Rosalia va al ginecologo
Rosalia, 42 años, es una mujer alta y delgada, con cabello largo y rizado de color castaño oscuro y ojos verdes. Tiene un lunar en la mejilla izquierda y una sonrisa encantadora. Emocionalmente, es una persona alegre y extrovertida, con un gran sentido del humor y un enfoque positivo de la vida.
Rosalia llegó al consultorio y se acercó a la recepcionista para presentarse. "Buenos días, tengo una cita con el Dr. Gonzales", dijo con una sonrisa.
"Por supuesto, ¿puedo tener su nombre y hora de la cita, por favor?", preguntó la recepcionista mientras buscaba en su computadora.
"Soy Rosalia, mi cita es a las 10 de la mañana", respondió.
"Perfecto, solo tome asiento y lo llamarán en breve", dijo la recepcionista mientras le señalaba una silla en la sala de espera.
Rosalia se sentó y comenzó a hojear una revista de moda mientras esperaba su turno. Después de unos minutos, la recepcionista la llamó y la guió hasta la sala de examen.
"Hola, Rosalia, soy el Dr. Gonzales", dijo el médico mientras estrechaba la mano de Rosalia. "¿Cómo estás hoy?"
"Bien, gracias", respondió Rosalia con una sonrisa. "Un poco nerviosa, pero bien".
"No te preocupes, estamos aquí para ayudarte y asegurarnos de que estés sana", dijo el Dr. Gonzales. "Antes de empezar, ¿puedo hacerte algunas preguntas sobre tu historial médico y tu salud sexual?"
"Sí, por supuesto", respondió Rosalia mientras se acomodaba en la camilla de examen.
"Rosalia, antes de empezar el examen, necesito hacerle algunas preguntas sobre su salud sexual", dijo el Dr. Gonzales con un tono profesional. "¿Ha tenido relaciones sexuales vaginales, anales u orales recientemente?"
Rosalia se sintió un poco incómoda al hablar sobre su vida sexual con un extraño, pero sabía que era importante para su salud. "Sí, he tenido relaciones sexuales vaginales y orales, pero no anales", respondió con un tono un poco nervioso.
"¿Utiliza algún tipo de método anticonceptivo?" preguntó el Dr. Gonzales.
"Sí, uso condones en las relaciones sexuales vaginales y también hago pruebas regularmente para detectar enfermedades de transmisión sexual", respondió Rosalia tratando de mantener la calma.
El médico asintió con aprobación. "Eso es muy importante para prevenir enfermedades y embarazos no deseados. ¿Ha notado algún cambio reciente en su ciclo menstrual o en su cuerpo en general?"
Rosalia negó con la cabeza. "No, todo ha estado bien en ese sentido".
"Rosalia, para poder realizar el examen mamario, necesito que te desvistas de la cintura para arriba", explicó el Dr. Gonzales mientras preparaba sus guantes.
Rosalia asintió y se quitó su blusa, quedando solo con su sostén. "¿Debería quitarme el sostén también?" preguntó.
"Sí, por favor. Necesito examinar tus senos con detenimiento para detectar cualquier anomalía", respondió el médico mientras se acercaba a la camilla.
Rosalia siguió las instrucciones del médico y se quitó el sostén, sintiéndose un poco incómoda por la situación. El doctor comenzó a examinar sus senos, palpando cuidadosamente cada uno de ellos en busca de bultos o irregularidades.
"¿Alguna vez has notado alguna protuberancia o cambio en la forma de tus senos?" preguntó el médico mientras continuaba el examen.
"No, nunca he notado nada fuera de lo normal", respondió Rosalia con una voz un poco tensa.
El doctor comenzó el examen de los pezones de Rosalia, frotando suavemente su dedo sobre cada uno de ellos. "¿Siente algún tipo de dolor o incomodidad en algún momento durante el examen?" preguntó el médico.
