Florencia ayuda a Ricardo a gozar por detras
Antes de empezar, déjame preparar todo. Voy a buscar un lubricante y un juguete adecuado - dijo Florencia mientras se levantaba de la cama.
Ricardo asintió con la cabeza, mirándola con expectación mientras ella se alejaba. Tenía la mirada perdida en el vacío, pensando en lo que estaba por suceder. Hacía tiempo que sentía un deseo que le era difícil de explicar, pero se había armado de valor para confesarlo a Florencia. Y ella, con su dulzura y apertura, lo había aceptado y accedido a ayudarlo a explorar ese deseo.
Florencia regresó con un lubricante y un consolador de tamaño adecuado. Se acercó a Ricardo y le preguntó: "¿Estás listo, amor?".
Ricardo tomó una profunda bocanada de aire y respondió afirmativamente. Florencia lo abrazó y comenzó a besarle el cuello mientras acariciaba su cuerpo con las manos.
El contacto suave de su piel y su perfume eran embriagadores, y Ricardo se sentía como si flotara en una nube de placer y bienestar. Florencia se tomó su tiempo para que él se sintiera cómodo y relajado antes de continuar.
Lubricó el consolador y lo acercó al ano de Ricardo. "¿Estás listo para probarlo?" preguntó con ternura.
Ricardo asintió con la cabeza y se preparó mentalmente para lo que venía. Florencia lo acarició suavemente mientras introducía el consolador lentamente. Cada centímetro era un nuevo desafío para Ricardo, pero su excitación iba en aumento.
Florencia movía el consolador con habilidad y cuidado, con una destreza que parecía indicar que tenía experiencia en eso. Ricardo no podía evitar gemir de placer mientras ella lo estimulaba.
Ricardo respiraba profundamente, entregándose por completo a las manos de Florencia. Esta movía el consolador con habilidad y cuidado, llevando a cabo cada movimiento con una destreza que hacía pensar que tenía experiencia en el tema.
Los gemidos de Ricardo no cesaban, mientras ella lo estimulaba con maestría. Él se sentía en éxtasis, completamente inmerso en el momento.
Florencia sonreía mientras trabajaba, disfrutando del placer que le estaba proporcionando a su pareja. Su objetivo era llevarlo al clímax y hacerlo disfrutar cada instante, pero también asegurándose de no causarle dolor.
"¿Te gusta así, mi amor?" preguntó Florencia, con una voz sensual y sugerente.
"Sí, me encanta," respondió Ricardo, con la respiración entrecortada.
Florencia aumentó la velocidad y la profundidad, llevando a Ricardo al borde del éxtasis. Cada vez sus gemidos se hacían más fuertes y más constantes.
Ricardo no podía creer lo que estaba experimentando. Había estado nervioso al principio, pero ahora se sentía completamente en paz y en un estado de placer absoluto.
Florencia continuó moviendo el consolador, concentrándose en hacer que cada movimiento fuera perfecto. El placer de Ricardo era su principal objetivo y estaba decidida a lograrlo.
Finalmente, Ricardo llegó al clímax con un grito de placer. Florencia lo abrazó y acarició suavemente su cabello, mientras él se recuperaba del intenso orgasmo.
"¿Cómo te sientes, mi amor?" preguntó ella, mientras le daba un suave beso en la frente.
"Simplemente increíble," respondió Ricardo, sonriendo de oreja a oreja. "Eres maravillosa, Florencia."
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