Samantha le hace el culo a su amiga Maria Victoria
Samantha se encontró con su amiga Maria Victoria en un café cercano y se pusieron al día. Samantha contó con emoción cómo había explorado su sexualidad con Max, Lucas y Alex, y cómo cada uno de ellos la había llevado a descubrir nuevas sensaciones.
- Estoy tan feliz de haber encontrado a estos hombres. Me hacen sentir amada y deseada como nunca antes - dijo Samantha, sonriendo.
- Me alegro mucho por ti, amiga. Realmente te lo mereces - respondió María Victoria, con una sonrisa cariñosa.
- Aunque tengo que admitir que me preocupa un poco la situación con Lucas. Me siento atraída por él, pero sé que él también siente algo por Alex. No sé cómo manejar esa situación - confesó Samantha, con un poco de preocupación en su voz.
- Lo mejor es que hables con Lucas y le preguntes cómo se siente. La comunicación es clave en cualquier relación, ya sea romántica o sexual - aconsejó María Victoria.
- Tienes razón. Creo que hablaré con él cuando lo vea la próxima vez - Samantha asintió con la cabeza y le preguntó: "¿Has estado saliendo con alguien últimamente?"
María Victoria sonrió con picardía al escuchar la pregunta de Samantha. "Pues, he estado explorando mi lado más salvaje, como siempre", respondió con una sonrisa pícara. "He conocido a algunas mujeres muy interesantes en las últimas semanas".
Samantha sonrió, sabiendo que María Victoria siempre había sido muy abierta en cuanto a su sexualidad. "Cuéntame más, ¿alguna en especial que te haya llamado la atención?"
María Victoria se recostó en el sofá y comenzó a contarle a Samantha sobre una mujer que había conocido recientemente en una fiesta. Habló sobre la química que habían tenido desde el primer momento y sobre cómo habían explorado juntas nuevas fantasías.
Samantha la escuchaba atentamente, sintiendo su propia excitación crecer a medida que María Victoria compartía sus experiencias. "Eso suena increíble", dijo Samantha. "Me encantaría experimentar algo así algún día".
María Victoria le sonrió. "No hay nada que te detenga, mi querida Samantha. Solo tienes que seguir tus deseos y estar abierta a nuevas experiencias".
Samantha asintió, pensando en lo que acababa de decir su amiga. "Tienes razón", dijo con una sonrisa. "Debería dejar de pensar tanto y simplemente dejarme llevar".
María Victoria se rió. "Exactamente, querida. ¡La vida es demasiado corta para no disfrutarla al máximo!".
- Has tenido una vida muy interesante, Maria Victoria. ¿Alguna vez te has sentido atraída por un hombre? - preguntó Samantha.
- Sí, claro que sí. Pero últimamente he estado explorando mi lado más íntimo con mujeres. Me encanta la suavidad de sus cuerpos, la delicadeza con que se tocan. Es una experiencia completamente diferente a estar con un hombre.
- Me encantaría probar algo así - dijo Samantha tímidamente. - Pero nunca he estado con una mujer antes.
- Siempre hay una primera vez para todo, Samantha. Si alguna vez quieres experimentar, estoy aquí para ayudarte. Podríamos empezar por algo suave, como besarnos o acariciarnos mutuamente.
Samantha se sintió un poco nerviosa ante la propuesta de Maria Victoria, pero también emocionada. Había algo en ella que la atraía, algo que la hacía querer explorar más a fondo.
- Me gustaría eso, Maria Victoria. Pero, ¿y si no sé qué hacer?
- No te preocupes, te guiaré. Lo importante es que te sientas cómoda y disfrutes del momento.
Las dos mujeres se acercaron una a la otra y se besaron suavemente, explorando la sensación de los labios de la otra. Poco a poco, se fueron deslizando sus manos por los cuerpos de la otra, acariciando con suavidad y delicadeza.
- Eres hermosa, Samantha - susurró Maria Victoria, mientras besaba su cuello y jugaba con sus pezones.
Samantha se dejó llevar por el momento, disfrutando de las caricias de Maria Victoria y explorando su propio cuerpo. A medida que se iban descubriendo mutuamente, la tensión y los nervios iniciales fueron desapareciendo, dejando solo un profundo placer y una conexión intensa entre las dos mujeres.
Samantha miró fijamente a los ojos de Maria Victoria y acarició suavemente su mejilla. "Me gustas mucho, Maria Victoria", dijo en voz baja. "Siempre he sentido una conexión especial contigo, desde que nos conocimos. ¿Te has sentido así también?".
Maria Victoria sonrió tímidamente y se mordió el labio inferior. "Sí, Samantha, también he sentido lo mismo. Siempre has sido una persona muy especial para mí".
Samantha se acercó lentamente y acarició la mejilla de Maria Victoria con su mano. "¿Puedo besarte?", preguntó suavemente.
Maria Victoria asintió lentamente y cerró los ojos mientras Samantha se inclinaba y la besaba suavemente en los labios. Fue un beso suave y dulce, lleno de pasión pero sin prisa.
Después de unos momentos, Samantha se separó y acarició el rostro de Maria Victoria con sus dedos. "¿Te gustaría que te tocara?", preguntó, deslizando su mano sobre el hombro de Maria Victoria y hacia abajo, hacia su seno.
Maria Victoria jadeó suavemente mientras Samantha acariciaba su seno a través de la tela del corpiño. "Sí, Samantha, por favor", susurró ella.