"No, todo está bien", respondió Rosalia con una voz tranquila.
"De acuerdo, ahora voy a aplicar un poco más de presión para evaluar su sensibilidad al tacto", dijo el doctor mientras ejercía una ligera presión sobre los pezones de Rosalia.
Rosalia se mantuvo relajada durante el examen, pero no pudo evitar sentirse un poco incómoda por la situación. "¿Es normal sentirse un poco nerviosa durante el examen?" preguntó Rosalia al médico.
"Es totalmente normal sentir un poco de ansiedad durante el examen, especialmente si es tu primera vez o si has tenido malas experiencias en el pasado", respondió el médico. "Pero quiero que sepas que estoy aquí para asegurarme de que estés sana y hacer que te sientas cómoda durante todo el proceso".
"Gracias, doctor", dijo Rosalia con un suspiro de alivio. "Realmente aprecio tu atención y preocupación".
El doctor continuó con el examen, frotando y palpando los pezones de Rosalia para verificar su sensibilidad y dolor.
"Muy bien, Rosalia, ahora necesito que me digas si sientes alguna molestia o dolor durante el examen", dijo el Dr. Gonzales mientras continuaba con la evaluación.
Rosalia asintió con la cabeza y cerró los ojos, concentrándose en las sensaciones que estaba experimentando. "No siento dolor, doctor, solo un poco de incomodidad", respondió ella.
El médico asintió y continuó con el examen, prestando atención a como se endurecian los pezones de Rosalia. "Muy bien, todo parece estar en orden", dijo finalmente el Dr. Gonzales mientras terminaba el examen acariciando los senos con delicadeza. "¿Tienes alguna pregunta o inquietud sobre tu salud mamaria?"
El doctor Gonzales preparó su equipo y comenzó con el examen pelvico. "Ahora, Rosalia, voy a realizar el examen vaginal para verificar la salud de tu útero, cuello uterino, ovarios y trompas de Falopio", dijo el doctor mientras se ponía los guantes. "Intenta relajarte y respira profundamente".
Rosalia se acomodó en la camilla y trató de seguir las instrucciones del médico. A medida que el examen avanzaba, comenzó a sentirse más cómoda con la situación y su mente comenzó a divagar un poco.
"Mmm, esto se siente un poco sensual", pensó para sí misma mientras el médico realizaba el examen. Trató de contener sus pensamientos y seguir concentrada en su respiración, pero no podía evitar sentir cierta excitación por la situación.
Rosalia trató de mantener la compostura, pero sus pensamientos seguían divagando, sintiendo la sensación de las manos del médico en su cuerpo y los movimientos que hacía.
"Debes relajarte, Rosalia. No debes sentir vergüenza por el examen", dijo el Dr. Gonzales con una voz tranquilizadora mientras continuaba con el examen.
"Sí, lo sé. Es solo que me siento un poco incómoda y no sé cómo relajarme completamente", respondió Rosalia con un suspiro.
El Dr. Gonzales asintió comprensivamente. "Entiendo. El examen puede ser un poco abrumador, pero trataré de hacerlo lo más cómodo posible para ti. ¿Te gustaría que hablemos de otra cosa para distraerte?" propuso el médico.
"¡Sí, por favor!", respondió Rosalia, agradecida por la oferta. "Háblame de ti, ¿cómo te conviertes en un ginecólogo?", preguntó curiosamente.
El Dr. Gonzales sonrió mientras continuaba con el examen. "Bueno, siempre me interesó la salud de las mujeres y su bienestar. Cuando estaba en la escuela de medicina, me di cuenta de que la ginecología era el campo perfecto para mí", explicó. "Es muy gratificante poder ayudar a las mujeres a mantener su salud y prevenir enfermedades".
El doctor Gonzales terminó con el examen de los senos de Rosalía y le indicó que se sentara en la camilla para continuar con el examen pélvico. "Ahora, Rosalía, por favor recuéstate y coloca tus pies en los estribos", indicó el doctor mientras preparaba sus guantes y los instrumentos necesarios.
