Belén va al ginecologo
Belén caminó con nerviosismo hacia el mostrador de recepción en el consultorio del Dr. Gonzales. La recepcionista, una mujer amable de mediana edad, levantó la vista y sonrió al verla.
Recepcionista: ¡Hola, bienvenida! ¿En qué puedo ayudarte hoy?
Belén: Hola, tengo una cita con el Dr. Gonzales. Soy Belén.
Recepcionista: ¡Hola, Belén! Permíteme buscar tu registro en el sistema. Ah, aquí estás. Tienes una cita programada para hoy. ¿Cómo te encuentras?
Belén: Estoy bien, gracias. Solo quisiera hacerme un examen de rutina para asegurarme de que todo este bien.
Recepcionista: Entiendo. Lo anotaré en tu expediente. ¿No has tenido relaciones sexuales en las ultimas 24 hs, verdad?
Belén: (ruborizandose un poco) No, en realidad soy virgen.
Recepcionista: Gracias por compartir esa información, Belén. Esto ayudará al doctor a comprender mejor tu situación. El Dr. Gonzales te atenderá en unos minutos. Por favor, toma asiento y espera aquí.
Belén asintió y se dirigió hacia las sillas de espera. Mientras esperaba, observaba a las demás personas en la sala y trataba de mantener la calma. Pasaron unos minutos y finalmente fue llamada por la recepcionista.
Recepcionista: Belén, el Dr. Gonzales está listo para verte ahora. Por favor, sígueme.
Belén siguió a la recepcionista a través de un pasillo hasta llegar a la puerta del consultorio. La recepcionista tocó suavemente la puerta y la abrió.
Recepcionista: Aquí tienes, Belén. El Dr. Gonzales te recibirá ahora. Si necesitas algo más, no dudes en decírmelo.
Belén: Gracias, aprecio tu ayuda.
La recepcionista asintió con una sonrisa y se retiró, dejando a Belén frente a la puerta del consultorio. Belén se tomó un momento para respirar profundamente y se preparó mentalmente para su consulta con el Dr. Gonzales.
Luego de entrar al consultorio y saludar al Dr. Gonzales, Belén se sintió un poco nerviosa pero decidida a abordar sus preocupaciones. El doctor le indicó que se desvistiera por completo en el baño contiguo y que se cubriera con una bata de examen antes de regresar a la sala.
Belén entró al baño y cerró la puerta tras de sí. Se miró en el espejo por un momento, reuniendo coraje antes de comenzar a desvestirse. Con movimientos cuidadosos, se quitó la blusa y desabrochó su sujetador, dejando al descubierto sus hermosos senos jóvenes. Observó su reflejo en el espejo, notando cómo sus pezones se erizaban ligeramente por la sensación de desnudez.
Respirando profundamente, Belén tomó la bata de examen y la colocó alrededor de su cuerpo, asegurándola firmemente. Se sintió un poco más protegida y lista para enfrentar el examen. Salió del baño y regresó a la sala de examen, donde el Dr. Gonzales la esperaba con una sonrisa tranquilizadora.
Dr. Gonzales: Bienvenida de nuevo, Belén. ¿Listos para comenzar?
Belén asintió con determinación, sintiéndose un poco más relajada ahora que había dado ese paso importante. El doctor le indicó que se sentara en la camilla y comenzó a ponerse los guantes de examen, preparándose para revisar sus senos.
Dr. Gonzales: Belén, quiero que sepas que este examen es completamente normal y necesario para evaluar la salud de tus senos. Me aseguraré de que te sientas cómoda en todo momento. ¿Estás lista?
Belén: Sí, doctor. Estoy lista.
El doctor Gonzales se acercó a Belén con cuidado, manteniendo una comunicación constante para asegurarse de que se sintiera segura durante el examen. Colocó sus manos enguantadas sobre los senos de Belén, aplicando una presión suave pero firme para explorar cualquier anomalía.
Dr. Gonzales: Quiero que me digas si sientes alguna sensibilidad, dolor o molestia durante el examen. Es importante que estemos al tanto de cualquier cambio o anomalía en tus senos.
