Paola va al ginecologo



Paola  19 años, 1.67m, 91-70-95

Paola estaba nerviosa mientras esperaba en la sala de espera del consultorio del ginecólogo. Era la primera vez que visitaba a un especialista en este campo, y no sabía muy bien qué esperar. A su alrededor, otras mujeres esperaban pacientemente su turno, ojeando revistas o jugando con sus teléfonos móviles.

Finalmente, llegó el momento de Paola. Se levantó, ajustó su ropa y caminó hacia la puerta del consultorio. Una enfermera la recibió y la llevó a una habitación donde le indicó que se pusiera una bata y se sentara en la camilla.

Paola se quitó la ropa y se puso la bata, sintiéndose un poco expuesta. Mientras esperaba, comenzó a repasar en su mente las preguntas que quería hacerle al médico.

Finalmente, el doctor llegó y se presentó a sí mismo. Era un hombre amable y profesional, y le explicó a Paola los diferentes procedimientos que iba a realizar en su examen ginecológico.

"Primero, vamos a tomar una muestra de células del cuello uterino para hacer una prueba de Papanicolau", dijo el médico. "Después, voy a realizar un examen con los dedos para revisar la zona interna de la vagina y del útero. Si es necesario, también puedo realizar un examen con espéculo y un examen rectal".

Paola asintió, sintiendo un poco de miedo pero también aliviada de saber qué esperar.

El doctor le indicó a Paola que se acostara en la camilla y se cubriera con una sábana, mientras él preparaba los instrumentos necesarios para el examen. Una vez listo, se acercó a ella y le preguntó si estaba lista para comenzar.

Paola asintió y el doctor comenzó a realizar un examen físico general, auscultando su corazón y pulmones, y palpando su abdomen y extremidades. Luego, le preguntó sobre su historial médico y cualquier síntoma o molestia que pudiera estar experimentando.

Después de la revisión general, el doctor le indicó a Paola que se colocara en posición ginecológica, con los pies en los estribos de la camilla y las piernas abiertas. Le explicó que realizaría un examen pélvico para verificar la salud de sus órganos reproductivos.

Paola asintió y trató de relajarse lo más posible mientras el doctor le colocaba el espéculo vaginal y comenzaba a examinar su vagina y cuello uterino. Durante el examen, el doctor le preguntaba si sentía alguna molestia o dolor, y ella respondía con honestidad.

El doctor le pidió a Paola que se acariciara el clítoris para observar su respuesta y determinar si había algún problema de sensibilidad. Paola lo hizo con la mano temblorosa por la excitación y sintió una oleada de placer que la hizo gemir suavemente. El doctor la observó atentamente y le preguntó si sentía alguna molestia o dolor. Paola respondió que no, solo que estaba muy excitada. El doctor sonrió y le dijo que era normal y que podía continuar con la estimulación. Paola se sintió aliviada y se dejó llevar por el placer mientras el doctor observaba su respuesta. 

Después de unos minutos, el doctor le pidió que dejara de acariciarse y se quedara quieta mientras le hacía un examen más detallado del clítoris. Con cuidado, el doctor lo examinó, palpando suavemente para asegurarse de que no había inflamación o alguna anomalía. Paola se sentía muy sensible en esa zona y se estremeció de placer mientras el doctor continuaba con el examen. 

El doctor continuó con el examen del clítoris de Paola, palpando cuidadosamente la zona mientras ella trataba de controlar su respiración. Sin embargo, la sensación comenzó a intensificarse y Paola se dio cuenta de que estaba a punto de tener un orgasmo involuntario.

- Doctor, me estoy sintiendo un poco incómoda - dijo Paola, tratando de ocultar la creciente sensación de placer.

- ¿Incómoda? ¿En qué sentido, Paola? - preguntó el doctor, preocupado.

- Es solo que... no sé cómo explicarlo, es solo que siento algo muy intenso - respondió Paola, intentando encontrar las palabras adecuadas mientras su cuerpo se tensaba involuntariamente.

El doctor se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y trató de tranquilizarla.

- Tranquila, Paola. Lo que estás sintiendo es completamente normal. Es posible que estés a punto de tener un orgasmo involuntario, pero no te preocupes, todo está bajo control.

Paola se sintió aliviada al escuchar las palabras del doctor, pero la sensación seguía aumentando y sus gemidos se volvieron más audibles.

