Maria Victoria y Julieta: Comprando de todo en el SexShop



Un sábado por la tarde, Julieta y yo decidimos salir de compras juntas. Queríamos pasar una tarde divertida y relajada, así que nos dirigimos al centro comercial más grande de la ciudad. En el camino, hablamos de todo un poco, desde nuestros planes para el futuro hasta las últimas noticias de la ciudad.


Llegamos al centro comercial y comenzamos a caminar por las tiendas, mirando la ropa y los zapatos. Finalmente, llegamos a una tienda de lencería, donde pasamos un buen rato probándonos conjuntos sexys y coquetos. Julieta me ayudó a elegir un conjunto negro de encaje que me hacía sentir sexy y atractiva.


Luego, caminamos hacia un sex shop que había cerca. Nos habíamos prometido ir juntas desde hace un tiempo, y estábamos ansiosas por explorar lo que tenían para ofrecer. Entramos en el pequeño local y comenzamos a mirar los juguetes y artículos para adultos. Julieta tomó una fusta y comenzó a hacerla girar en el aire, mientras yo exploraba los vibradores y los aceites de masaje.


Finalmente, elegimos un par de juguetes que nos parecieron interesantes y salimos de la tienda, riendo y bromeando sobre nuestras compras. Decidimos que era hora de tomar un descanso y disfrutar de un café en una pequeña cafetería cercana.


Mientras bebíamos nuestro café, Julieta sacó los juguetes de la bolsa y comenzó a jugar con ellos, mostrándome cómo funcionaban y riendo mientras yo hacía lo mismo. Sabía que esta era una de las cosas que amaba de estar con Julieta: podíamos ser totalmente libres y explorar juntas nuestras fantasías más íntimas.


Después de terminar nuestros cafés, regresamos a casa y nos encerramos en la habitación, dispuestas a explorar nuestros nuevos juguetes. Julieta sacó un pequeño tapón anal y lo acercó a mi trasero, mientras me miraba fijamente a los ojos. "¿Quieres probar algo nuevo?", preguntó con una sonrisa.


Asentí con la cabeza y cerré los ojos mientras ella me introducía el tapón con cuidado. Luego, comenzó a estimular mi clítoris con el vibrador, mientras yo gemía de placer. "¡Oh, Julieta!", exclamé, mientras sentía una oleada de placer recorrer todo mi cuerpo.


Después de unos minutos, cambiamos los roles y yo tomé el control. Comencé a estimular el clítoris de Julieta con mi lengua, mientras ella se retorcía de placer. Luego, saqué el vibrador y lo usé para estimular su punto G, lo que la llevó al borde del orgasmo.

Empecé a acariciar suavemente los senos de Julieta, mientras ella gemía suavemente.


"Me encanta cuando me tocas así", dijo Julieta con una sonrisa.


Seguí acariciando sus pezones y bajé mi mano hasta su entrepierna, sintiendo su humedad a través de su ropa interior. Empecé a acariciar suavemente su clítoris, haciéndola gemir más fuerte.


Me acerqué y comencé a lamer y chupar su clítoris, sintiendo cómo se retorcía de placer debajo de mí.

Después de un rato, cambié de posición y me puse en cuclillas sobre la cara de Julieta, dejando que me estimulara con su lengua mientras continuaba acariciando su clítoris con mis manos.
"¡Oh Dios mío, Mavi!", gime Julieta, aferrándose a las sábanas con fuerza. "No puedo aguantar más, voy a correrme".

No detengo mi movimiento, al contrario, intensifico mis caricias y sigo lamiendo y succionando su clítoris. Y entonces, siento su cuerpo estremecerse violentamente, mientras un gemido ronco escapa de su garganta.

Me quedo quieta por un momento, dejando que se recupere. Luego me acerco a ella y la beso suavemente en los labios, sintiendo la dulzura de su boca.

Julieta se coloca entre mis piernas y comienza a besarme con pasión, mientras sus manos acarician mis muslos y suben hacia mi entrepierna. Luego, toma uno de los juguetes que compramos y lo desliza suavemente en mi vagina, moviéndolo con destreza mientras sigue besándome y estimulando mi clítoris con sus dedos.

Siento cómo el placer se va acumulando dentro de mí, y cuando Julieta acelera el movimiento del juguete, no puedo evitar gemir y arquear mi espalda. Ella se detiene un momento, para darme un beso profundo y apasionado, antes de continuar con su tarea de llevarme al borde del orgasmo una y otra vez.
"Sé que te gusta la estimulación anal", susurra en mi oído, mientras introduce un dedo en mi ano, con movimientos suaves y rítmicos. Gimo de placer, disfrutando de la sensación de ser tomada completamente por ella.

Julieta continua acariciándome con su lengua y sus dedos, llevándome al borde del éxtasis una y otra vez. Nuestros cuerpos se mueven al unísono, en un baile sensual y apasionado, en el que sólo existe el placer que nos damos mutuamente.

Finalmente, no puedo contenerme más y estallo en un intenso orgasmo, sintiendo cómo mi cuerpo se sacude de placer en sus brazos. Julieta me sostiene suavemente mientras me recupero, y me besa con ternura en los labios.

"Te amo, Mavi", dice, acariciando mi mejilla. "Eres mi todo".

"Y tú eres mía", le respondo, abrazándola con fuerza. "Siempre y para siempre".

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Culona Vianey (Testigo de Jehova, Joven Casada Infiel)

Mi mejor amigo embarazo a mi mamá

Fiesta de egresados