Belén: Está bien, lo tendré en cuenta.
A medida que el doctor Gonzales examinaba sus senos, Belén se esforzaba por relajarse y confiar en el proceso. Aunque se sentía un poco vulnerable, sabía que este examen era fundamental para mantener su salud y detectar cualquier problema temprano.
Dr. Gonzales: Belén, tus senos se sienten suaves y no detecto ninguna anomalía palpable en este momento. Sin embargo, continuaremos con una exploración más detallada para asegurarnos de obtener resultados completos.
Belén asintió, agradecida por la atención minuciosa del doctor Gonzales. Se sintió aliviada al escuchar que hasta el momento no se habían encontrado problemas. Sabía que debía ser paciente y confiar en el proceso médico.
Luego de terminar el examen de los senos, el Dr. Gonzales se preparó para evaluar los pezones de Belén.
Dr. Gonzales: Ahora vamos a evaluar la sensibilidad de tus pezones, Belén. Quiero que me digas si sientes alguna molestia, dolor o sensibilidad excesiva durante el examen. Estoy aquí para asegurarme de que te sientas cómoda en todo momento.
Belén asintió, consciente de la importancia de este examen y lista para colaborar plenamente.
Dr. Gonzales: Comenzaré tocando suavemente tus pezones para evaluar su respuesta al tacto. Por favor, dime si sientes algo inusual.
El Dr. Gonzales deslizó sus dedos enguantados suavemente sobre los pezones de Belén, aplicando una leve presión para evaluar su sensibilidad al tacto. Belén se concentró en las sensaciones y respondió sinceramente.
Belén: Siento una ligera sensación de cosquilleo alrededor de mis pezones, pero no hay dolor ni molestia.
Dr. Gonzales: Muy bien, eso es una buena respuesta inicial. Ahora, voy a frotar suavemente tus pezones para evaluar su sensibilidad a ese estímulo.
El doctor Gonzales comenzó a frotar suavemente los pezones de Belén en movimientos circulares. Belén cerró los ojos y se concentró en las sensaciones que experimentaba, mientras el médico continuaba con su evaluación.
Belén: Siento una sensación agradable de hormigueo cuando los frota de esta manera. No hay molestias ni dolor.
Dr. Gonzales: Excelente, Belén. Ahora, aplicaré un poco más de presión para evaluar cómo responden tus pezones a esta estimulación.
El doctor Gonzales aplicó una presión un poco más firme en los pezones de Belén, observando su reacción y atento a cualquier signo de molestia o dolor.
Belén: La presión es tolerable y no siento ningún dolor significativo. Mis pezones se sienten sensibles pero no incómodos.
Dr. Gonzales: Muy bien, Belén. Ahora, voy a estirar suavemente tus pezones para evaluar su elasticidad y sensibilidad en esa posición.
Con delicadeza, el doctor Gonzales tomó los pezones de Belén entre sus dedos y los estiró suavemente hacia afuera. Belén se mordió el labio inferior, concentrada en las sensaciones que esa manipulación generaba en su cuerpo.
Belén: Siento una sensación agradable de estiramiento, pero no hay dolor ni incomodidad.
Dr. Gonzales: Gracias por tu cooperación, Belén. Hemos completado el examen de sensibilidad de tus pezones y todo parece estar dentro de los parámetros normales. Estos resultados son alentadores, pero seguiremos evaluando cualquier otro síntoma que puedas tener para determinar la causa de tu preocupación.
El Dr. Gonzales explicó a Belén que el siguiente paso sería realizar un examen vaginal externo para evaluar la salud de los tejidos y la apariencia general de la zona. Belén asintió, consciente de la importancia de esta parte del examen.
Dr. Gonzales: Belén, para realizar el examen vaginal externo, necesito que te recuestes en la camilla y flexiones tus rodillas, manteniendo los pies apoyados en los estribos. Así podré tener una mejor visualización y acceso a la zona que vamos a examinar. ¿Estás cómoda?
Belén: Sí, doctor. Estoy lista.
