se despide de ellos con la certeza de que su próxima consulta médica será otra oportunidad para seguir descubriendo nuevas dimensiones de su sexualidad y su propia sensualidad.


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