Samantha sonrió y continuó acariciando el seno de Maria Victoria mientras se besaban de nuevo. Luego, lentamente, deslizó su mano hacia abajo, por el estómago de Maria Victoria y hacia el borde de su pantalón.
"¿Puedo?", preguntó Samantha en voz baja, mirando a los ojos de Maria Victoria.
Maria Victoria asintió lentamente y Samantha desabrochó el botón y bajó la cremallera del pantalón de Maria Victoria. Deslizó su mano dentro de sus bragas y comenzó a acariciar suavemente su clítoris.
Maria Victoria arqueó la espalda y gimió suavemente mientras Samantha la tocaba. "Oh, Samantha, eso se siente tan bien", dijo ella.
Maria Victoria dejó escapar un suspiro, sintiendo la cálida mano de Samantha en su trasero. "Samantha, esto es peligroso, no podemos seguir así", dijo ella, con un tono de preocupación.
Samantha se detuvo por un momento, mirando a los ojos de Maria Victoria. "Lo sé, pero no puedo evitar sentirme atraída por ti", respondió Samantha, con sinceridad.
Maria Victoria suspiró de nuevo, pensando en lo que acababa de decir Samantha. "Samantha, yo también siento algo por ti, pero no quiero lastimarte ni lastimarme", dijo Maria Victoria, con tristeza en su voz.
Samantha asintió con la cabeza, entendiendo lo que Maria Victoria quería decir. "Lo sé, pero ¿no podemos simplemente disfrutar de este momento juntas?", preguntó Samantha, acariciando el cabello de Maria Victoria.
Maria Victoria se sintió reconfortada por el cariño de Samantha, y suspiró de nuevo. "Tienes razón, no podemos negar nuestros sentimientos, pero tenemos que ser cuidadosas", dijo Maria Victoria, con una sonrisa.
Samantha sonrió también, sabiendo que había logrado su objetivo. "Gracias por entender, María Victoria. ¿Te gustaría seguir disfrutando de este momento juntas?", preguntó Samantha, acercándose a los labios de Maria Victoria.
Maria Victoria respondió con un beso apasionado, y ambas se dejaron llevar por el momento, explorando sus cuerpos vestidos con caricias y besos. Sabían que lo que sentían era especial y único, y estaban dispuestas a disfrutarlo mientras durara.
Samantha sonrió y bajó sus manos hacia las nalgas de Maria Victoria, acariciándolas con ternura. "Me encanta tocarte", dijo Samantha, susurrando en su oído.
Maria Victoria gimió suavemente y se estremeció bajo las caricias de Samantha. "No pares", susurró ella.
Samantha continuó acariciando y masajeando las nalgas de Maria Victoria, explorando su cuerpo con sus manos con delicadeza. Maria Victoria se relajó bajo sus caricias, entregándose al placer que Samantha le estaba dando.
"No puedo resistirme a ti", dijo Samantha, inclinándose para besar el cuello de Maria Victoria. "Eres tan hermosa".
Maria Victoria se volteó para enfrentar a Samantha, sus ojos brillando con deseo. "Quiero sentir tus labios en mi cuerpo", dijo ella.
Samantha sonrió y comenzó a besar el cuerpo de Maria Victoria, recorriendo su piel con su boca y su lengua. Maria Victoria gemía de placer, aferrándose a Samantha mientras ella la llevaba al éxtasis.
Samantha comenzó a acariciar el ano de Maria Victoria con suavidad, haciendo círculos alrededor de él y aplicando una leve presión. Maria Victoria gimió de placer y cerró los ojos, entregándose al tacto experto de Samantha.
"Es increíble lo que puedes hacer con tus dedos, Samantha", susurró Maria Victoria.
Samantha sonrió con ternura y siguió estimulando suavemente el ano de Maria Victoria, sintiendo cómo su cuerpo respondía con cada movimiento. Luego, lentamente retiró su mano y acarició el trasero de Maria Victoria, besándolo suavemente.
"Me gusta estar contigo, Samantha", dijo Maria Victoria con voz suave. "No sé cómo explicarlo, pero contigo todo parece ser diferente".
Samantha asintió y la besó suavemente en los labios. "Tú también eres especial para mí, Maria Victoria", dijo. "Me encanta estar contigo y compartir estos momentos contigo".
Samantha introdujo otro dedo suavemente en el ano de Maria Victoria, mientras ella gemía y se aferraba a las sábanas. "Oh, Samantha, esto se siente tan bien, no pares", susurró Maria Victoria. Samantha continuó moviendo los dedos dentro y fuera de suavemente, sintiendo la suavidad y la calidez del cuerpo de Maria Victoria contra ella. "Me encanta hacerte sentir bien", dijo Samantha, besando su cuello suavemente. "Eres tan hermosa". Maria Victoria suspiró de placer, disfrutando de la sensación de los dedos de Samantha en su interior.
Después de unos minutos, Samantha retiró los dedos lentamente y se tumbó junto a Maria Victoria. Se abrazaron cariñosamente, compartiendo besos dulces y tiernos. "Eres increíble, Samantha", dijo Maria Victoria, acariciando su cabello. "Me haces sentir tan bien". "Me alegro mucho de haberte conocido", respondió Samantha, sonriendo. "Eres una persona tan hermosa y especial". Se besaron de nuevo, disfrutando del momento de intimidad que habían compartido juntas.
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