Rosalía hizo lo que se le pidió y el doctor comenzó el examen, palpando suavemente la vulva y luego insertando un espéculo en su vagina para examinar el cuello uterino. "¿Sientes alguna incomodidad o dolor?", preguntó el doctor mientras verificaba la posición del espéculo.
"No, todo está bien hasta ahora", respondió Rosalía.
El doctor continuó el examen, verificando la salud de los ovarios, las trompas de Falopio y el útero. Rosalía intentó relajarse y respirar profundamente para reducir cualquier incomodidad, mientras el doctor completaba el examen. A medida que el examen avanzaba, comenzó a sentirse más cómoda con la situación y su mente comenzó a divagar un poco.
"Mmm, esto se siente un poco sensual", pensó para sí misma mientras el médico realizaba el examen. Trató de contener sus pensamientos y seguir concentrada en su respiración, pero no podía evitar sentir cierta excitación por la situación.
El Dr. Gonzales continuó con el examen, verificando la salud de la vagina, el cuello uterino, los ovarios, las trompas de Falopio y el útero. Rosalia trató de mantener la compostura, pero sus pensamientos seguían divagando, sintiendo la sensación de las manos del médico en su cuerpo y los movimientos que hacía.
"Debes relajarte, Rosalia. No debes sentir vergüenza por el examen", dijo el Dr. Gonzales con una voz tranquilizadora mientras continuaba con el examen.
"Sí, lo sé. Es solo que me siento un poco incómoda y no sé cómo relajarme completamente", respondió Rosalia con un suspiro.
El Dr. Gonzales asintió comprensivamente. "Entiendo. El examen puede ser un poco abrumador, pero trataré de hacerlo lo más cómodo posible para ti. ¿Te gustaría que hablemos de otra cosa para distraerte?" propuso el médico.
"¡Sí, por favor!", respondió Rosalia, agradecida por la oferta. "Háblame de ti, ¿cómo te conviertes en un ginecólogo?", preguntó curiosamente.
El Dr. Gonzales sonrió mientras continuaba con el examen, apoyando el dedo pulgar en el clitoris e introduciendo 2 dedos de su otra mano en la vagina de Rosalia. "Bueno, siempre me interesó la salud de las mujeres y su bienestar. Cuando estaba en la escuela de medicina, me di cuenta de que la ginecología era el campo perfecto para mí", explicó. "Es muy gratificante poder ayudar a las mujeres a mantener su salud y prevenir enfermedades".
Rosalia asintió mientras trataba de relajarse durante el examen. "Sí, puedo imaginar que debe ser un trabajo muy importante y valioso", dijo ella.
El Dr. Gonzales continuó con el examen, palpando y frotando el clítoris de Rosalia para verificar su sensibilidad y dolor. "¿Te duele o te sientes incómoda en algún momento?", preguntó el médico mientras realizaba el examen.
Rosalia se mordió el labio inferior, sintiendo una sensación de placer y a la vez vergüenza. "No, no duele", respondió con voz entrecortada.
El Dr. Gonzales continuó con el examen del clítoris, explorando su sensibilidad al tacto y frotación. Rosalia se esforzaba por mantener su respiración tranquila, pero no podía evitar sentir cierta excitación. "¿Te sientes cómoda, Rosalia?", preguntó el médico en tono suave.
"Sí, estoy bien", respondió Rosalia con una sonrisa nerviosa. "Es solo que... esto es un poco inusual para mí", admitió.
"Entiendo. Pero no te preocupes, es completamente normal sentirse un poco incómoda en situaciones como estas", aseguró el médico. "Lo importante es que estés cómoda y te sientas segura. Si en algún momento te sientes incómoda o quieres detener el examen, solo dímelo", agregó.