- Doctor, no puedo controlarlo - susurró Paola, sintiendo cómo sus caderas se movían por sí solas.

- No tienes que controlarlo, Paola. Solo relájate y deja que tu cuerpo experimente el placer - respondió el doctor, moviendo suavemente su mano mientras Paola se dejaba llevar por la intensa sensación.

Finalmente, Paola llegó al clímax y su cuerpo se estremeció en un orgasmo intenso e involuntario. El doctor esperó pacientemente a que ella se recuperara antes de continuar con el examen.

- ¿Te sientes mejor, Paola? - preguntó el doctor, sonriendo gentilmente mientras Paola se vestía.

- Sí, gracias doctor. Nunca había sentido algo así antes - respondió Paola, todavía un poco sorprendida por lo que acababa de experimentar.

- Es completamente normal, Paola. No te preocupes, estás en buenas manos. Ahora, ¿te gustaría continuar con el examen o ya hemos terminado por hoy? - preguntó el doctor, ofreciéndole la opción.

Paola asintió y continuó con el examen, sintiéndose más cómoda y relajada después de su experiencia.

El doctor terminó el examen de clítoris de Paola y se preparó para continuar con el examen mamario. Le pidió que se pusiera de pie y se colocó detrás de ella para comenzar a examinar sus senos.

Bien, ahora necesito que levantes los brazos y los coloques detrás de la cabeza -dijo el doctor mientras sostenía el mamógrafo en una mano y examinaba visualmente los senos de Paola con la otra.

Paola obedeció, levantando los brazos y colocándolos detrás de su cabeza. El doctor continuó con el examen, palpando cuidadosamente cada seno y buscando cualquier signo de protuberancias, hinchazón o bultos. Paola se mantuvo tranquila y relajada, confiando en la experiencia del doctor.

Después de unos minutos, el doctor se centró en los pezones de Paola. Comenzó a frotarlos suavemente para evaluar su sensibilidad a los roces, luego aplicó un poco más de presión para determinar si sentía dolor.

Paola cerró los ojos y trató de mantenerse relajada, mientras el doctor continuaba con el examen de sus pezones. Sentía una leve sensación de hormigueo y cosquilleo cuando el médico los frotaba, pero no sentía dolor.

El doctor le pidió a Paola que levantara ambos brazos y colocó sus manos en sus costillas, palpando cuidadosamente para buscar cualquier bulto o masa anormal. Luego, movió sus manos hacia los senos de Paola y comenzó a examinarlos, presionando suavemente con la yema de los dedos y sintiendo cualquier irregularidad en la textura.

Paola se sentía un poco nerviosa, pero confiaba en que el doctor sabía lo que estaba haciendo. Cuando llegó al examen de pezones, el doctor le preguntó si había notado alguna sensibilidad anormal en los pezones o si experimentaba dolor al tocarlos. Paola respondió que no había notado nada fuera de lo normal, pero que a veces podía sentir una sensibilidad aguda cuando sus pezones eran rozados. El doctor comenzo a rozarlos, notando que se endurecian bajo su tacto.

"Es normal que los pezones se pongan más duros cuando se estimulan", explicó el doctor. "Pero si experimenta algún dolor o sensibilidad excesiva, hágamelo saber".

El doctor sonrió y continuó el examen de los pezones de Paola. Los tocó suavemente con la yema de los dedos, explorando cada detalle de su superficie. Luego, aplicó un poco más de presión y los apretó suavemente, sintiendo la textura y la firmeza.

Paola se sentía incómoda pero también curiosa, ya que nunca había tenido un examen tan detallado en sus pezones. Le resultaba difícil controlar su respiración, ya que sentía una sensación agradable y cálida en su cuerpo a medida que el doctor continuaba con el examen.

El doctor continuó con el examen de los pezones, buscando cualquier irregularidad o bulto en la zona. Paola se sorprendió al sentir una especie de hormigueo en su abdomen, y sintió como si algo se estuviera construyendo dentro de ella.

De repente, Paola experimentó un orgasmo involuntario, sorprendiéndose a sí misma. El doctor se detuvo abruptamente y miró a Paola con preocupación.

"¿Estás bien?", preguntó el doctor, preocupado.