Belén se acomodó en la camilla, siguiendo las indicaciones del doctor Gonzales. Aunque se sentía un poco nerviosa, confiaba en su médico y sabía que este examen era necesario para mantener su salud.
Dr. Gonzales: Comenzaré examinando el área exterior de tu vagina. Voy a observar la apariencia de los labios mayores y menores, así como cualquier otro cambio o irregularidad que pueda notar. Por favor, avísame si sientes alguna molestia o dolor durante el examen.
Con guantes estériles, el Dr. Gonzales comenzó a examinar cuidadosamente los labios mayores y menores de Belén. Utilizando una luz especial, inspeccionó la piel y los tejidos en busca de signos de enrojecimiento, inflamación o cualquier otro cambio inusual.
Belén: No siento ninguna molestia hasta ahora, doctor. Estoy bien.
Dr. Gonzales: Excelente, Belén. Continuaré con la evaluación del clítoris y su respuesta a la estimulacion. Si lubricas bien, no usaremos lubricantes para introducir el especulo.
El doctor Gonzales continuó con el examen, palpando suavemente el clítoris y explorando los pliegues de los labios menores. Belén se esforzó por relajarse y comunicarse con el médico durante todo el proceso.
Belén: Siento una sensación de leve presión mientras palpas el clítoris, pero no es incómodo.
Luego de completar el examen de los genitales externos, el doctor Gonzales se preparó para realizar el examen vaginal interno con la ayuda de un especulo. El especulo es un instrumento médico diseñado para permitir la visualización del canal vaginal y el cuello uterino.
Dr. Gonzales: Ahora, Belén, vamos a proceder con el examen vaginal interno utilizando un especulo. Este instrumento nos ayudará a obtener una visión clara del canal vaginal y el cuello uterino. Quiero asegurarte que lo introduciré con suavidad y cuidado para garantizar tu comodidad en todo momento.
Belén asintió, consciente de que esta parte del examen era fundamental para una evaluación completa de su salud ginecológica. Se acomodó en la camilla, relajando su cuerpo y confiando en las habilidades del doctor Gonzales.
El doctor Gonzales seleccionó un especulo estéril y lo lubricó suavemente para facilitar su inserción. Luego, colocó una mano en la parte interna del muslo de Belén para proporcionar estabilidad y guía durante el procedimiento.
Dr. Gonzales: Belén, puedes sentir un poco de presión a medida que inserto el especulo. Trataré de hacerlo de manera gradual y respetando tus límites. Si en algún momento sientes dolor o molestia intensa, por favor avísame de inmediato para que pueda ajustar el procedimiento.
Con manos hábiles y cuidadosas, el doctor Gonzales introdujo suavemente el extremo redondeado del especulo en la abertura vaginal de Belén. Procedió a abrir suavemente las alas del especulo para permitir una visualización adecuada.
Belén respiraba lenta y profundamente, tratando de mantenerse relajada mientras el especulo se insertaba en su canal vaginal. Aunque se sentía un poco incómoda, confiaba en el cuidado y experiencia del doctor Gonzales.
Dr. Gonzales: Belén, ¿cómo te sientes en este momento? ¿Experimentas alguna molestia o dolor?
Belén: Siento cierta incomodidad, doctor, pero no es doloroso. Puedo manejarlo.
El doctor Gonzales asintió, consciente de la importancia de mantener una comunicación abierta durante el procedimiento.
Dr. Gonzales: Gracias por ser tan franca, Belén. Es normal sentir cierta incomodidad durante este examen, pero siempre es importante respetar tus límites. Continuaré con la evaluación y trataré de ser lo más rápido y suave posible.
Sin retirar el especulo, el doctor Gonzales procedió a realizar un examen más detallado del clítoris de Belén. Con guantes y con una suave y delicada presión, exploró esta sensible área para evaluar su sensibilidad al roce y la fricción.
Dr. Gonzales: Ahora, Belén, vamos a evaluar la sensibilidad de tu clítoris. Por favor, avísame si en algún momento sientes alguna incomodidad o dolor. Comenzaré con toques suaves y gradualmente aumentaré la presión.