Mientras tanto, Rosalia trataba de mantener su mente en blanco y no dejar que sus pensamientos se desviaran hacia lo que estaba sucediendo en su cuerpo. Pero no podía evitar sentir cierta excitación y vergüenza por la situación.
Sin embargo, a medida que el examen se intensificaba, Rosalia comenzó a sentir una sensación de placer cada vez más intensa. Trató de contenerse, pero no pudo evitar que un orgasmo involuntario la sorprendiera.
El Dr. Gonzales continuó hablando mientras inspeccionaba el interior de la vagina de Rosalia. "Además, la ginecología es un campo muy amplio, que abarca desde la salud reproductiva hasta el cuidado del cáncer de cuello uterino. Es un desafío emocionante y siempre hay algo nuevo que aprender", agregó.
Rosalia asintió de nuevo, admirando la dedicación y el compromiso del médico con su trabajo. "Realmente admiro lo que haces, Doctor. Debe ser difícil trabajar con pacientes que pueden estar nerviosas o incómodas como yo", dijo ella.
Los ojos de Rosalia se abrieron de par en par mientras su cuerpo se estremecía con el placer del orgasmo involuntario. No sabía qué hacer o decir, y se sentía avergonzada por lo que acababa de suceder. Mientras tanto, el Dr. Gonzales se detuvo de inmediato al darse cuenta de lo que había sucedido y miró a Rosalia con una expresión de preocupación.
"¿Estás bien?", preguntó él con una voz suave y tranquila.
Rosalia tomó varias respiraciones profundas para calmarse antes de responder: "Sí, solo me tomó por sorpresa, pero estoy bien". Se sintió un poco tonta por su reacción, pero no podía evitar sentir cierta vergüenza.
"Está bien, no tienes nada que sentir vergüenza", dijo el Dr. Gonzales, tratando de tranquilizarla. "Los orgasmos pueden ser una respuesta natural a la estimulación del clítoris, y es completamente normal que ocurran durante un examen ginecológico. A veces, las sensaciones pueden ser abrumadoras y pueden llevar a un orgasmo involuntario", explicó él.
Rosalia asintió, todavía sintiendo un poco de incomodidad. "Lo siento, no quería que eso sucediera", se disculpó ella.
"No tienes que disculparte, es una reacción natural", dijo el médico con una sonrisa tranquilizadora. "¿Cómo te sientes ahora? ¿Quieres tomarte un momento para recuperarte antes de continuar con el examen?", preguntó él.
Después de tomar algunas respiraciones profundas para calmarse, Rosalia estaba lista para continuar con el examen. Sin embargo, estaba un poco nerviosa cuando el Dr. Gonzales mencionó que también debía realizar un examen rectal.
Rosalia se tensó mientras el proveedor examinaba la parte exterior de su ano en busca de hemorroides o fisuras. Cuando el Dr. Gonzales se puso un guante y le dijo que iba a introducir un dedo lubricado en su recto, Rosalia se sintió incómoda y vulnerable.
Sin embargo, el Dr. Gonzales explicó que el examen rectal es una parte importante del examen ginecológico y puede ayudar a detectar problemas como pólipos, tumores o inflamación en la zona rectal. Rosalia trató de relajarse y respirar profundamente mientras el proveedor realizaba el examen con cuidado y delicadeza.
A medida que el examen avanzaba, Rosalia comenzó a sentirse más cómoda y confiada. Se dio cuenta de que el Dr. Gonzales era un profesional experimentado y dedicado a su trabajo, y que estaba haciendo todo lo posible para asegurarse de que ella estuviera cómoda y segura durante el examen.
Finalmente, el examen llegó a su fin y el Dr. Gonzales le dio a Rosalia algunas recomendaciones para mantener su salud ginecológica. A pesar de que se sintió un poco incómoda durante el examen, Rosalia sabía que era importante para su bienestar y se sintió agradecida por haber encontrado un proveedor de atención médica tan atento y compasivo.
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