Maria Victoria, Julieta y Susana, dos milfs y una jovencita

 


Un día llega una amiga de Julieta, Susana, de 50 años. Habían sido amigas desde la universidad y se habían mantenido en contacto a lo largo de los años. Cuando Julieta le presentó a Mavi, Susana se mostró muy emocionada y le dio la bienvenida a la familia.


En una cena, Julieta y Susana estaban hablando sobre su vida sexual y Mavi se sorprendió al descubrir que Susana había experimentado con muchas cosas diferentes. Julieta y Mavi se miraron y sonrieron, sabiendo que esto significaba una nueva aventura para ellas.


Después de la cena, las tres mujeres se dirigieron a la sala de estar, donde tomaron algunas copas de vino y continuaron hablando sobre temas sexuales. Julieta sugirió que podrían probar algo nuevo juntas y Mavi asintió con entusiasmo.


Fue entonces cuando Julieta sacó una caja de juguetes sexuales y se la mostró a Susana. Mavi se sintió un poco intimidada al principio, pero después de ver la emoción en los ojos de Susana, se relajó y se unió a la diversión.


Las tres mujeres se fueron a la habitación de Julieta, donde comenzaron a explorar los juguetes sexuales juntas. Mavi se sintió agradecida por tener a dos mujeres increíblemente sexys a su lado, y se entregó completamente a la experiencia.

Julieta toma el control y comienza a deslizar el vibrador dentro de Mavi, mientras Susana la besa apasionadamente en los labios. Mavi gime de placer, disfrutando de la sensación del vibrador dentro de ella mientras es besada.


Susana se mueve hacia abajo, lamiendo y chupando los pezones de Mavi, mientras Julieta aumenta la intensidad del vibrador. Mavi siente que su cuerpo está al borde del éxtasis y suspira con fuerza.


"¿Quieres que paremos, Mavi?", pregunta Julieta con una sonrisa. "¡No! Por favor, no pares", responde Mavi, sintiendo la necesidad de más.


Julieta sonríe y continúa moviendo el vibrador, mientras Susana baja aún más, estimulando el ano de Mavi con un pequeño plug anal. Mavi siente un estallido de placer en su cuerpo, mientras los juguetes trabajan juntos para llevarla al borde del orgasmo una vez más.

"¡Oh, Dios mío, esto es increíble!", susurró Mavi entre besos y gemidos.


"Me alegro de que te esté gustando", respondió Julieta, sonriendo mientras seguía estimulando su clítoris.


Susana se unió a la tarea, acariciando los senos de Mavi y besando su cuello con pasión.


"Mmm... no puedo soportar más", gimió Mavi mientras llegaba al borde del orgasmo.


Después de un rato de jugar juntas, Mavi empezó a sentir cierta incomodidad en su ano debido a la intensidad de la estimulación que había recibido. "Estoy un poco adolorida aquí abajo", admitió con una pequeña sonrisa en su rostro. 


Julieta y Susana se preocuparon por ella y la acostaron sobre la cama. "No te preocupes, mi amor, vamos a cuidarte", dijo Julieta mientras tomaba una botella de aceite de coco que habían traído para la ocasión. Con mucho cuidado, comenzó a untar un poco del aceite en la zona irritada, mientras Susana le daba pequeños besos en el cuello para calmarla. 


Mavi suspiró de alivio cuando el aceite empezó a hacer efecto, y poco a poco se fue relajando. "Gracias, chicas, por cuidarme tan bien", dijo mientras les sonreía. 

Susana murmuro algo de que ella aun no habia acabado... Mavi se rió suavemente y preguntó, "¿Y qué quieres hacer, Susana?".


Susana respondió con una mirada traviesa en sus ojos, "Quiero que ambas me hagan el amor al mismo tiempo. ¿Creen que pueden hacerlo?".


Julieta y Mavi se miraron y sonrieron, sabiendo que juntas podían hacer cualquier cosa. Julieta tomó la iniciativa y comenzó a acariciar los pezones de Susana mientras Mavi bajaba su mano hacia su entrepierna.


Con la ayuda de los juguetes, ambas comenzaron a estimular a Susana al mismo tiempo, llevándola al borde del orgasmo en poco tiempo. Mientras tanto, Mavi no podía resistirse a la tentación de probar el sabor de la piel suave de Susana, y comenzó a lamer suavemente su cuello y sus hombros.


"Oh, Dios mío", Susana jadeó, incapaz de contener su placer. "No puedo más, por favor, no se detengan".


Las dos mujeres se miraron y sonrieron, sabiendo que habían logrado su objetivo de hacer sentir a Susana como la mujer más deseada del mundo. Juntas, continuaron estimulándola con sus manos y juguetes hasta que finalmente alcanzó un orgasmo increíblemente intenso.

Mavi se movió hacia abajo, encontrando el lugar entre las piernas de Julieta. Sabía exactamente lo que su amante necesitaba en ese momento. Comenzó a estimular su clítoris con una mano mientras con la otra acariciaba suavemente sus labios vaginales. Mientras tanto, Susana se acercó a la espalda de Julieta y comenzó a acariciar suavemente sus nalgas.


"Oh, sí, así, Mavi", gemía Julieta mientras se retorcía bajo sus caricias.


Mavi continuó estimulando su clítoris, alternando entre caricias suaves y firmes. Podía sentir cómo su amante se acercaba cada vez más al clímax. Susana, por su parte, comenzó a estimular la zona alrededor del ano de Julieta, acariciándolo suavemente con sus dedos.


"Oh, Dios, Susana, sí", susurró Julieta.


Mavi se movió hacia arriba, encontrando los labios de Julieta con los suyos. Comenzaron a besarse apasionadamente mientras Susana continuaba estimulando suavemente la zona del ano de Julieta. De repente, Julieta arqueó la espalda y gritó mientras alcanzaba el clímax.


Mavi sonrió mientras se acurrucaba junto a Julieta, acariciando suavemente su cabello. Susana les sonrió desde el otro lado de la cama.


"Fue increíble", dijo Julieta con una sonrisa radiante en su rostro.


"Sí, lo fue", coincidió Mavi.


Las tres mujeres se acurrucaron juntas en la cama, disfrutando de la cercanía y el amor que compartían. Era un momento de pura felicidad y placer, y sabían que nunca lo olvidarían.

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