Los pies de Larisa



Jonathan suspiró de placer mientras acariciaba los pies de su esposa Larisa con las manos, sintiendo la suavidad de su piel y la curva de sus dedos. Él amaba sus pies, no solo por su apariencia sino por la conexión íntima que sentía con ellos. Larisa, por su parte, no entendía del todo su fetiche, pero amaba a Jonathan y estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para satisfacerlo.


Mientras Jonathan continuaba acariciando sus pies, Larisa cerró los ojos y se dejó llevar por la sensación de sus manos en su piel. Ella amaba a su esposo, y no le importaba que él tuviera un fetiche inusual. Para ella, lo más importante era la conexión y la intimidad que compartían en su relación.


Después de un rato, Jonathan se inclinó y comenzó a besar los dedos de los pies de Larisa con ternura y pasión. Ella se sobresaltó un poco al principio, pero rápidamente se relajó y disfrutó de la sensación de su boca cálida en sus pies.


"Te amo, mi vida", dijo Jonathan mientras continuaba besando sus pies. "Eres lo mejor que me ha pasado en la vida y siempre quiero hacerte sentir amada y especial".


Larisa cerró los ojos, tratando de relajarse y permitir que su cuerpo se entregara al placer. Sentía la lengua de Jonathan moviéndose entre sus dedos de los pies, y aunque al principio le parecía extraño, poco a poco comenzó a sentir un cosquilleo y una sensación de excitación creciente en su cuerpo.


- ¿Te gusta, mi amor? - preguntó Jonathan, mirándola con ansias en sus ojos.


- Sí... - respondió Larisa con un susurro, sintiendo como el calor se extendía por todo su cuerpo. 


Jonathan continuó lamiendo y acariciando sus pies con pasión y dedicación, tratando de hacerla sentir todo el placer y la satisfacción que él sentía al explorar su fetiche. Larisa se dejó llevar, moviendo sus pies para acariciar el cabello de Jonathan y acelerar el ritmo de sus movimientos.


Jonathan se detuvo por un momento, mirando a Larisa con ojos llenos de deseo y gratitud por permitirle disfrutar de su fetiche. Con una sonrisa de agradecimiento, tomó su propio miembro en la mano y comenzó a acariciarlo con movimientos rápidos y firmes. El placer se apoderó de él rápidamente, y no demoro en eyacular sobre los pies de Larisa.


Larisa lo miró con ternura, acariciando su cabello y besando su frente suavemente. Sabía que el fetiche de Jonathan era algo que lo hacía feliz y que era importante para su vida sexual juntos. A pesar de no compartirlo, ella estaba feliz de poder brindarle ese placer y de amarlo en todos los aspectos de su vida juntos.

Jonathan se recostó en la cama junto a Larisa, con la respiración aún acelerada por la intensidad del momento. Miró a su esposa con una sonrisa de satisfacción en el rostro, sintiendo el amor y la gratitud hacia ella en su corazón.


"Gracias, mi amor", susurró, acariciando la mano de Larisa con cariño. "Eres increíble, siempre dispuesta a explorar mi fetiche y hacerme sentir amado y deseado".


Larisa sonrió, sintiendo su corazón lleno de amor por su esposo. "Eres lo más importante para mí, mi amor. Si esto te hace feliz, entonces estoy feliz de hacerlo contigo".


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