Belén asintió, preparándose para este examen adicional. Mantuvo la confianza en el doctor Gonzales y se concentró en relajarse y permitir que el examen se llevara a cabo de manera adecuada.
El doctor Gonzales colocó una mano enguantada en la zona del clítoris y comenzó con movimientos suaves y delicados. Observaba atentamente las reacciones de Belén, asegurándose de que se sintiera cómoda en todo momento.
Dr. Gonzales: ¿Puedes decirme si sientes alguna sensación especial o si hay algún punto en particular que te resulte más sensible?
Belén: Sí, doctor. Siento una leve sensibilidad en todo el área del clítoris. No hay puntos en específico que destaquen más.
El doctor Gonzales continuó con el examen, aplicando un poco más de presión y frotando suavemente el clítoris. Observaba de cerca las reacciones de Belén, buscando cualquier indicio de molestia o incomodidad.
Belén cerró los ojos y se permitió sentir las sensaciones que el examen le provocaba. Aunque estaba consciente de la naturaleza médica del procedimiento, no podía evitar experimentar cierta excitación ante la estimulación del clítoris.
Dr. Gonzales: Belén, ¿cómo te sientes en este momento? ¿La estimulación es incómoda o dolorosa?
Belén: Ay, doctor, no es doloroso en absoluto. De hecho, puedo decir que es una sensación agradable, aunque comprendo que esto es parte del examen médico.
El doctor Gonzales asintió, comprendiendo la respuesta de Belén. Siguió con el examen de manera cuidadosa y respetuosa, asegurándose de no prolongar innecesariamente la estimulación.
El doctor González: (con voz tranquila y empática) Belén, ahora voy a explorar suavemente las áreas sensibles de su clítoris para evaluar su respuesta y sensibilidad. Por favor, hágame saber si en algún momento siente alguna incomodidad o desea que detenga el examen.
Belén: (con una mezcla de nerviosismo y curiosidad) Entendido, doctor González. Estoy lista para continuar.
El doctor González: (con una mano enguantada y suave) Comenzaré aplicando una presión ligera y constante en el área del clítoris. Quiero que esté consciente de cualquier cambio en la sensación o si se vuelve más intensa.
Belén: (sintiendo cómo la excitación empieza a crecer) Sí, doctor. Estoy atenta a cualquier cambio.
El doctor González: (observando las reacciones de Belén) Ahora, voy a realizar movimientos de roce y frotación alrededor del clítoris. Quiero que me indique si la sensación se vuelve más o menos intensa.
Belén: (susurrando) Está bien, doctor. Comienzo a sentir una sensación más intensa a medida que realiza esos movimientos.
El doctor González: (con voz calmada y comprensiva) Es normal que experimente una mayor sensación de excitación en esta etapa del examen, Belén. Es importante que me comunique cualquier incomodidad o si desea que detenga el examen en cualquier momento.
Belén: (respirando profundamente) Ahhh.... Lo entiendo, doctor González. Me siento cómoda por el momento. Por favor, continúe.
El doctor González: (prosiguiendo con movimientos suaves y controlados) Ahora, voy a estirar suavemente los tejidos alrededor del clítoris para evaluar su respuesta. Quiero que me informe si siente algún tipo de molestia o si la sensibilidad cambia.
Belén: (sintiendo cómo su excitación se intensifica) Doctor, siento una mezcla de sensaciones placenteras y una mayor sensibilidad a medida que estira los tejidos. Pero no hay ninguna molestia en este momento.
Doctor González: Comenzaré aplicando una presión ligera y constante en el área del clítoris. Quiero que esté consciente de cualquier cambio en la sensación o si se vuelve más intensa.
Belén se preparó mentalmente para la exploración, lista para comunicar cualquier cambio que experimentara.
Doctor González: Ahora, voy a realizar movimientos de roce y frotación alrededor del clítoris. Quiero que me indique si la sensación se vuelve más o menos intensa.