Paola asintió, un poco avergonzada por lo que acababa de suceder. "Sí, lo siento. No sé qué pasó", respondió.

"No te preocupes", dijo el doctor tranquilizadoramente. "Puede ser una reacción normal a la estimulación de los pezones. Es importante que hablemos sobre esto para entender lo que sucedió y asegurarnos de que no hay nada más que debamos investigar".

Paola asintió, aún sintiéndose un poco avergonzada pero también aliviada por la comprensión del doctor.

El doctor le indicó a Paola que se sentara frente a la máquina de mamografía y le dio instrucciones sobre cómo colocar y sostener sus senos para que pudieran ser comprimidos entre las placas de la máquina.

Paola siguió las instrucciones del doctor y sostuvo su seno izquierdo entre las placas mientras la máquina se activaba y las placas se comprimían suavemente. Sintió una ligera presión en su seno, pero no experimentó dolor. El doctor revisó las imágenes y le pidió que hiciera lo mismo con su seno derecho, repitiendo el proceso.

Luego, el doctor le explicó que revisaría cuidadosamente las imágenes para buscar cualquier señal de anomalías o masas en sus senos, y le informaría de los resultados. Le recordó que era importante continuar con los exámenes regulares y monitorear cualquier cambio en sus senos.

Paola se sintió aliviada de que el examen de mamografía no fuera doloroso y agradecida por la atención cuidadosa del doctor. Se sintió tranquila sabiendo que su salud estaba siendo monitoreada de cerca y que estaba haciendo todo lo posible para cuidar de sí misma.

El doctor le informó a Paola que ahora necesitaría realizar un examen rectal. Le explicó el procedimiento y le aseguró que sería rápido y no doloroso. Paola asintió y se colocó en posición fetal, acostada de costado con las rodillas dobladas hacia el pecho.

El doctor le pidió que se relajara y respirara profundamente mientras insertaba su dedo índice en suavemente en el ano de Paola, moviéndolo con cuidado para examinar el interior del recto. Paola sintió una leve incomodidad al principio, pero trató de relajarse lo más posible para que el examen fuera lo más fácil posible.

Una vez que el doctor se sintió satisfecho con el examen rectal, procedió a insertar el espéculo para obtener una mejor visualización de la pared rectal. Paola sintió una sensación incómoda pero soportable mientras el espéculo se abría, permitiendo al doctor examinar cuidadosamente la pared rectal.

Después de unos minutos, el doctor retiró cuidadosamente el espéculo y el guante, y le dijo a Paola que se volviera a vestir. "Todo parece estar bien en el examen rectal, Paola", dijo el doctor. "Pero aún así, recomendaría que hagamos algunos análisis adicionales para asegurarnos de que todo esté en orden".

"¿Siente dolor, Paola?" preguntó el doctor con preocupación.

"Sí, doctor, me duele un poco", respondió Paola, tratando de respirar profundamente para calmar el dolor.

"Lo siento mucho, intentaré ser más cuidadoso. ¿Puede decirme cuándo el dolor se vuelve insoportable?"

"Claro, gracias", respondió Paola.

El doctor continuó con el examen rectal, pero con más cuidado esta vez, asegurándose de no causarle más dolor a Paola. Después de unos minutos, el examen terminó y el doctor retiró el espéculo con cuidado.

"Siento mucho el dolor que ha experimentado, Paola. ¿Hay algo más que le preocupa o desea hablar?" preguntó el doctor con una expresión preocupada.

"No, doctor, solo quiero saber si todo está bien", respondió Paola con una sonrisa nerviosa.

"Bueno, todavía tengo que revisar los resultados de los exámenes, pero puedo decirle que todo parece normal hasta ahora. De todos modos, le avisaré en cuanto tenga los resultados finales", dijo el doctor mientras le entregaba una toalla para que se limpiara.

Paola se vistió rápidamente y se sentó en la camilla mientras el doctor le entregaba sus resultados. "Todo parece estar bien", dijo el doctor mientras le entregaba los papeles. "Pero siempre es importante seguir haciendo exámenes regulares y mantener un estilo de vida saludable".

Paola asintió y agradeció al doctor antes de salir de la consulta. Se sintió aliviada de que todo estuviera bien y se comprometió a hacerse exámenes regulares en el futuro para mantener su salud en buen estado.

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