Samantha recibe una visita de sus amigas
"¡Hola Samantha!", dijo Ana mientras abrazaba a su amiga. "Qué bueno verte de nuevo". Mavi también se unió al abrazo, sonriendo ampliamente.
"Chicas, qué sorpresa. ¿Qué las trae por aquí?", preguntó Samantha mientras las invitaba a pasar a su casa.
"Bueno, extrañamos pasar tiempo contigo y pensamos en visitarte", explicó Mavi, mientras Ana asentía en acuerdo.
"Sí, y también extrañamos lo que solíamos hacer juntas", dijo Ana con un tono pícaro mientras miraba a Samantha.
Samantha sonrió, entendiendo perfectamente a qué se refería Ana. "Bueno, ¿por qué no nos sentamos y ponemos al día mientras tomamos algo?", sugirió mientras les ofrecía bebidas.
Las tres se sentaron en el sofá, tomando sus bebidas y hablando sobre lo que habían estado haciendo desde la última vez que se vieron. Pero la tensión sexual entre ellas era palpable y, después de un rato, Samantha decidió romper el hielo.
"Chicas, ¿por qué no seguimos donde lo dejamos la última vez?", preguntó con una sonrisa traviesa en su rostro.
Ana y Mavi se miraron y sonrieron, sabiendo exactamente a qué se refería Samantha. "¡Por supuesto!", exclamó Ana mientras se levantaba del sofá.
Esperen - dijo Samantha. Esta vez quiero que hagan todo lo que yo les diga
Ana y Mavi asintieron, excitadas por la idea de que Samantha tomara el control. "Por supuesto, Samantha. Lo que tú digas", respondió Ana con una sonrisa seductora.
Samantha sonrió con satisfacción y las llevó al dormitorio, donde las hizo arrodillarse juntas en la cama. Luego, comenzó a acariciar sus cuerpos desnudos, explorando cada centímetro con sus manos expertas.
"Quiero que se besen", ordenó Samantha con voz firme. Ana y Mavi se acercaron la una a la otra y comenzaron a besarse apasionadamente, mientras Samantha observaba con una sonrisa satisfecha.
Luego, Samantha les pidió que se acostaran boca arriba, con las piernas abiertas. Con habilidad, comenzó a estimular sus clítoris con sus dedos, haciendo que Ana y Mavi gemieran de placer.
Luego, Samantha les pidió que se acostaran boca arriba, con las piernas abiertas. Con habilidad, comenzó a estimular sus clítoris con sus dedos, haciendo que Ana y Mavi gemieran de placer.
"Ahora, quiero que se masturben mutuamente con los dedos", ordenó Samantha.
Ana y Mavi se miraron a los ojos, sonriendo con deseo y excitación. Lentamente, comenzaron a explorar los cuerpos de la otra, acariciando y estimulando cada rincón erógeno. Con cada gemido, Samantha aumentaba la intensidad de su estimulación, moviendo sus dedos con habilidad y precisión.
"¡Más fuerte, más rápido!", ordenó Samantha, mientras sus dedos se adentraban más en los culos de Ana y Mavi, quienes gemían cada vez con más fuerza. Las tres mujeres se dejaron llevar por el placer, disfrutando del éxtasis que les brindaban sus cuerpos.
Ana y Mavi se miraron a los ojos mientras seguían estimulándose mutuamente con los dedos. "¡Oh Dios, Samantha, esto es increíble!", exclamó Mavi entre gemidos. "Sí, no puedo creer lo bien que se siente", añadió Ana, sintiendo cómo su cuerpo se acercaba cada vez más al orgasmo.
Samantha sonrió satisfecha al ver el placer que estaba dando a sus amigas. "Les gusta esto, ¿verdad?", preguntó con voz sensual. "Sí, es increíble", respondió Mavi, mientras Samantha continuaba estimulando su culo con sus dedos. Ana, por su parte, seguía masturbando a Mavi con habilidad, sintiendo cómo su cuerpo se estremecía cada vez más.
De repente, Samantha se detuvo y se levantó, mirando a las dos mujeres. "Creo que es hora de que probemos algo nuevo", dijo con una sonrisa traviesa en su rostro. Ana y Mavi se miraron con curiosidad, esperando a ver qué tenía en mente su amiga.
Samantha se acercó a ellas y les susurró al oído: "Quiero que me hagan sexo oral mientras yo les masturbo con los dedos". Ana y Mavi se miraron a los ojos, sonriendo excitadas ante la propuesta. "Sí, nos encantaría", dijo Ana, mientras Mavi asintió con entusiasmo.
Las tres mujeres se acostaron juntas en la cama, con Samantha en el centro, mientras Ana y Mavi se posicionaban a ambos lados de ella. Samantha comenzó a estimular sus culos con los dedos, mientras Ana y Mavi se acercaban a su entrepierna, listas para darle placer con sus lenguas.
Mientras Ana y Mavi se turnaban para hacerle sexo oral, Samantha seguía estimulándolas con los dedos, haciendo que sus cuerpos temblaran de placer. Las tres mujeres se dejaron llevar por el éxtasis del momento, disfrutando de los placeres que se estaban brindando mutuamente.
Ana, ven a lamerme por delante, ordeno Samantha, y tu Mavi, lameme por detras
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