Belén susurró una respuesta, sintiendo cómo la excitación empezaba a crecer a medida que el doctor realizaba los movimientos.
Doctor González: Es normal que experimente una mayor sensación de excitación en esta etapa del examen, Belén. Es importante que me comunique cualquier incomodidad o si desea que detenga el examen en cualquier momento.
Belén respiró profundamente, sintiéndose en confianza para expresar sus necesidades durante el examen.
Belén: (acompañando el movimiento con sus caderas) Ay doctor, no se detenga por favor...
El doctor González asintió, comprendiendo la respuesta de Belén y continuando con movimientos suaves y controlados.
Doctor González: Ahora, voy a estirar suavemente los tejidos alrededor del clítoris para evaluar su respuesta. Quiero que me informe si siente algún tipo de molestia o si la sensibilidad cambia.
Belén: Doctor, por favor, toqueme por favor...
El doctor González escuchó atentamente la respuesta de Belén, ajustando su enfoque según su retroalimentación.
Doctor González: Por supuesto, Belén, vamos a continuar con un examen más detallado del clítoris para evaluar su sensibilidad al tacto, la frotación y la presión.
Belén asintió, consciente de que el doctor necesitaba realizar su trabajo de manera precisa y profesional.
Con movimientos suaves, el doctor González comenzó a frotar circularmente el clítoris de Belén. Con sus dedos expertos, evaluó la respuesta de los tejidos a diferentes estímulos.
Doctor González: (con una voz serena) Comenzaré aplicando un toque ligero y suave alrededor del clítoris para evaluar su sensibilidad al tacto. Por favor, avíseme si experimenta alguna incomodidad o si las sensaciones cambian de alguna manera.
Belén cerró los ojos, tratando de concentrarse en las sensaciones que surgían de su cuerpo.
Belén: (susurrando) Si doctor, por favor...
El doctor González continuó con movimientos delicados y controlados, explorando cada rincón del clítoris de Belén. Percibió su respuesta a medida que aumentaba la sensibilidad y las sensaciones se intensificaban.
Doctor González: (con atención) Ahora, aplicaré un poco más de presión en el clítoris para evaluar su respuesta a la presión. Por favor, hágamelo saber si siente alguna molestia o si la sensibilidad cambia.
Belén respiró profundamente, tratando de relajarse mientras el doctor realizaba los movimientos.
El doctor González ajustó la presión y observó de cerca las reacciones de Belén. Era consciente de la importancia de mantener una comunicación abierta y respetuosa en todo momento.
Doctor González: (con calma) Ahora, realizaré movimientos de frotación suave en el clítoris para evaluar su sensibilidad a esta estimulación. Por favor, dígame si la sensación se vuelve más o menos intensa.
Belén se aferró a la camilla, sintiendo cómo las sensaciones se intensificaban con cada movimiento del doctor.
Belén: (con voz entrecortada) Doctor, la sensación se vuelve más intensa a medida que realiza los movimientos de frotación.
Belén: (con voz temblorosa) aaaAAAAAAAAAAAHHHHH!!!
Doctor González: (con gentileza) Gracias por su respuesta, Belén. Es importante que se sienta cómoda durante el examen. Me aseguraré de ajustar la intensidad de acuerdo con su comodidad.
Luego de explorar delicadamente las áreas sensibles de su clítoris, el doctor González continúa con el examen, consciente de la respuesta de Belén a sus toques sutiles. Mientras tanto, Belén se esfuerza por mantener la compostura, aunque su cuerpo le traiciona y una creciente sensación de placer comienza a apoderarse de ella.
Belén, aunque se siente un poco avergonzada por la situación, también experimenta una mezcla de sensaciones placenteras y un cierto alivio al poder expresar su sexualidad y deseos de manera segura y controlada en el entorno médico.
Conforme el examen avanza, Belén se deja llevar por las sensaciones, permitiéndose disfrutar de las caricias expertas del doctor González. Aunque su orgasmo es involuntario, se siente liberada y conectada con su propio cuerpo, comprendiendo que es una respuesta fisiológica normal y no algo que deba avergonzarla.
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